JULIAN POLITO Y LOS LIRIOS DEL CAMPO. Desembarco. Club del Disco 039.
Ya en su disco anterior, Viejo Nuevo Mundo, Julián Polito había iniciado una exploración musical de ribetes muy personales, intentando demostrar que en los orígenes de los diferentes ritmos latinoamericanos estaban presentes no solo las raíces musicales de los pueblos originarios sino también las obras españolas del Renacimiento y diferentes aspectos de la música africana. Pero lo más curioso es que no solo recurrió a piezas de diferentes épocas sino que en la interpretación de los distintos temas recurrió a instrumentos hoy casi en desuso. En este segundo trabajo, Polito profundiza ese camino y acompañado por el grupo musical Los lirios del campo y diversos invitados transita un ecléctico repertorio que va desde obras de autores españoles del siglo XV y XVI hasta compositores del folclore actual y alguna figura señera de la música del continente, pasando por danzas tradicionales argentinas del siglo XIX y llegando hasta temas de rockeros actuales a los que viste de un ropaje folclórico. Para ello, Polito –responsable de la mayoría de los notables arreglos- ejecuta diversas variantes de la viola da gamba (de la que es un eximio intérprete), una ilustre predecesora del violoncello, aunque puede ocasionalmente también tocar el bajo eléctrico, mientras que sus compañeros, junto a instrumentos actuales, tocan algunos tan poco conocidos en estos pagos como el sarangi, el cornetto, el didgeridoo, el sacabuche o la vihuela de mano. Con tan curiosas formaciones se pueden escuchar una Ricercada de Diego Ortiz o un poema del poeta Horacio (siglo 1 A.C.) musicalizado en el siglo XVl por Alonso Mudarra en una brillante interpretación de Florencia Bernales acompañada en vihuela, las bellas Coplas a la muerte de mi padre del poeta español Jorge Manrique (siglo XV), en una sorprendente versión en caja y voz de Laura Peralta y otra instrumental de Polito en solo de viola da gamba. Pero también la vidala T´ei vuelto a ver de Cuti y Peteco Carabajal es presentada en una audaz traslación para voz (excelente Nadia Szachniuk) y un conjunto de cuatro violas da gamba, sarangi y caja. Una sentida obra de Violeta Parra, Ausencia es interpretada por Juan Casasbellas acompañado de viola da gamba y cornetto muto y otra instrumental, Tema libre n° 2 está expuesta en un dúo de guitarra y el infaltable instrumento de Polito. Las influencias africanas, por supuesto que también con instrumentaciones poco habituales, están presentes en Tonada el Congo y Cachua la despedida y la vertiente roquera está presente por Los momentos, del chileno Eduardo Gatti, interpretada por Cucuza Castiello (¡) y el tema A Reunion, de Gentle Giant (¡!) en una adaptación que fusiona el folclore latinoamericano y el aria de cuño barroco. Y hay también tres versiones diferentes de la danza tradicional argentina La Firmeza, a cargo de otro grupo aorprendente, Los Bajones del Plata (el bajón es un antecesor del fagot) Me he extendido más de lo habitual en este comentario pero creo que un disco tan insólito y estimulante como este de Julián Polito lo ameritaba. Jorge García.
MARTIN MISA. Siento Norte. Cielo arriba s/n°.
ALUNCO QUINTETO. Edición Independiente.
SEBASTIAN ZANETTO , tiempo, etcétera… Club del disco 038.
FEFE BOTTI/GUILLERMO KLEIN. Otro suelo. Edición independiente.
He aquí cuatro discos que tienen en común la fusión de diversos ritmos y estilos y muestran a varios conjuntos integrados por músicos de gran talento y en algunos casos, no demasiado conocidos.
Martín Misa es un baterista nacido en Quilmes pero que ha desarrollado principalmente su carrera en la provincia de Salta y al que tuve oportunidad de escuchar por primera vez en el formidable disco Orillas (comentado en este espacio). En este excelente primer trabajo como líder está acompañado por el saxofonista Pablo Ledesma –uno de los músicos más creativos dentro de la corriente más vanguardista y arriesgada del jazz local- el contrabajista Fefe Botti y Juan Pablo Mayor en trompeta y flugel más una inesperada invitada. Si hubiera que definir el tipo de música que ofrece el grupo, se la podría caracterizar como de una estructura eminentemente jazzística, a partir del amplio espacio que se le da a las improvisaciones, en particular de Ledesma, tanto en saxo alto como soprano, aunque permanentemente sobrevuelan sobre los temas aromas del folclore norteño de nuestro país, algo que se hace claramente explícito en las coplas populares Hija de la luna, en las que Mariana Carrizo, la invitada antes mencionada, interpreta la que probablemente sea la única baguala free existente. Esas reminiscencias folclóricas también se pueden apreciar en Retorno, que cierra el disco y, en otro tono en Río vaqueros a la siesta, una suerte de milonga lenta en la que se destaca el saxo soprano de Ledesma. Hay que resaltar también el gran trabajo de Misa y Botti, que excede ampliamente el de una sección rítmica para integrarse plenamente a los vientos, como ocurre en Lavand. La intensidad aparece, con excelentes solos de saxo en Descontextualizado y Tuthankamom, un tema del fallecido contrabajista Malachi Favors, uno de los pilares de la música improvisada en Chicago, en tanto que un tono más introspectivo y reflexivo, con bruscos cambio de tiempo aparece en Esquina, un tema de Botti. Y queda todavía tiempo para un dúo de saxo y flugel en Y me debes creer, un poco conocido trabajo del Cuchi Leguizamón. Un muy atractivo primer disco de Martín Misa que hace aguardar con expectativas sus próximos trabajos.
Otro disco de gran nivel es el del Quinteto Alunco una formación que abreva tanto en el free jazz como en la música académica contemporánea aunque también se encuentran en ella reminiscencias folclóricas, de la música ciudadana y hasta alguna vagamente rockera como en Ibiraquera- parte ll. Integrado por Soko Rodrigo en flauta traversa, Martín Proscia en saxos tenor y alto, Mauro Vicino en guitarra, Cristian Ferreira en contrabajo y Leonel Torres en batería, la formación ofrece un repertorio integrado por obras propias (varias de todo el grupo) en las que predomina la improvisación, tanto a partir de expresiones conjuntas como en solos, dúos o tríos dando como resultado una música tan libre como inclasificable. Así Unión de los ríos, tras una introducción del contrabajo, ofrece melancólicos solos de flauta y saxo para desembocar en un intenso y progresivo crescendo. Zeppelin, comienza con un duo de guitarra y saxo y propone un tema de compleja estructura, con un gran solo de Proscia sobre un ostinato de la guitarra, en tanto que Ibiraquera-Parte l es una propuesta marcadamente libre. Si en Todos los pájaros-Parte l se percibe (yo percibo) ecos del spiritual Amazing Grace, la segunda parte de ese tema se interna decididamente en los terrenos del free jazz, con otro notable solo del saxofonista. Un disco excelente de un grupo tan audaz como difícil de encuadrar.
El cuarto CD de Sebastián Zanetto, un excelente pianista y compositor -cuyos dos trabajos anteriores, Tocado por el fuego y La lengua del mundo, fueron comentados oportunamente en este mismo espacio- presenta una formación más reducida y una propuesta de una mayor libertad respecto de aquellos muy buenos discos, mayormente influenciada por los ritmos folclóricos de nuestro país y de Latinoamérica. Aquí Zanetto interpreta piano y Rhodes y está acompañado por Matías Carazzo en saxos tenor, soprano y flauta traversa y Federico Estévez en batería y percusión más la presencia de un par de cantantes invitadas, ofreciendo un repertorio integrado por obras del líder más dos clásicos de la gran Violeta Parra. El tema de apertura, Abstracción, ofrece un intenso solo del piano en ostinato con un gran trabajo de la percusión en tanto que Este piso pide cuerpo, tras una lírica introducción de saxo soprano y Rhodes, desemboca en un movido chorinho. La aparición de los ciudades es un solo de piano que comienza como una melancólica milonga lenta y va ganando progresivamente intensidad, mientras que Quand les pouls auront des dentes es una suerte de chacarera asimétrica. Metamorfosis en el tiempo ofrece un lírico solo de piano con un breve recitado de Liliana Daunes y la intensidad del trío reaparece en Sin pan y sin trabajo y en el crispado Pliegues, donde se destaca Carazzo en saxo soprano. Pero entre los momentos más logrados del disco están las muy libres versiones de dos temas de Violeta Parra, Corazón maldito, cantada por Viviana González, acompañada por el piano y La jardinera, interpretada por Soledad Bagnardi. Un muy buen CD que confirma el talento de Sebastián Zanetto.
Y seguimos con las propuestas poco clasificables, en este caso el disco de Fefe Botti y Guillermo Klein. Botti es un interesante contrabajista y compositor y en cuanto a Klein es un tecladista, arreglador y compositor que ha logrado reconocimiento internacional. En este caso, con una formación básica integrada por los dos mencionados, Diego Fagalde en guitarra y Martín Misa o Ariel Sánchez en batería, más la presencia de varios invitados de primer nivel ofrecen un programa integrado por composiciones propias (la mayoría de Botti) más un par de clásicos inoxidables de nuestro folclore, en el que aparece una rica amalgama de influencias de ritmos folclóricos con improvisaciones de neto cuño jazzístico expuestas en creativos arreglos. El disco comienza con Domus, un obsesivo tema de Klein y continúa con Sortilegio, un extenso tema de Botti en el que se luce Ramiro Flores en saxo soprano y hay un lírico intermedio de Klein. De ámbar es un vigoroso candombe, con un muy buen solo de Bernardo Monk en saxo alto y Esquina ofrece un introspectivo trabajo de Richard Nant en flugel, en tanto que El huarco es un ritmo de chacarera en el que se destacan, otra vez Monk e Inti Sabev en clarón. Dos de los mejores momentos del disco son los arreglos de Fefe Botti de la muy bella Zamba del pañuelo, del Cuchi Leguizamón, interpretada en trío por Nant con bajo y batería y la Zamba del grillo, de Yupanqui en la que se luce la voz de Cecilia Ruiz. Un disco de este grupo de gran interés. Jorge García.
LILIAN SABA – PAULA SHOCRON. Encuentros. PSLS 01
He aquí un disco conjunto de dos de las mejores pianistas del país. Lilian Saba, si bien ha desarrollado su trabajo principalmente dentro de la música folclórica, ha demostrado, llegado el caso (vg, en su notable relectura de obras de Bill Evans, que se pudieron escuchar en el último B.A.JAZZ) que puede transitar también otros géneros. Pianista de gran talento y sensibilidad, dueña de un estilo sutil y refinado y también competente compositora es posible que su bajo perfil haya impedido que consiguiera la trascendencia que su gran capacidad merece. En cuanto a Paula Shocron, es una instrumentista enormemente dotada que ha transitado hasta la fecha distintos terrenos dentro del jazz que van desde la recreación de conocidos standards hasta experimentaciones dentro de los estilos más libres y vanguardistas, su territorio actual. En este disco se presentan juntas y separadas desarrollando un programa que incluye obras propias y un par de clásicos de nuestra música folclórica. Tanto en la Obertura como en la Coda, que tocan a dúo, se percibe un lejano aroma folclórico y también toques marcadamente impresionistas. Los dos temas que interpreta Paula, Luna en perspectiva y Reunión (dedicado a Lilian) muestran en el primero su vertiente más lírica e introspectiva y en el segundo el tono experimental de sus últimos trabajos. El Boceto para Paula, a cargo de Lilian es, en cambio, un bonito vals con ecos chopinianos. Pero tal vez los dos temas que permiten percibir en plenitud sus diferencias estilísticas tocando en conjunto son la muy libre y extensa versión de la chacarera La vieja y la notable recreación de Si llega a ser tucumana, bellísima zamba del Cuchi Leguizamón. Un disco destinado a oídos exigentes y sin prejuicios a cargo de dos grandes instrumentistas. Jorge García.
MANUEL OCHOA. Solo. LPM Producciones s/n°.
A pesar de ya contar con varios discos en su haber, ya sea solo o en trío, la obra del pianista Manuel Ochoa no es demasiado conocida. Si bien hasta ahora se ha movido dentro de los terrenos del jazz, en este trabajo grabado en Francia, el repertorio, si bien recorre algunas obras dentro de ese estilo, en particular en los temas suyos, se escapa de esos límites. Instrumentista de una digitación precisa y dueño de un estilo introspectivo y reflexivo, sus versiones están impregnadas de un sereno lirismo. Estas características se pueden apreciar en su aproximación a temas clásicos como In the Wee Small Hours in the Morning, Mona Lisa, su breve versión del tango Nada, o en sus dos Interludios. En Es así, en cambio, se perciben algunos ecos del pianista sudafricano Dollar Brand, y Zeidele tiene un ligero aire latino, mientras que Innato es el tema de mayor intensidad del disco. Pero también Ochoa presenta tres obras de Oscar Peterson, un eximio pianista que nunca fue demasiado valorado como compositor. Sin embargo Love Ballad, When Summer Comes e Hymn to Freedom aparecen como temas de innegable interés. Un muy atractivo disco de Manuel Ochoa. Jorge García.
SANTIAGO DE FRANCISCO CUARTETO. Chango. Edición independiente.
La prolífica escena del jazz nacional continúa dando lugar a la presentación de jóvenes y talentosos músicos. En este caso es el saxo tenor Santiago De Francisco quien, acompañado por un pianista de gran ductilidad como Pablo Raposo y la sólida sección rítmica que integran Ezequiel Dutil en contrabajo y Rodrigo Reparaz en batería ofrecen un programa integrado en su totalidad por obras del líder del grupo, en las que se muestra como un instrumentista dotado de un sonido robusto y un fraseo expresivo, también apareciendo como un competente compositor. En el disco de alternan obras intensas como Okupas, que abre el CD, con un muy buenos solos de saxo y piano, el tema del título en el que se vuelve a destacar Raposo, Macaco, donde De Francisco ofrece su mejor solo y Lejanía, con otras más relajadas como Canto mora y Canción de abajo. Hay también una lírica balada, Piba, en la que se luce Dutil y el disco finaliza con el obsesivo Espera, donde vuelven a destacarse De Francisco y Raposo. Un muy interesante debut. Jorge García
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VICTOR CARRION GRUPO. Negro. Edición independiente.
Hasta donde sé, este es el primer trabajo como líder de este músico riojano radicado hace tiempo en Buenos Aires y que ha colaborado en discos y conciertos de numerosos colegas. Gran intérprete del saxo soprano, del que extrae un sonido limpio y cristalino, pero también de quena y flauta, aquí está al frente de un cuarteto integrado por Ezequiel Mantega en piano, Guido Martínez Quinzio en contrabajo y bajo eléctrico y el notable percusionista Mario Gusso, con los que desarrolla un repertorio que abreva en los ritmos folclóricos argentinos en el que se alternan obras suyas y del pianista con otras ya clásicas, a las que se agrega un tema de Daniel Homer, Ojos oscuros, un huayno en el que el autor, como único invitado toca la guitarra y en el que se destaca un gran solo de soprano de Carrión. Los dos temas del líder, Madera, harina y barro y Tres ágil son los más intensos del disco y en ambos hay que resaltar el trabajo de Gusso. Más introspectivas son las dos obras de Mantega, El Dani y 3 de agosto, en la que Carrión interpreta flauta. Algunos de los mejores momentos del CD son los dedicados a obras de otros autores, tal el caso de la Danza para la moza donosa, de Alberto Ginastera, objeto de una sutil y delicada versión, la muy bella y olvidada zamba La tristeza y el mar, de Waldo de los Ríos, en la que Carrión se luce en quena y el final del disco, donde, interpretadas en saxo soprano solo ofrece una breve introducción de un tema de Claus Ogerman para empalmar con la Zamba del chaguanco, de la gran pianista Hilda Herrera. Un buen final para un muy atractivo disco debut de Víctor Carrión. Jorge García.
CECILIA RUIZ. Tamices. Edición independiente.
No deja de ser saludable que dentro del amplio espectro de nuestra música popular aparezcan continuamente intérpretes de muy buenas condiciones. En este caso es la cantante Cecilia Ruiz, quien acompañada por Diego Suárez en flautas, el guitarrista Leonardo Andersen, Fefe Botti en bajo y dirección musical y Ariel Sánchez en percusión ofrece un excelente repertorio de obras de nuestro folclore. Ruiz es una cantante dueña de una voz cálida y expresiva y perfecta dicción, que capta adecuadamente el espíritu de cada uno de los temas que interpreta. Así se pueden escucharse enjundiosas versiones de las chacareras La trunca norte y Campo afuera, el ritmo de marinera Sombra y el bailecito Viejo corazón. Son también muy buenas sus interpretaciones de la chaya Rosario Pastrana y la chamarrita Ky Chororo, en la que Botti se anima en el piano Rhodes. Pero tal vez los picos más altos del disco sean las versiones de la cantante de Confesión del viento, solo acompañada por el eximio guitarrista Juan Falú, invitado de lujo, la Zamba del grillo, clásico eterno de Yupanqui, Para mañana, otra hermosa zamba del hoy poco recordado Moncho Mierez y la formidable Zamba del arribeño, otra vez a solas con Falú. Un gran debut de una cantante de notables aptitudes. Jorge García.
CLAUDIA MORENO. Cuyo en la piel. CBM 001.
Así como en algunos cantantes predomina la técnica vocal sobre cualquier otro aspecto de la interpretación hay otros en los que privan elementos que tienen más que ver con lo emocional y los sentimientos. Es el caso de este disco de la cantante sanjuanina Claudio Moreno, una vocalista –hay que apresurarle a señalarlo- de voz agradable y bien timbrada e interesante nivel expresivo que ha dedicado este trabajo casi en su totalidad a música de su tierra cuyana, aunque no se ha privado de interpretar también dos tangos. Con el austero acompañamiento de Moscato Luna en guitarra, al que se agregan en algunas obras como invitados otros guitarristas, Moreno ofrece un programa en el que el elemento más destacable es el sentimiento con que interpreta cada uno de los temas, algunos auténticos clásicos de la música de esa región. Dentro del atractivo programa, mis preferencias se inclinan por dos tonadas, No sé qué diablos me pasa y la bella Tonada de otoño, la hermosa zamba Volveré siempre a San Juan, con los sentidos versos de Armando Tejada Gómez y una muy buena versión del tango Fruta amarga. Un disco que trasmite con intensidad el amor de la cantante por su región natal. Jorge García.
LUNA MADRE. Ellas Latinoamérica. El cubo s/n°.
Siempre es bienvenida la aparición de un nuevo conjunto dentro del amplio espectro de la música popular y en este caso, Luna Madre ofrece un repertorio de ritmos folclóricos argentino y latinoamericanos. Integrado por Lara Philibert en voz y guitarras, Joaquín Peduzzi en teclados, Martín Koiffman en bajo eléctrico y Leandro Barreto en percusión, Luna Madre ofrece un repertorio compuesto por algunas obras clásicas y otras de autores contemporáneos. El grupo ofrece una buena amalgama de los instrumentos y la vocalista, una cantante de indudables condiciones pero a la que tal vez le falte incorporar ese matiz que la convierta en una intérprete personal, algo que seguramente conseguirá en un futuro próximo. Dentro del variado repertorio corresponde destacar las versiones de clásicos como la guarania Recuerdos de Ypacaraí, Cardo y ceniza, un gran tema de Chabuca Granda y la antigua zamba Al jardín de la República y entre los más nuevos, la melancólica Vidala del sol y las Coplitas pa´mi agüatera. Un debut que muestra a un grupo en la búsqueda de un sonido propio. Jorge García.