El rincón del Viejo Canalla

LUCHO GUEDES. Soy una tarada. Edición independiente.

En ocasión de comentar el primer disco de Lucho Guedes señalábamos la originalidad de sus propuestas, construyendo en sus canciones historias que hacían referencia a personajes de neto cuño popular. En su segundo trabajo, Lucho expande y perfecciona esas características de su obra. Si en su debut, el único cantante era él y desarrollaba el repertorio con su guitarra y un austero acompañamiento, en este brillante CD doble, propone un despliegue de producción mucho mayor, con numerosos músicos y un selecto plantel de cantantes invitados. Conceptualmente la propuesta es la misma, desarrollar en las canciones historias cotidianas de personajes y situaciones utilizando un lenguaje casi coloquial aunque –y esto es muy importante- sin dejar nunca de lado la musicalidad que requiere cada obra. Para ello recurre a  diversas instrumentaciones que van desde el ascético acompañamiento de su guitarra hasta versiones con formaciones más grandes arreglados por el guitarrista Alan Plachta. Pero además aquí también Lucho ofrece duetos en los que dialoga con otro vocalista recorriendo a “momentos de vida” que fluctúan entre lo irónico y lo dramático con diversas estaciones intermedias. Hay muchas canciones nuevas  pero también versiones de temas de su disco anterior en arreglos muy diferentes y, dejando de lado la normativa habitual en cuanto a la duración de los temas, desarrolla cada uno de ellos en el tiempo que necesita. Si quisiéramos detectar influencias en su obra, tal vez deberíamos remontarnos al cancionero español de los siglos XV y XVI pero en su obra las referencias más concretas son la música ciudadana y algunos ritmos folclóricos, así como también de la música popular uruguaya. Un disco de estas características requiere una escucha concentrada y atenta para apreciar la riqueza que propone cada una de las quince canciones del disco, alguna de ellas ya convertida en un clásico de la canción urbana (Mi negra) y otras en camino de serlo prontamente. Se puede preferir la versión de Lidia Borda de Luis y Beti, la profunda expresividad de Nadia Larcher en Las medias y la cordura, el dramatismo que le imprime Liliana Herrero a El Pope, la sensibilidad con que impregna Brian Chambouleyrón su versión de Lidia, la emotiva interpretación de la Chiqui Ledesma de Las naranjas, el irónico dueto de Lucho y Lorena Rizzo en Qué boludos o alguno de los temas que el autor ofrece solo con su guitarra (mi preferido es El miedo y la vergüenza) pero lo cierto es que este puñado de canciones instala definitivamente a Lucho Guedes como uno de los más importantes cantautores del país. Jorge García.

 

 

 

RODRIGO DOMINGUEZ. Limón. Kuai 032.

Dentro de la abundante cantidad de saxofonistas que existen en la fértil escena del jazz nacional, Rodrigo Domínguez es uno de los más destacados y dúctiles ya que interpreta con similar solvencia el tenor, el alto y el soprano. Partícipe de numerosos proyectos y con varios discos en su haber, aquí se presenta liderando un cuarteto que integran Ernesto Jodos en piano, Jerónimo Carmona en contrabajo y Carto Brandán en batería (un auténtico seleccionado del jazz local) interpretando una serie de composiciones de su autoría, que lo muestran también como muy competente en ese terreno. Sin entrar en el terreno de la  vanguardia pero eludiendo transitar caminos conocidos, Dominguez, interpretando aquí solo el saxo tenor, presenta una serie de obras que se caracterizan por su variedad y eclecticismo y la utilización de tiempos poco habituales. Con la sólida base que ofrecen Carmona y Brandán, el saxofonista desarrolla prolongados solos en los que muestra toda su enorme capacidad para la improvisación algo que también, con un aparente menor lucimiento en lo inmediato, puede aplicarse al trabajo de Jodos, uno de los pianistas más relevantes del medio. Así  la intensidad de Mariano y Carolina y el tema que da título al disco se contrapone con el introspectivo lirismo de Canción vacía o Himno, donde hay una memorable introducción de saxo, piano y bajo con arco y los ecos lejanamente rockeros de Bill con el notable y reflexivo dúo de saxo y piano de Ingenua flor, que cierra el disco. Un CD que seguramente estará a la hora de los balances entre las mejores ediciones de jazz nacional del año. Jorge García.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 27 DE NOVIEMBRE A LAS 21.30 HS. EN THELONIOUS, JERONIMO SALGUERO 1884 Y EL 18 DE DICIEMBRE A LAS 21.30 HS. EN VIRASORIO BAR, GUATEMALA 4428

LA MADEROSA. Grillerío. Edición independiente.

Una de las características más relevantes dentro del amplio espectro de la música popular nacional en sus diferentes variantes  (jazz, tango, folclore) es el constante surgimiento de músicos jóvenes de gran talento. Es el caso de este trío integrado por tres veinteañeros, el pianista Bruno Moguilevsky, el guitarrista Alejandro Starosielki y la vocalista Emilia Siede, a los que se suma en varios temas el percusionista Pablo Favazza, más la ocasional presencia de otros invitados de fuste. Lo primero que sorprende es la madurez del trío y los creativos arreglos para acercarse a un repertorio integrado en su mayoría por obras der autores contemporáneos pero que no desdeña la presencia de un par de clásicos. Moguilevsky es un pianista de abundantes ideas y está muy bien secundado por el guitarrista, en tanto que Siede se muestra como una vocalista de excelentes recursos y con un registro de variados matices. Son así notables las versiones de Barro tal vez, uno de los más bellos temas de Luis Spinetta, el huayno Coyita, de José Luis Aguirre, donde se incorporan el violín de Juan Demián Luaces y el violoncelo de Lucas Argumedo, y los arreglos del bailecito Viejo corazón , de Polo Giménez y la Chacarera de las piedras, de Yupanqui, con una excelente participación de Marcelo Moguilevsky en clarinete. Pero también hay que destacar las interpretaciones de Beatriz Durante, de Carlos Aguirre y Dulzura distante, del uruguayo Fernando Cabrera. Las condiciones de Bruno como compositor se pueden apreciar en el gato El concubino y en la bonita zamba Respirar el campo, cantada por la vocalista solo con el acompañamiento del piano y la flauta de Daniel Cortés. Un gran debut y uno de los discos de folclore más estimulantes aparecidos en los últimos tiempos. Jorge García.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 29 DE NOVIEMBRE A LAS 21 HS. EN LA SALA CARAS Y CARETAS, SARMIENTO 2037.

 

 

GABRIELA BERNASCONI. Más acá del tiempo. Edición independiente.

 

Son muchas las pianistas de talento que existen en nuestro país dentro de los distintos géneros musicales; a ese ya numeroso núcleo habrá que agregar ahora a Gabriela Bernasconi. Instrumentista de precisa digitación y fina sensibilidad, sus abundantes ideas le permiten abordar diversos ritmos de nuestro folclore con gran ductilidad. Y como si eso fuera poco muestra también muy buenas aptitudes como arregladora y compositora. En este disco Bernasconi desarrolla un repertorio integrado por obras propias, clásicos de nuestro folclore y títulos de nuevos compositores. Así se pueden escuchar exquisitos arreglos de la Zamba del imaginero, del Cuchi Leguizamón y Zamba azul, de Tito Francia, la chacarera Esto que estoy cantando, de Remo Pignoni y de la cueca La arenosa, también del Cuchi atractivas interpretaciones del chamamé Paraná, de Pablo Fraguela, la vidala Viejo tacu, del Tape Rubin y la Milonga 10, de Fernando Otero, único arreglo que no le pertenece a la pianista. Entre las obras de su cosecha cabe destacar la bonita zamba que da título al disco, el intenso Sudestada, la melancólica Huella de la ausencia y la vigorosa chacarera Pequeña pintora. Un muy buen debut de una talentosa instrumentista que abre expectativas sobre sus futuros trabajos. Jorge García.

 

 

 

ZABECA DUO. Untrefon 18.

El dúo de guitarra y percusión no es uno de los más frecuentes dentro de la música popular pero si los que lo componen son dos músicos de los quilates de Ernesto Snajer y Mariano Canteros es muy factible que los resultados sean satisfactorios; eso es lo que ocurre en este disco. Cualquiera que haya escuchado las aproximaciones al folclore de Snajer sabe que no son convencionales; los sonidos que extrae de sus guitarras, principalmente de la MIDI de seis cuerdas se diferencian bastante de los habituales. En cuanto a “Tiki” Canteros, quienes hayan escuchado los trabajos del Aca Seca Trío conocen su variedad de recursos. Aquí ambos desarrollan un repertorio inspirado en ritmos folclóricos de nuestro país y del continente, la mayoría de autoría de Snajer más unas pocas obras de otros compositores en los que los sonidos muchas veces distorsionados de las guitarras se amalgaman adecuadamente con el arsenal percusivo de Canteros, quien también en algunos temas vocaliza, utilizando su voz como un instrumento más. Dentro de un disco de gran interés, mis highlights son la vigorosa versión de la cueca La fogosa, la intensa Chacarera de los artista, el sentido ritmo de vidala Volviendo, el enjundioso malambo Sabadabada y el tema Fósil dócil que cierra el disco, tal vez la obra más experimental, con una gran vocalización de Canteros. Jorge García.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 12 DE DICIEMBRE A LAS 21 HS. EN CAFÉ VINILO, GORRITI 3780.

 

 

 

LEO BORRELLI. Mezcla analógica. Edición independiente.

No es común que un cantante decida abordar en un mismo trabajo un repertorio tanguero fusionándolo con obras clásicas del rock nacional. Sin embargo, esto es lo que ha hecho el vocalista santafecino Leo Borrelli en este CD doble, el primero dedicado tangos, valses y milongas preferentemente clásico y el segundo a la amalgama de cuatro tangos del repertorio romántico con las mencionadas obras rockeras. Borrelli es un vocalista de muy buenas aptitudes y gran versatilidad para abordar el variado programa señalado. En el primer disco, acompañado de Juan Ignacio Iruzubieta y Germán Layna en guitarras y Hernán Pérez en guitarrón ofrece muy buenas versiones  de clásicos como Suerte loca, el vals Bajo un cielo de estrellas y dos éxitos gardelianos inoxidables: Senda florida y Melodía de arrabal. Hay también destacadas interpretaciones de Una milonga la trajo, de Juan Muñiz y el viejo vals Puentecito de mi río, aquí en dúo con María de los Angeles Ledesma. En el segundo disco, acompañado siempre solo por el piano de Sebastián Zanetto o Pablo Juárez o la guitarra de Claudio Amigo, el cantante ofrece sentidas versiones de los tangos Tal vez será su voz, Quedémonos aquí, De barro y Naranjo en flor, intercalándolas con tres obras de Luis Spinetta, Loca tuca de dios, de Fito Páez y Viernes 3 AM, de Charly García. Un muy atrayente debut. Jorge García.

 

 

 

PABLO TOZZI. Mapa imperfecto de canciones clandestinas. Edición independiente.

Con una dilatada carrera que incluye la participación en una enorme cantidad de formaciones y la edición de varios discos, el contrabajista, cantante y compositor Pablo Tozzi presenta este nuevo trabajo en el que,salvo dos clásicos, presenta en su totalidad temas de su autoría. Instrumentista muy dotado y poseedor de una voz agradable y afinada, también en varios temas se presenta como un autor competente. A través de diferentes formaciones en las que participan numerosos invitados, Tozzi desarrolla un programa en el que se reconocen influencias de la canción popular urbana y diversos ritmos folclóricos  Los mejores momentos del disco hay que buscarlos en el ritmo de chacarera Raíz madre, Milonga de piel de trigo, en la que participa la cantante Paula Gamberale, el aire de zamba Primavera y la bella canción Diamante, en la que participa como vocalista Patriccia “Piojo” Zappia. Son asimismo recomendable sus versiones de la memorable Volver a los 17, de Violeta Parra, que Tozzi canta solo acompañado por el contrabajo y la cueca La arenosa, del Cuchi Leguizamón. Jorge García.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 6 DE DICIEMBRE A LAS 20 HS. EN LA USINA DEL ARTE, AGUSTIN CAFFARENA 501, CON ENTRADA LIBRE Y GRATUITA.

FABIAN ARAYA Y LOS REACTIVOS. Lunático. Edición independiente.

Integrado por músicos provenientes de diferentes vertientes, aunque en todos los casos ligadas al jazz, este grupo muestra sin embargo en su debut la influencia de diferentes disciplinas musicales y un saludable eclecticismo. Con una tendencia en su música a que predominen los riffs conjuntos, aunque sin desdeñar el trabajo de los solistas, el primer rasgo a destacar es la enorme energía que trasmite el grupo, impulsado por la potente batería de Daniel San José. Así Reactivos Parte I, desarrolla un vigoroso crescendo y Estoy de regalo alterna intensos riffs con sólidos solos del saxofonista Araya y la trompeta de Mauro Rosal. Un tono más “reflexivo” propone Anastasia, que cuenta con un iracundo recitado de Bárbara Minino. Congestión y Reactivos Parte II sostienen la intensidad, en tanto que Toda casualidad ofrece un recitado de Mariano Fernández sobre una base casi experimental. El atractivo CD finaliza con Dilatador, donde se lucen en saxos Araya y Rosal sobre el poderoso trabajo de la batería. Jorge García.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 5 DE DICIEMBRE A LAS 23.30 HS. EN BORIS CLUB, GORRITI 5568.

 

 

 

AQUALACTICA. Solsticio Machine. Edición independiente.

Con diez años de antigüedad y no demasiada difusión este grupo instrumental con ancestros ucranianos, integrado por su líder Gato Urbanski y sus hijos Risco y Jaspe en violines electroacústicos de cinco cuerdas, ha logrado algo no muy frecuente: construir un sonido propio en el que se detecta la influencia de diversas músicas étnicas y del barroco clásico a lo que se suma una gran libertad para improvisar en los distintos temas. La suma de las diferentes obras, unas más intensas y rítmicas, otras más pausadas y reflexivas puede estructurarse como una suerte de suite en la que en muchos casos los solos (¿del Gato?) están puntuados por un permanente pizzicato de los otros violines. Un muy interesante disco de este grupo en el que el último tema La tranquilidad suena casi como una melancólica despedida. Jorge García.

 

 

 

QUINTETO FAMOSO. El enano repetitivo. Edición independiente.

Fundador y arreglador de la muy atractiva Artistry Big Band, el clarinetista, saxofonista y trombonista Emanuel Brusa lidera aquí este grupo, del que también es  compositor de todas las obras, que integran Román Peusner en violín, Julián López Di Muro en trompeta, Diego Fagalde en guitarra Hernán Gnesutta en batería desarrollando un repertorio en el que se entrecruzan  la música klezmer, la de Europa del Este y diversos ritmos pop con momentos francamente lúdicos (las repeticiones melódicas del título que da título al disco, las referencias a Tchaicovsky en Praderas de Ucrania) con otros en los que priva el lirismo y la melancolía (Luego del otoño, Lamento). El disco pierde fuerza en la vertiente más rockera de los últimos temas cantados, pero sus primeros dos tercios instrumentales muestran a una formación interesante y atractiva. Jorge García.

 

SERGIO VELOSO. Mejor solo pero bien acompañado. Acqua 448

Como muchos cantantes de tango, antes de afincarse definitivamente en el género, Sergio Veloso incursionó en otros terrenos. Ganador del certamen Hugo del Carril en 2011, muestra un estilo con algunos toques “arrabaleros” y un fraseo bastante personal. En este, su segundo trabajo, desarrolla un programa de obras compuestas en las décadas del 20, 30 y 40 (hasta hay un tema de 1910, el bello estilo El sueño) que en varios casos se caracterizan por ser muy poco escuchadas y está acompañado por un dúo de guitarristas de lujo: Hugo Rivas y Rudi Flores. Hay temas conocidos expuestos con solvencia (Marioneta, Senda florida, Barrio reo, Cuando tú no estás, interpretado a capella) pero lo más interesante del disco son sus versiones de obras menos transitadas como Mis amigos de ayer, de José María Contursi, Casas viejas, de Ivo Pelay, Cuatro recuerdos o el olvidado Jamás retornarás, de Miguel Caló y Osmar Maderna; o los valses  Añoranzas y Ausencia, que desde las versiones de Gardel han sido muy poco interpretados. Un disco de tango en el que se interpreta  un repertorio poco habitual. Jorge García.

 

 

 

DAMIAN LEMES TRIO. Hijas del aguacero. Acqua 445.

La renovación dentro de la música del litoral argentino presenta varios nombres atrayentes; uno de ellos es el del cantante guitarrista y compositor Damián Lemes, quien en su segundo trabajo se presenta acompañado por Marcelino Wendeler en armónica y Alejandor Della Penna en contrabajo y bajo eléctrico más la presencia en varios temas de Sebastián Martínez en percusión y Mauricio Bernal en marimba, una formación que le otorga al grupo un sonido muy particular. Lemes es un cantante de voz agradable y bien timbrada y también un muy interesante compositor, algo que queda demostrado en este disco en el que la mayoría de las piezas son de su autoría. Además los arreglos son muy atractivos, en algunos casos utilizando solo la voz con la percusión o la marimba. Pero hay también algunos clásicos, como Diamante, de Jorge Fandermole y dos piezas de uno los grandes popes de la música del litoral, Aníbal Sampayo, en los que participa como invitada Silvia Iriondo, una de las cantoras fundamentales de nuestra música folclórica. Un trabajo atrayente de este joven músico. Jorge García.

 

 

FESTIVAL INTERNACIONAL BUENOS AIRES JAZZ.15

Con señalado éxito se realizó una nueva edición de B.A.Jazz que desde hace ocho años y con la dirección de Adrián Iaies propone la convergencia de prácticamente todos los matices de la escena jazzera actual. Como siempre, estuvieron presentes varios invitados internacionales, a los que se sumaron muchos de los mejores exponentes del jazz nacional. Con epicentro en la Usina del Arte de la Boca, a la que se sumaron el Anfiteatro del Parque Centenario, donde se realizó el ciclo Jazzología coordinado por Carlos Inzillo, los bares Thelonious y Café Vinilo para los esperados cruces entre músicos nacionales y extranjeros, el auditorio de la AMIA y el espacio Margen del Mundo, donde se exhibieron películas y hubo una exposición dedicada a la legendaria figura de Blackie y con un cierre de lujo en el Teatro Colón con el cuarteto del saxofonista Branford Marsalis, el evento congregó numeroso público, debiendo señalarse como importante dato adicional que, salvo tres conciertos con algunos artistas extranjeros, el resto de las presentaciones fueron con entrada libre y gratuita. Pero no solo música hubo ya que, además de las películas mencionadas, hubo un Workshop de canto, a cargo de la vocalista norteamericana Michelle Weir, una Masterclass de Marsalis y numerosas clínicas dictadas por los diferentes artistas extranjeros presentes en el evento. Además, todos los días finalizaban con las clásicas jams en el Anfiteatro organizadas por el trompetista Gillespie. Como se ve, un auténtico festín para los amantes del género y de la música en general.

Como ocurre siempre en esta clase de eventos, cada uno mostró sus preferencias  pero el evento fue lo suficientemente variado y ecléctico como para satisfacer los más diversos gustos. Personalmente prefiero extenderme sobre los conciertos en los que la pauta principal fue la libertad creativa, entre los que señalaré, entre los nacionales, el del cuarteto integrado por el saxo soprano Pablo Ledesma, el pianista Pepe Angelillo, el contrabajista Horacio Hurtado y el baterista Jaime Puyol quienes el año pasado editaron (con otro baterista) un disco formidable, Orillas, en el que trabajaron de manera conceptual sobre una serie de fotografías. En este caso ofrecieron una extensa improvisación en la que ratificaron que están entre los exponentes de la música más libre dentro del género en nuestro país. También fue muy atractiva la presentación del trío integrado por Juanpi Di Leone en flautas y armónica, Martín Sued en bandoneón y Sergio Verdinelli en batería quienes ofrecieron un programa de música de difícil encuadramiento pero en la que afloró permanentemente una alta dosis de creatividad.

Uno de los grandes momentos del festival fue la presentación de Lilian Saba, a quien se le comisionó un trabajo acerca de su visión de la obra de Bill Evans, uno de los instrumentistas de jazz más influyentes de las últimas décadas. De Lilian solo cabe decir que es una de las grandes pianistas del país, de una finura y sensibilidad sin parangón en un medio donde abundan los grandes exponentes del instrumento y si bien su obra se desarrolla dentro del terreno del folclore, sus calidades la hacen exceder la apreciación genérica. Y no es casual que se encontrara tan cómoda enfrentándose a la obra de un músico de características similares a las suyas. Acompañada por Quique Sinesi en guitarra, Horacio Hurtado en contrabajo y Facundo Guevara en batería y percusión, Lilian Saba ofreció una jugosa relectura de varias obras de Evans encuadrándolas en ritmos nacionales, como la zamba, la chacarera y el vals criollo, dándose tiempo también para interpretar un par de composiciones en las que también mostró su talento como compositora. Uno de esos momentos que solo la reunión de grandes talentos musicales puede ofrecer.

Auténtico outsider dentro del jazz de vanguardia, el pianista y acordeonista sardo Antonello Salis se presentó en dúo con el notable contrabajista Furio Di Castri con obras de su disco Il vino all opera en el que sobre conocidas melodías del género lírico proponen una serie de improvisaciones en las que priva la más absoluta libertad. Si Di Castri representa – a pesar de las sonoridades que extrae de su contrabajo- la parte más “normal” del dúo, Salis, con su aspecto de clown de feria (camisa de colorinches, enormes zapatillas) es un auténtico espectáculo en el escenario proponiendo un uso integral de sus instrumentos, que son utilizados desde el teclado, como elementos percusivos y el piano también tocado desde las cuerdas. No era fácil identificar los segmentos operísticos interpretados, aunque en el final hubo una memorable versión de I Love you Porgy. Uno de los segmentos más felices del festival.

También fueron memorables los dos conciertos ofrecidos por la pianista japonesa Satoki Fujii, en una ocasión como solista y en la otra al frente del cuarteto que lidera, integrado por el trompetista Natsuki Tamura, el contrabajista Todd Nicholson y el baterista Takashi Itani. Fujii es una instrumentista en la que se fusionan un acercamiento a la vertiente más experimental y vanguardista del jazz y la influencia de la música de su país natal. Por otra parte también dirige regularmente una gran orquesta que está entre las más modernas del planeta jazzístico. Si en el concierto como solista Fujii mostró su vertiente más intimista en el concierto con el cuarteto expuso toda su creatividad, junto a los insólitos sonidos que extrae Tamura de la trompeta, el sólido aporte del bajista y la variedad de recursos que mostró Itani, un percusionista que en muchos aspectos recordó al veterano holandés Han Bennink, quien nos visitara en el festival del año pasado. Dos grandes recitales de una notable artista.

Pero seguramente el momento más esperado del festival fue el concierto de cierre que realizara en un Teatro Colón colmado el saxofonista Branford Marsalis. El mayor de cinco hermanos (entre ellos el muy famoso trompetista Winton) e hijo del pianista Elis Marsalis, como muchos otros músicos, comenzó a destacarse en los fundamentales Jazz Messengers del baterista Art Blakey, formando su propio cuarteto en 1986, la formación con la que más se destacó, independientemente de que también trabajara en otros géneros. Instrumentista de una notable técnica y gran expresividad, interpreta con la misma fluidez el saxo tenor, en el que consigue un sonido aterciopelado y vigoroso y el soprano, que interpreta con enorme ductilidad. En esta ocasión se presentó con un cuarteto prácticamente nuevo, integrado por tres jóvenes talentos, el pianista Samora Pinderhughes, el contrabajista Russell Hall y el baterista Justin Faulkner. En el concierto se alternaron versiones de temas clásicos, como En un tono melodioso y Nada significa si no tiene swing (interpretado como bis), dos hits de Duke Ellington, en los que su sonido se acercó al de Ben Webster, una gran interpretación en soprano de St. James Infirmary, como reafirmando su anclaje en las raíces jazzísticas y el segmento más arriesgado del concierto, en el que Marsalis y sus compañeros se expresaron con gran soltura, compuesto por el muy variado The Windup, de Keith jarrett, la bella balada As Summer Into Autumn Lips, de Joey Calderazzo, con una exquisita interpretación en el soprano e In the Crease. Hubo además un previsible homenaje a Astor Piazzolla con Oblivion, siguiendo sin exigencias la línea melódica con la participación de la bandoneonista Shinjoo Cho. Un concierto que fue un adecuado cierre para un exitoso festival. Jorge García.

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