Se cierra una etapa en El Amante. El único nombre que permanecía desde el número 1 ha decidido dejar la revista y hasta –dice– la crítica de cine. Es nada menos que uno de los fundadores, y quien la dirigió (en equipo o de forma individual) durante 254 números. Nada menos. Gustavo Noriega ya no es el director de El Amante. Quien firma esta editorial (y la otra, la número 2) se hace cargo desde este número de ese trabajo.
Hasta ahí, las noticias. Por mi parte, y más allá de que estoy y estaré en contacto permanente con Noriega (son años de amistad que parten de pero exceden a esta revista), creo que la presencia del “viejo” (así le decimos ya ni me acuerdo porqué desde hace años) no se borra con esta novedad. Las revistas, las creaciones, los hijos no pueden renunciar a sus padres (aunque pueden pedir divorcio, como le pasaba a Ryan O’Neal y Drew Barrymore en Irreconciliables diferencias). Y así como Quintín y Flavia siguieron influyendo sobre la revista después de irse, también seguirá Noriega. Quizás, queridos lectores y/o detractores, ustedes no estén convencidos de esas líneas de continuidad. No intentaré convencerlos de eso ahora, en este breve texto.
La primera vez que vi a Noriega: un señor sentado (tirado, echado) en una silla con las piernas encima de un escritorio de la vieja redacción de la calle Esmeralda. Era 1998, y ese señor tenía apenas un poco más de edad que yo ahora. Noriega, además de ser mi amigo, ha cumplido en muchos cuantos aspectos el rol de un hermano mayor, incluso el de un padre, y no puedo (o no quiero) renunciar a esas herencias. Si El Amante continúa es porque los que estamos y los que vendrán se reconocen en una historia. Por dejarme ser parte y por la posibilidad de este desafío hacia al futuro, gracias viejo.
Javier Porta Fouz
El INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales; presidenta actual, al 13 de octubre de 2013: Liliana Mazure) no nos renovó el aviso en nuestro sitio web. Sin explicaciones. O sí, claro, por supuesto: “recorte”. No sabemos si recortó la pauta en otros medios en los que ponía aviso. En realidad es así: no sabemos de otro medio, por ahora, en el que haya pasado esto. Un recorte particular, específico, quirúrgico. Que le tocó, aparentemente en exclusividad, a la revista de cine más longeva del país. En la que el Nuevo Cine Argentino tuvo un lugar de discusión nada menor. Algunos hasta dicen que hasta fuimos muy importantes en ese aspecto. Pero no entremos en esos detalles opinables. Volvamos a los hechos:
1. El INCAA no renovó su aviso en El Amante.
2. El Amante existe desde 1991.
3. Esta gestión del INCAA empezó bastante después que El Amante, incluso en un siglo diferente.
4. No sabemos cuándo va a terminar El Amante.
El futuro, como decía Borges, es muy amplio, y en ese futuro quizás El Amante continúe cuando esta gestión del INCAA ya no exista más. Quizás, tal vez, veremos.
Por ahora, sean bienvenidos al número 255. Sí, 255, 22 años.
Javier Porta Fouz
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