El rincón del Viejo Canalla

INES CUELLO Y RAMON MASCHIO EN VIVO EN LO DE JAC

En el ámbito cálido y acogedor (con perdón de la palabra) de Lo de Jac, espacio propicio para los espectáculos de carácter intimista, se presentó la cantante Inés Cuello, acompañada por el guitarrista Ramón Maschio. Cuello es una vocalista excepcionalmente dotada, ya que a su excelente afinación le suma una dicción perfecta y una gran expresividad. En cuanto a Maschio, actualmente residente en Granada y compañero habitual de la fadista Mafalda Arnouh, es un instrumentista de notables aptitudes y un gran dominio de la guitarra. Inés Cuello es conocida principalmente como intérprete de tango pero en este contexto, amplía su repertorio a otros géneros mostrando en ellos la misma solvencia que en sus versiones de nuestra música ciudadana. Y si en sus interpretaciones de Volver, Marioneta, el vals Flor de Lino o Fruta amarga confirmó que es una de las mejores intérpretes de tango del país, sus incursiones en el folclore, con Grito santiagueño, uno de los grandes temas de Raúl Carnota y La jardinera, clásico de Violeta Parra, fueron excelentes y sorprendió con la sensualidad que propuso en su versión del bolero Cuenta conmigo o el carácter lúdico que trasmitió en un tema del uruguayo Leo Masliah dedicado a los poetas. No faltaron una versión en castellano de una obra del gran Chico Buarque ni la inevitable dupla Piazzolla-Ferrer –afortunadamente con El gordo triste, tal vez su mejor tema, objeto de una versión memorable de Inés- y la trova actual urbana estuvo representada por un par de bellas obras de compositores rosarinos: Cuando, de Jorge Fandermole y El témpano, de Adrian Abonizio. Como reclamado bis, la cantante ofreció una sentida versión de Barco quieto, de María Elena Walsh. En todos los casos Inés Cuello mostró su enorme ductilidad y hay que apresurarse a señalar que la simbiosis que consigue con Maschio es notable (el guitarrista ofreció una excelente versión instrumental de Adios Nonino). Los que frecuentamos conciertos encontramos eventos que oscilan entre distintas variables de calidad,  pero no son muchos a los que se los puede caracterizar como recordables. Esta presentación de Inés Cuello y Ramón Maschio fue sin duda uno de esos raros ítems. Jorge García.

 

 

 

LA LIJA. La Pampa y la utopía. Edición independiente.

Formado en el año 2006, este grupo comenzó componiendo músicas para obras de teatro pero luego decidió dedicarse a una suerte de reelaboración de los más variados ritmos del continente, a lo que le agregaron un genuino interés por recuperar sonidos provenientes de la música española renacentista. Integrado por doce músicos -aunque el número puede ser variable- y con sus componentes preocupados por mantenerse en el anonimato (sus nombres nunca aparecen en los discos), sin embargo estamos ante músicos y cantantes de notables aptitudes y con capacidad para interpretar los más variados instrumentos. A pesar de la mencionada vocación de anonimato hemos podido establecer que las dos notables cantantes son Paula Bradley y Florencia Cosentino, mientras que el otro vocalista –también guitarrista y una suerte de líder del grupo- es Tomás Bradley, quien propone un fraseo de cuño “zitarroseano” Si bien en los conciertos de La Lija abundan las canciones de la Guerra Civil española y las composiciones de Violeta Parra, sus discos –los excelentes Saluda primero, dispara después, Río Largo y este- están integrados por composiciones propias, que muestran la gran capacidad autoral del grupo (aparte , con el cuarteto del Tata Cedrón, tienen grabada la cantata El gallo cantor,  con versos del poeta Juan Gelman).

Este disco es probablemente el trabajo más elaborado de La Lija y en él se fusionan de manera cabal los ritmos folclóricos del continente con lo que podríamos llamar con cierta libertad, obras inspiradas en la música española de la época de la colonia. Las dos vertientes mencionadas se amalgaman en Alaia, el tema instrumental que abre el disco y en la obra que da título al CD. Si Yo vi un león es una especie de cumbia, De por acá es un introspectivo aire de milonga. El poeta Vicente Zito Lema introduce Icaros de Guaymallén, una vigorosa chacarera que recuerda el asesinato de Paco Urondo. El tono renacentista reaparece en Había una pez, en tanto que San Ba Le Mor es una suerte de lírica zamba. La milonga surera y la porteña se unen en Milongón del 83 y un aire italiano impregna el Romance S.A, mientras que la simbiosis antes mencionada se puede apreciar tanto en  el Himno Macedonio de amor como en las Coplas de amor y muerte de arriero y pescador que cierra el disco. Un excelente trabajo de uno de los grupos instrumentales y vocales más originales de la actualidad. Jorge García.

 

 

 

DURATIERRA. Cría. Edición independiente.

Tercer disco de este atractivo grupo integrado por Micaela Vita en voz, Juan Saraco, guitarra y composición de la mayoría de los temas, Matías Zapata en teclados, Tomás Pagano en contrabajo y Nicolás Arroyo en percusión a los que se agregan un numeroso grupo de invitados. Si bien la raíz fundamental de la formación hay que buscarla en los ritmos folclóricos del continente se encuentran allí diversas influencias que pasan por el rock, la tendencia a la improvisación del jazz y hasta de la música italiana con la poderosa voz de Micaela Vita como elemento dominante. Estos rasgos ya se pueden apreciar en Saravá, el vigoroso tema que abre el disco y la intensidad se mantiene en Marzo, donde aparecen las voces de Nadia Larcher y Noelia Recalde. El Joropo del Toro, tras un solemne comienzo, permite el lucimiento de David Bedoya en cuatro y Andrés Pérez Palmer en mandolina. Raly Barrionuevo es el invitado en La de un quizás y un tono más introspectivo impregna En el fresco de la noche, donde participan Irene Cadario en violín y Karen Rencar en cello. Un alegre aire de tarantela aparece en Pascual mientras que en el choro El azul de la luz es el acordeón de Joao Pedro Teixeira el que se destaca. Hay también dos enjundiosas cuecas, La primavera, con numerosos invitados  y Cuecalá, con la voz de Fernanda Basanta Finn y un excelente solo de piano. El ritmo de cumbia aparece en Tres fronteras, donde hay un muy buen arreglo de vientos y un tono rockero se puede apreciar en la comprometida letra de Perro negro; el CD finaliza con una sentida versión del clásico del folclore mejicano La llorona. El disco más elaborado y convincente de Duratierra. Jorge García.

 

 

 

DON OLIMPIO. Dueño no tengo. Edición independiente.

Así como existen músicos y cantante que no se apartan de las raíces más tradicionales de nuestra música folclórica, hay otros que desarrollan búsquedas novedosas desde lo vocal e instrumental. En esta línea se encuentra Don Olimpio un octeto en el que se pueden encontrar ecos del legendario grupo Anacrusa que décadas atrás formaran Juan de Dios Castiñeiras y Susana Lago. Aquí la dirección y los arreglos están a cargo del joven pianista Andrés Pilar, aventajado discípulo de la gran Hilda Herrera, quien está acompañado por varios talentosos músicos entre los que corresponde destacar al percusionista Agustín Luderman, a Juanpi Di Leone en flauta, Federico Randazzo en clarinetes y Santiago Segret en bandoneón. Pero el elemento que potencia de manera decisiva a la formación es la presencia vocal de Nadia Larcher, una de las cantantes más deslumbrantes surgidas en los últimos años. Nadia pertenece a esa estirpe de intérpretes con una voz no solo intensa y profunda sino que también parece salir de sus entrañas (creo que desde Mercedes Sosa no aparecía una vocalista de estas características). Lo notable del disco es que ofrece  varias obras del acerbo folclórico más tradicional en versiones remozadas y creativas. Así los tres primeros temas son recopilaciones de Leda Valladares de obras anónimas, el  que da título al disco en una potente interpretación de Nadia, Viditilla, una enjundiosa chacarera y el huayno Adios pueblito de Iruya en un notable arreglo. Ay Paloma es una antigua cueca de Félix Palorma y hay una muy buena versión de la Vidala de la copla del Chango Rodríguez. Se pueden escuchar temas más nuevos como la chacarera doble Por seguir, de Raúl Carnota y la canción Rodar la voz, de Juan Falú, con una gran introducción de bandoneón y voz  y Nadia Larcher ofrece conmovedoras versiones de Maldita huella, de Carlos Moscardini y la melancólica milonga Arbolito del querer. El disco culmina con Tan alta que está la luna, otra recopilación de Leda Valladares. Un notable debut de un grupo de talentosos músicos con una cantante excepcional. Jorge García.

 

 

 

CARLOS AGUIRRE TRIO. Calma. Shagrada Medra 070.

Excelente pianista y compositor de reconocida trayectoria, Carlos Aguirre se presenta aquí acompañado de Fernando Silva en contrabajo, de sobria labor, y Luciano Cuviello en batería, cuyo trabajo es tan contenido que por momentos parece inexistente. Haciendo honor al título del disco, en él predomina un tono lírico y sereno en temas extensos y elaborados influenciados por ritmos de raíz folclórica, que dejan amplio espacio para la improvisación de neto cuño jazzístico. El CD comienza con Del otro lado del mar, un introspectivo tema inspirado en el pianista portugués Mario Laguinha y continúa con las amplias líneas melódicas de Las flores de Rosalía, con un segmento más libre en su tramo central. El tomo lírico se mantiene en la bella melodía de Hiroshi y los quince minutos de Kalimba le permiten a Aguirre desarrollar una amplia gama de recursos que muestran sus dotes de improvisador, incluyendo un pasaje de tono impresionista “raveliano”. La veta melódica del pianista vuelve a mostrarse en Dentro mío en tanto que Palabras para nombrarte  ofrece un buen trabajo de Silva. El CD finaliza con Voces de otra vida y otro lugar, un tema en el que participan como invitados el Mono Fontana en teclados y Claudio Bolzani y Marcelo Petetta en voces. Un disco que ratifica el talento de Carlos Aguirre como instrumentista y compositor. Jorge García.

 

 

 

JUAN CARLOS CAMBAS. Almas en el viento. Music 930118.

Aquí estamos frente a un disco que es una reedición de una grabación que Cambas realizara en Buenos Aires entre 1999 y 2001, antes de radicarse en Barcelona,  junto a varios de los músicos más importantes de nuestro país en esos años y que fuera editado en España en 2007. Cambas es un muy interesante pianista que, además, trabaja con la cantante portuguesa Dulce Pontes y aquí desarrolla un repertorio con obras de reconocidos compositores de nuestra música autóctona. Son varios los momentos destacables del disco, vg, el carnavalito Alma de charango, del recientemente fallecido Oscar Alem, donde participa el grupo Cosecha de agosto y es una rara ocasión de escuchar al pianista Pablo Fraguela tocando aerófonos. En la bella y lírica zamba Triste canción para vos se luce Pedro Borgobello en clarinete en tanto que en la chacarera La aclaradora y el curioso tangato El empedrado es Domingo Cura quien se destaca en percusión. La voz de Suma Paz aparece en el aire de milonga Pampa escondida, mientras que en la cueca boliviana Taquiña hay una lucida participación de Jaime Torres en charango. También conviene resaltar el lírico solo de piano de Cambas en la vidala Caballo de escarcha y dos de los mejores momentos del disco son el de la presencia de Mercedes Sosa en Guemes, el guerrillero del norte, tema de la suite Los Caudillos y la del gran Eduardo Lagos como segundo piano en la versión de su última composición, el bailecito Cuando los gauchos vienen bailando. Una bienvenida reedición de este trabajo de un pianista poco conocido en nuestro país. Jorge García.

 

 

 

MAXI KIRSZNER TRIO. Dispositivo. BlueArt 188.

He aquí juntos a tres de los mejores exponentes de la más joven generación de músicos de jazz. Maximiliano Kirzner, con sostenida presencia en el formidable trío de Enrique Norris, es uno de los más completos contrabajistas del medio, a lo que le suma muy buenas dotes de compositor. Nataniel Edelman irrumpió en el panorama de los pianistas consolidándose de manera inmediata como alguien que ya dejó de ser una promesa y Fermín Merlo es uno de los bateristas más libres y creativos del medio (además ahora toca, y muy bien, el vibrafón). En este segundo disco del trío de Kirszner (el primero, Glosalia, fue comentado en este mismo espacio), todas las composiciones, menos una,  le pertenecen y están encuadradas dentro de un registro en el que predominan los tiempos medios y un tono sereno e intimista y lo primero que hay que destacar es la adecuada interacción que logran los integrantes del trío ya que, si bien Edelman tiene a su cargo los solos principales, sus compañeros exceden ampliamente el rol de ser una base rítmica, convirtiéndose en auténticos protagonistas de cada tema. El tono antes mencionado ya se puede apreciar desde el primer tema, Portátil para las ideas, en el que Edelman desarrolla un excelente solo. Lo que queda próximo ofrece un registro más introspectivo, con un muy buen trabajo de Kirszner y Altar casa es una bella balada introducida por el piano; un carácter más intenso y obsesivo muestra Vocita Yocito. En Nubes cerebro y el tema que da título al disco Edelman despliega su gran variedad de recursos y en el primero hay un muy buen solo de Merlo. Corrivuelas propone el tema más libre del CD que finaliza con el melódico In the Year of the Dragon, del gran baterista Paul Motian. Un segundo trabajo de muy buen nivel del trío de Maxi Kirszner. Jorge García.

 

 

 

HAITÍ. Edición independiente.

El free jazz y la música improvisada por sus características no concesivas y anti comerciales han sido siempre expresiones minoritarias a nivel mundial. Sin embargo, en nuestro país cuentas con decididos cultores, muchos de los cuales están entre los músicos más interesantes de la escena jazzística nacional. Este disco es un buen exponente de lo mencionado, a cargo del cuarteto integrado por el baterista Marcelo von Schultz, de los más libres del medio, la cellista Cecilia Quinteros, capaz de extraer los sonidos más insólitos de su instrumento y  Sergio Merce en saxo tenor, a los que se unió como invitado el notable saxofonista suizo Christoph Gallio, quien permaneciera en Buenos Aires varios meses. El disco no está dividido en temas sino en regiones (cuatro en total) y el resultado es un intenso despliegue de creatividad sin límites. La Región 1, la más breve, muestra un potente solo de Merce, con el sonido distorsionado de Quinteros detrás. En la Región 2, tras una intro de la batería, aparece Gallio en un dueto con Merce y la pieza cambia de tiempo en varios momentos. La Región 3 es la más extensa  (más de 20 minutos) y tras un comienzo grave se desarrolla un poderoso crescendo del trío hasta la entrada de Gallio y Quinteros propone todos los sonidos que se pueden extraer de un cello mientras que von Schultz desarrolla un gran trabajo en la batería. Los dos saxos vuelven a entablar una lucida batalla en Región 4, gran final de un disco excelente que estará sin duda entre los más arriesgados y creativos del año dentro de la escena jazzística local. Jorge García.

 

MATIAS RUBINO SEXTETO. Engranaje. Club del Disco 072.

Luego de un par de discos de clara estirpe tanguera en dúos con guitarristas, el bandoneonista Matías Rubino produjo en Otros tiempos (comentado en este espacio) una clara ruptura con sus trabajos anteriores. Esa búsqueda se profundiza en este disco en el que, al frente de su sexteto, desarrolla un claro trabajo de fusión compuesto en su totalidad por obras propias en el que, sin renunciar a las raíces de nuestra música ciudadana, incorpora elementos rítmicos y tímbricos de neta orientación rockera y un gusto por la improvisación cuyos orígenes hay que buscarlos en el jazz. Con su bandoneón casi omnipresente, Rubino ofrece un programa de obras, en su mayoría, de un tono enjundioso y potente. Tal es el caso del tema que da título al disco, donde hay un buen solo del pianista Ovidio Velázquez, o Limonero, en el que se luce el guitarrista Darío Barozzi. El intenso De paseo, donde se destaca el baterista Daniel Corrado, está introducido por un brillante solo de Rubino en el que se escuchan referencia a Mi Buenos Aires querido. Un tono marcadamente obsesivo trasmite Insomnio y en el vigoroso Golpe de suerte la cita corresponde a El choclo. En Viajando encontramos el tema más estrictamente “tanguero” del CD, que finaliza con una lírica versión de Para tus ojos, con un gran solo de bandoneón. Un sólido trabajo del sexteto de Matías Rubino. Jorge García.

 

 

 

JORGE MIGOYA TRIO. Cuando el alba. Blue Art 185

Músico rosarino radicado en Francia desde hace cuatro décadas, donde desarrolló un gran actividad, Jorge Migoya presenta su último trabajo. Excelente pianista y compositor, clarinetista y consumado guitarrista (aunque en este disco no toca este instrumento), aquí está acompañado por César Franov en contrabajo y Pablo Davidowicz en batería, desarrollando un programa integrado en su totalidad por obras propias, en las que se pueden detectar influencias de ritmos folclóricos y ciudadanos y un gusto por la improvisación inspirado en el jazz. En el disco se alternan obras escritas con varias improvisaciones libres del trío y entre las primeras corresponde destacar la que da nombre al disco con un extenso y brillante solo de Migoya, al que se agrega otro de Franov y una buena intervención del líder en clarinete y estas características se repiten en el también extendido Siempre un milagro. Arrinconándose es una especie de choro, en tanto que Trois enfants es un lírico solo de piano y Ca alors! muestra un tono intenso y obsesivo. Pero tal vez las amalgamas más creativas del trío se encuentren en los mencionado temas improvisados (Paso al posible, Indicios únicos de libertas, Si Giacometti m´etait joué y Variaciones a la cuerda) en los que Migoya se luce tanto en piano como en clarinete y sus dos compañeros se integran adecuadamente a la libertad expresiva propuesta. Un excelente disco de un músico no demasiado conocido en estos pagos. Jorge García.

 

 

 

KUNTURI ENSAMBLE. Edición independiente.

En este mismo espacio se comentaron discos de Alejo Nóbili y Julián Polito, ambos integrantes de esta formación. En el caso de Nóbili realizaba versiones instrumentales inspiradas en músicas de países bastante alejados de nuestra cultura y en cuanto a Polito, con su conjunto Los lirios del campo conseguía una curiosa simbiosis de ritmos folclóricos con música académica de los siglos XV y XVI para lo que se valía de una insólita mezcla de instrumentos (el propio Polito interpreta la viola da gamba, precursora del violoncelo). Esta introducción viene a cuento porque el Kunturi Ensamble es un grupo de ocho intérpretes abocados a interpretar músicas exóticas para nuestros oídos, valiéndose de instrumentos muy poco habituales y escribiendo también letras para la ocasión. Hay que decir que los resultados son más convincentes en lo instrumental que en lo vocal.  Así se pueden escuchar aires marcadamente orientales, otros –que por los nombres de algunos de los integrantes de la formación- podría inferirse que es música nórdica (¿islandesa?), aunque no faltan referencias a los ritmos andinos y reminiscencias del barroco. El resultado es un disco curioso y atípico que, como se dijo, resulta más satisfactorio en los segmentos instrumentales   debiéndose lamentar que estos no sean más abundantes. Jorge García.

 

 

 

HIKARU IWAKAWA TRIO. Segundo. Oto 002.

HIKARU IWAKAWA. Johann Sebastian Bach. 3 Suites. Oto 003.

Hikaru Iwakawa es un notable instrumentista japonés especializado en instrumentos aerófonos que reparte du vida entre la Argentina y su país natal. Estudioso de la quena desde niño, profundizó sus conocimientos recorriendo diversas zonas de Sudamérica. Pero su música también recoge otras influencias, como lo demuestran varios discos suyos comentados en su oportunidad en este mismo espacio.

En el disco de trío repite la atípica formación de su primer trabajo en ese formato, con el pianista Yoshiaki Sato y el acordeonista Masaki Hayashi, desarrollando un programa que reconoce influencias  de diversos ritmos folclóricos americanos pero también abreva en las melodías de su país, la música académica y un gusto por la improvisación proveniente del jazz. Es así que el trío, con Hikaru siempre como principal solista, puede pasar del tono melancólico de Cinema: II al mucho más intenso de Danza del aire: V  y también incursionar en un aire de chacarera en La mitad del mundo o claros ritmos andinos como Ta llegando el carnavalito o Huayñito. La intensidad se vuelve a hacer presente en Fiesta: IX y Paramanía: III mientras que el tono introspectivo y recurrentemente melancólico reaparece en Yaraví, La ventana de la infancia y Las alas perdidas. En todos estos temas, como se señaló, Iwakawa muestra su capacidad como improvisador, logrando además una adecuada interrelación con sus compañeros.

Muy diferente es la transcripción que realizó Hikaru de tres suites para violoncelo de J.S. Bach para quenacho, un instrumento con un sonido ligeramente más grave que el de la quena. El trabajo es un auténtico tour de force, en el que el intérprete muestra su formidable virtuosismo (en el buen sentido del término ya que nunca hay ostentación gratuita). Hikaru consigue trasmitir  la solemnidad de los preludios y el espíritu de cada una de las danzas que componen las suites, desde la gravedad de las Allemandes y Sarabandes hasta el tono bailable y lúdico de las Bourrées, Gigas y Minues. En todos los casos, su interpretación capta con rigor y precisión el espíritu de cada uno de los movimientos. Un disco notable que recrea obras conocidas por los amantes de la música clásica (y de la música a secas) con un sonido absolutamente diferente. Uno de los  CD más originales del año. Jorge García.

 

 

 

LVs. Cardo 744.

MOLA MOLA. Nelson 697934

He aquí dos discos bastante alejados de los que habitualmente comento, con una clara impronta rockera y que tienen en común que en ambos participa Wenchi Lazo, un guitarrista que además cultiva una vertiente fuertemente experimental ligada al free jazz y la música improvisada.

En el caso de LVs, Lazo está acompañado por un grupo de jóvenes músicos, Emilio Haro en piano y órgano, Fernando Nalé en bajo eléctrico y Diego Voloschin en batería en un repertorio integrado en su totalidad por temas del guitarrista, la mayoría solo y algunas en coautoría. En las obras priva la intensidad, tal el caso de Pulsión, Supercosita y Estampida, hay temas de un tono marcadamente obsesivo como Orbitalia y Modo Turboy otros tienen un carácter más sereno como Horizonte artificial, Astrodita, con una grave introducción en órgano y División Neptuno. El tema que cierra el disco, Ringo modulado es el más libre de la placa y hay que señalar que si bien los músicos muestran una notable interacción es la guitarra de Lazo la que ofrece los solos más arriesgados.

Mola-Mola está más encuadrado en la fusión de jazz-rock y cuenta con un plantel de músicos consagrados, tal el caso de Lobi Meis en saxo alto, sintetizador y dirección, el excelente Franco Fontanarrosa en bajo eléctrico, Rodrigo Núñez en teclados, un músico con frecuentes incursiones en el jazz, Wenchi Lazo otra vez en guitarra y Lulo Isod en batería. La música es vigorosa e intensa, con amplio espacio para los solos, con particular lucimiento de Meis en Tranvía Einstein y Combustión espontánea, tema en el que también se destaca Lazo. Núñez tiene un muy buen solo en Escena urbana con llovizna. Hay también un sólido blues, Seúl blues y el disco culmina con Neurona cero, un potente tema con una coda marcadamente jazzística. Un consistente disco de fusión. Jorge García.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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