El rincón del viejo canalla

MARIANA ACCINELLI. Dos orillas. Fado & tango. Edición independiente.

La riqueza y variedad de la cartelera musical porteña no solo se expresa en intérpretes que transitan los géneros musicales más conocidos sino también en aquellos que –a través de minuciosos trabajos de investigación a los que le acoplan su personal sensibilidad- incorporan ritmos aparentemente ajenos a nuestra tierra, como es el caso del fado portugués. Así, vg. El grupo Fadeiros o una cantante como Karina Beorlegui han logrado interesantes acercamientos a esa música a través de sus presentaciones y grabaciones. A ese selecto grupo hay que agregar ahora a Mariana Accinelli. Cantante de una voz cálida, afinada y bien timbrada, en su disco debut presenta una mixtura de fados y tangos (dos géneros que tienen indudables puntos en común) con claro predominio de los primeros. Acompañada básicamente por los guitarrista Leandro Cacioni y Diego Capaccioli responsables de la mayoría de lo ajustados arreglos, más la presencia de varios invitados de muy buen nivel, la vocalista capta con precisión los diferentes matices que proponen las distintas piezas. Así puede trasmitir la profunda melancolía de clásicos del género como Vielas de Alfama y Lágrima y la intensidad dramática de Paixoes diagonais pero también la vivacidad de Recusa, Nao venha tarde y Por onde me levar o vento. Son destacables las participaciones de Emiliano Alvarez en clarón en O mar fala de ti, Hernán Crespo en acordeón en Lisboa de noite y Nacho Cabello en guitarra portuguesa en el bellísimo Estranha forma de vida, uno de los puntos más altos del disco, con una gran introducción a capella de la vocalista. Es de lamentar que Mariana cante –aparte del éxito gardeliano Caprichosa- solo dos tangos y un vals, ya que son muy buena sus versiones de Yuyo verde, acompañada en el piano por Guillermo Paulucci y Niebla del riachuelo y también logra trasmitir con justeza la poesía del bello vals Tu pálida voz, de Charlo y Homero Manzi. Un muy interesante debut de una vocalista a la que habrá que seguir con atención. Jorge García.

 

 

 

FLORENCIA DAVALOS. Memoria de la semilla. Edición independiente.

La música folclórica argentina cuenta con poetas de gran talento que han dejado una huella profunda a través de sus composiciones, tal el caso de Manuel J. Castilla, Armando Tejada Gómez o Jaime Dávalos. Nacido en Salta, Dávalos formó con el gran guitarrista Eduardo Falú (y también con Ernesto Cabezas) de las duplas más fértiles dentro del folclore de las últimas décadas. En este disco debut, es su hija menor Florencia la que recoge el legado del gran poeta a través de un recorrido por 18 de sus canciones que atraviesan diversos ritmos en las que se puede apreciar la riqueza de su poesía. Florencia es una buena cantante, de muy clara dicción y afinación a la que tal vez todavía le falte ese plus imprescindible que convierte a una intérprete en definitivamente personal y original. Para esta empresa, la vocalista se ha rodeado de un auténtico seleccionado de músicos, con una formación básica integrada por Abel Rogantini en piano, Sebastián Henríquez en guitarra, Damián Bolotín en violín, Nicolás Perrone en bandoneón, Jerónimo Carmona en contrabajo y Mario Gusso en percusión, más una amplia lista de invitados de gran fuste, con arreglos de Marcelo Dávalos, hermano de la cantante, salvo en los casos de cuerdas y metales, a cargo de Bolotín. De la cuidada selección (de la que lamenté que falte la zamba Trago de sombra) elegiría Resolana, en la que Florencia está acompañada por el gran pianista Carlos Aguirre, la Canción del jangadero, en la que se luce el notable armoniquista Franco Luciani, la bella y poco conocida Milonga del alucinado, donde a la formación básica se le agrega un cuarteto de cuerdas y la poética El Paraná en una zamba. También son para destacar las interpretaciones de La nostalgiosa, una de las más hermosas poesías del compositor, vertida de una manera expresiva e intimista, con el notable acompañamiento de la guitarra de Juan Falú y la cueca Ireme pues, en este caso con la siempre bienvenida presencia de Jaime Torres en el charango. Un atractivo disco que rescata la obra de un gran poeta, a cargo de una cantante de la que cabe esperar con interés su evolución. Jorge García.

 

 

 

ARMANDO TEJADA GOMEZ. Varios intérpretes. B&M 72610.

Poeta popular por antonomasia, dueño de una escritura lúcida y comprometida siempre al servicio de los humildes y desposeídos, Armando Tejada Gómez también es uno de los autores fundamentales del llamado Nuevo Cancionero que fundara a fines de los años 60 junto a Mercedes Sosa, Oscar Matus, Tito Francia y otros. Es posible que no haya en nuestro país ningún poeta del que se hayan musicalizado tantas canciones como Armando. En homenaje y recuerdo a los 20 años de su fallecimiento, y por iniciativa de Javier Chalup, aparece este CD doble con nada menos que 41 temas de la autoría de Tejada Gómez, a cargo de intérpretes diferentes, en varios casos recopilados de discos ya grabados, pero en su mayoría registrados especialmente para esta ocasión, con algunas de sus títulos más conocidos, pero también con otros mucho menos transitados. Como es inevitable en una empresa de esta naturaleza –más allá de la indiscutible calidad de las obras del poeta mendocino- el resultado no es parejo, aunque hay que resaltar que la gran mayoría de los temas ofrecen versiones de muy buen nivel. Y también corresponde señalar que, en líneas generales, las intérpretes femeninas están por encima de los masculinos. Como es imposible reseñar la totalidad de las piezas, elegiré mis particulares highlights, comenzando por la poco escuchada Zamba de los adioses a cargo de María Eugenia Fernández, acompañada en piano por Tato Finocchi y la notable versión de la Zamba del imaginero por Liliana Herrero y Juan Falú. La Canción de la ternura es objeto de una expresiva interpretación de La Bruja Salguero, mientras la Zamba del laurel muestra intacta la gran versión de hace años de Chany Suárez. Ritual de la luz, ratifica las calidades vocales de Suna Rocha, en tanto que la joven catamarqueña Nadia Larcher en La de los humildes, ofrece uno de los momentos más intensos del disco. Regreso a la tonada muestra la dramática expresividad de Luciana Jury junto a Carlos Moscardini en guitarra, y la poco conocida El vino triste es ofrecida en una bella versión por Patricia Andrade, solo acompañada del violín de Irene Cadario. Hay también una excelente interpretación del Elogio del viento, a cargo de Eladia Blázquea, acompañada por el piano de Oscar Cardozo Ocampo y la Zamba del que anda solo, muestra la promisoria voz de Florencia Suárez. Hay que destacar los recitados de Inda Ledesma de La mujer de la albahaca y de Gloria Lopresti del poderoso Elogio de la culpa. Este gran homenaje termina con la notable versión del Quinteto Tiempo de la Zamba del nuevo día. Un gran disco doble que es un merecido reconocimiento a uno de los más grandes poetas populares de nuestro país. Jorge García.

 

 

 

MARIANA MASETTO. Soy libre. Bumbunita Música 2012.

Hace un par de años, la joven cantante y percusionista Mariana Masetto había llamado la atención con su primer álbum, La bumbunita, en el que desde una perspectiva austera y concisa desarrollaba un programa integrado mayoritariamente por obras tradicionales del repertorio musical latinoamericano. En su segundo esfuerzo, Masetto, acompañada de su arsenal de instrumentos percusivos (al que ha sumado el cuatro venezolano) y con la sola compañía, en algunos temas, de Lucas Bianco en bajo y Sonia Alvarez en arpa, acentúa la austeridad mencionada, en un programa más centrado que el anterior en la obra de grandes autores, ya convertidos en clásicos, aunque también se da espacio para incorporar un tema del folclore africano. Lo primero a señalar es la notoria evolución de Mariana como cantante; su voz ha ganado en calidez y expresividad, captando con precisión los matices que proponen las diferentes obras. Y si en el disco anterior la acompañaba un percusionista de gran calibre como Facundo Guevara, aquí en varios temas asume sola tanto la parte vocal como la instrumental. Del atractivo programa corresponde destacar sus versiones de dos bonitas chacareras de Carlos Di Fulvio, Campo afuera y ¿Se acuerda Doña Maclovia?, en la segunda, con acompañamiento y arreglo de Bianco, su lírica versión de Manifiesto, de Víctor Jara, con el único soporte del arpa de Alvarez, y la intensidad con que interpreta Arriba quemando el sol y el doloroso desgarro de ¿Qué he sacado con quererte?, de la gran Violeta Parra. El enorme Atahualpa Yupanqui está representado por la clásica zamba Piedra y camino y la poco conocida vidala Soy libre, que Mariana canta solo con cajas chayeras, mientras que en la bella Vidala del lapacho, del Chivo Valladares, es la kalimba el único instrumento con que acompaña los poéticos versos. Un segundo disco de Mariana Masetto que la muestra en plena evolución y con un gran potencial por delante. Jorge García.

 

 

 

LUVI TORRES. Ultimo intento arrebatado. Varituan minuo s/n.

Con retraso, llega a mis manos este segundo disco de la cantante Luvi Torres. Quienes hayan tenido la oportunidad de ver a Luvi en dúo con el guitarrista Ernesto Snajer o escuchar su disco Lecturas argentinas (comentado en este espacio) se habrán encontrado con una cantante de raíz folclórica muy original en su interpretación de títulos clásicos de nuestro folclore. Sin embargo, la vocalista en sus proyectos personales incorpora a esos rasgos, elementos de la música étnica, la improvisación, la música experimental y hasta el free-jazz, algo que la emparienta con otra cantante que rompe los moldes habituales: Soema Montenegro. Estas características son las que se pueden apreciar en este trabajo en el que a su voz le agrega la interpretación de la guitarra y la percusión más la presencia de algunos músicos invitados de los que no es posible determinar su participación y los instrumentos que tocan ya que la información no aparece en el disco (solo figuran sus nombres). De todos modos, es la voz de la cantante y su particular forma de frasear e interpretar cada tema los elementos fundamentales de la placa, casi en su totalidad integrada por obras suyas. Luvi puede así cantar, vocalizar, hacer una suerte de scat y trasmitir en sus letras dolor, alegría, ironía o bronca, según el caso, en un disco que muestra una gran unidad conceptual (la mayoría de los temas pertenecen a la obra integral Ave carroñera). Quienes tengan sus oídos abiertos a búsquedas y sonidos que se alejan de lo habitual, no deberían dejar pasar la oportunidad de escuchar a Luvi Torres en alguna de sus actuaciones en vivo, ya que se trata de una de las voces más originales y personales que ofrece la abundante oferta musical de nuestra ciudad. Jorge García

 

 

 

ALEJANDRO CAPUTO. La Taba. PAI 3049.

La música de proyección folclórica y ciudadana se ha desarrollado de manera muy prolífica en los últimos tiempos con variantes diversas que incluyen algunas tan poco recomendables como el llamado “tango electrónico”. Afortunadamente sigue habiendo músicos que, sin renunciar a las raíces, buscan desarrollar nuevas propuestas instrumentales, en un camino de búsqueda ajeno a los oportunismos for export. En esa categoría se puede incluir al bajista Alejandro Caputo, quien acompañado de varios músicos de muy buen nivel y a través de distintas formaciones desarrolla un repertorio inspirado principalmente en ritmos folclóricos, pero que también abreva en variantes tangueras. Caputo, aparte de ser un muy dotado instrumentista, se muestra como un compositor atractivo (todas las obras, salvo una, son de su autoría). Esto se puede apreciar, vg. En la vidala Los hijos del sol, en la que hay una muy buena participación de Mauro Piterman en flauta y clarinete o en Segundo carnavalito, donde se lucen Marcelo Chiodi en quena y Rolando Goldman en charango. La percusión del excelente Mario Gusso se destaca en Reloj de agua y hay un excelente dúo del bajista con Ezequiel Finger en vibrafón (otra bienvenida presencia) en Alunado. El tema que da nombre al disco es una suerte de enjundiosa chacarera, mientras que en la zamba Esperanza, se luce otra vez Finger y también el violinista Juan Roque Alsina. La vertiente ciudadana está expresada en Duende porteño para cuerdas, un muy buen arreglo para cuarteto de cuerdas y contrabajo y Arena, posiblemente la obra más ambiciosa del disco en la que hay una muy buena participación de Fernando Taborda en bandoneón. En la única obra de otro compositor, la bella Zamba de Juan Panadero, del Cuchi Leguizamón, hay muy buenas intervenciones de Ana Robles en piano y de la voz de Danilo Milberg. Un muy interesante disco, que muestra a Alejandro Caputo como un instrumentista y compositor a seguir y que puede conseguirse en la disquería El coleccionista, Esmeralda 562.

 

 

 

DOMINGUEZ-HELIAS-HECHT. Drop Dogs. S-Music 546113.

Dentro del numeroso grupo de saxofonistas competentes que existen en nuestro país, Rodrigo Domínguez es uno de los más destacados y pocos dudarían de colocarlo en el podio de los ejecutantes de ese instrumento. Músico de gran ductilidad (puede tocar tanto  el saxo tenor, como  el alto y el soprano y también el clarinete) su sonido amplio y robusto y la gran capacidad para las improvisaciones prolongadas lo han convertido en uno de los saxofonistas de referencia en estas tierras, más allá de ser también respetado por sus trabajos en el exterior. Para la grabación de este disco, Domínguez se unió con un contrabajista excepcional, el norteamericano Mark Helias, un músico que ha tocado con las principales figuras de la escena contemporánea del jazz y el baterista argentino radicado en Méjico, Hernán Hecht, otro intérprete que ha participado de diversas formaciones y acompañado a diferentes músicos. La elección del trío sin un instrumento armónico, que ha tenido cultores tan destacados como el gran Sonny Rollins, siempre es un gran desafío para quienes lo eligen. Hay que apresurarse a decir que el grupo sale airoso de ese desafío en un programa en el que Dominguez y Helias se reparten la composición de los temas. Una rápida recorrida por los títulos indica, con los matices de cada caso, que los del saxofonista aparecen como más enjundiosos y rítmicos, mientras que los del contrabajista lucen más líricos e introspectivos. Con la base sobria, concisa y sin desbordes que propone la batería de Hecht, Domínguez desarrolla sus extensas improvisaciones mientras el contrabajista ofrece un gran trabajo, tanto con los dedos como con el arco, en el que muestra una gran inventiva, que puede apreciarse en sus solos y en los momentos en que aparece en conjunto con sus compañeros. Presentado en vivo en el Festival de Jazz de Buenos Aires 2012, la edición de este disco en nuestro país es un pequeño acontecimiento, que permite ponerse en contacto con tres músicos de primera línea, en la plenitud de sus aptitudes creativas. Jorge García.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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