JAZZOLOGIA: TREINTA AÑOS ES MUCHO
Por diferentes motivos (clausuras arbitrarias por parte del Gobierno de la Ciudad, dificultades para sostenerlos) los espacios específicamente dedicados al jazz escasean en Buenos Aires. Por eso cabe calificar casi de milagrosa la perdurabilidad a lo largo de tres décadas –el primer concierto fue en setiembre de 1984- del ciclo Jazzología que conduce y programa Carlos Inzillo en el Centro Cultural General San Martín (y eventualmente en el Teatro 25 de Mayo, lugar donde se realizaron los dos, eventos que se comentarán aquí). A lo largo de ese lapso (en diciembre cumplirá la friolera de 2000 reuniones (¡!!), Inzillo-conviene recordarlo, siempre con entrada gratuita- hizo desfilar a músicos de jazz de las más diversas generaciones, incluidos la casi totalidad de los que hoy se destacan en la escena local, y dio lugar a todas las variantes conocidas del jazz, desde las orquestas que hacen “revival” del sonido de las bandas de jazz de los años 20, hasta expresiones de la más avanzada vanguardia contemporánea, pasando por el jazz vocal, el blues y el góspel. Asimismo fueron muchas las figuras extranjeras que participaron de Jazzología (basta, por tirar algunos nombres, señalar a intérpretes de la talla de la cantante Betty Carter, el pianista polaco Adam Makowicz o la New Jungle Orchestra del guitarrista Pierre Dorge). El festejo de los treinta años del ciclo que se realizó durante el mes de setiembre fue una perfecta muestra de lo señalado, ya que se presentaron la Porteña Jazz Band y la Creole Jazz Band, acabados exponentes del jazz tradicional dentro de la escena nacional y músicos y formaciones extranjeras representativas del modernismo en sus diversas variantes. Uno de estos intérpretes fue el saxofonista y flautista austríaco Karlheinz Micklin, una recurrente presencia en nuestro país quien, en este caso, acompañado de varios músicos argentinos, ofreció su habitual repertorio de jazz fusión. Como Micklin es un músico del que se ha hablado bastante, prefiero centrar mis comentarios en los otros dos grupos extranjeros que se presentaron (ambos, como se dijo, en el hermoso Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza): el cuarteto alemán Vibratanghissimo y el Probosci Project.
El Probosci Project es un dúo integrado por el violinista Timba Harris y el guitarrista Gyan Riley, ambos norteamericanos y con una trayectoria previa que incluye su participación en diversas agrupaciones. La formación de violín y guitarra no es demasiado corriente y podría pensarse, a priori, que podría dar lugar a resultados algo monótonos. Nada de eso ocurre aquí, ya que Harris y Ryan son dos músicos de gran creatividad y en sus obras existe una permanente tensión entre la música compuesta y la improvisación libre. Si bien en sus obras se detectan influencias diversas (el grupo Oregón, la música klezmer, el flamenco) el resultado final resulta siempre fresco y personal y si en las piezas en la que Ryan interpreta guitarra acústica las melodías tienen primacía cuando utiliza la guitarra eléctrica los resultados son más libres y experimentales. En cualquier caso, un concierto muy interesante a cargo de dos músicos que eluden en todo momento los encasillamientos rígidos.
Pero si muy atractiva fue la presencia del Probosci Project, la del cuarteto Vibratanghissimo fue un auténtico acontecimiento. Integrado por el violista argentino radicado en Alemania Juan Lucas Aisemberg, la pianista francesa de origen vietnamita Tuyet Phan, y dos excelentes músicos germanos, el vibrafonista Oli Bott y el contrabajista Arnulf Ballhorn, el grupo –más allá de su nombre que remite a nuestra música ciudadana- amalgama de manera notable elementos del jazz, presente en las continuas improvisaciones, el tango, el folclore y la música clásica contemporánea. Contra lo que podría suponerse, incluso a partir del nombre del grupo, el vibrafón, del que Bott es un notable intérprete, no tiene un rol hegemónico y así se puede apreciar con nitidez el cálido sonido de la viola, las continuas ideas que aporta la pianista y la solidez de Ballhorn en el contrabajo en una perfecta integración de los cuatro instrumentos. Tras el comienzo con un muy buen tema de Aisemberg se escucharon notables versiones de una zamba de Alberto Ginastera, el muy personal tango Grillito, de Horacio Salgán y la chacarera La equívoca, de Ariel Ramírez, temas que permitieron lucidas improvisaciones de los músicos. El paquete dedicado a Astor Piazzolla estuvo integrado por creativas interpretaciones del lírico e introspectivo Años de soledad, el formidable Concierto para quinteto, el enjundioso Michelángelo 70 y una vibrante versión de Libertango, con una gran cadenza inicial a cargo de la pianista. Hubo también dos piezas de Ott, la melancólica Milonga oscura y la intensa Danza tempestuosa, pero las obras de estructura más compleja fueron dos piezas compuestas para el grupo por el pianista argentino Gustavo Beytelman y el músico alemán Helmut Abel. Un concierto que seguramente estará entre los mejores vistos en el año.
Jazzología es un auténtico hito dentro del jazz nacional y el festejo de sus primeros treinta años con estos conciertos es un muy merecido reconocimiento para su creador Carlos Inzillo, el público fiel que lo ha seguido a lo largo de su existencia y los nuevos espectadores que permanentemente se incorporan a su audiencia. Jorge García.
JUAN JOSE MOSALINI ORQUESTA. Tango en vivo. Aqua 404.
Uno de los más notables bandoneonistas de las últimas décadas es Juan José Mosalini. Radicado en Francia hace muchos años, aunque visitante frecuente del país en los últimos tiempos, su fructífera carrera comenzó en la década del 60, como integrante de las orquestas de José Basso y Leopoldo Federico. Músico de una técnica impecable y un hermoso sonido (algo que se puede apreciar en plenitud en sus grabaciones de bandoneón solo), en el año 1968, junto a Rodolfo Mederos y Daniel Binelli se incorporó a la orquesta de Osvaldo Pugliese, cuando varios de los músicos históricos de la misma se fueron para formar el Sexteto Tango. Esa formación del maestro fue una de las mejores de su dilatada historia y de ella se recuerdan arreglos memorables. En los años 70. Mosalini supo participar de formaciones vanguardistas, como el Quinteto Guardia Nueva (con Binelli) y el legendario sexteto Generación Cero que fundara Mederos. Ya en Francia, formó un excelente trío con Gustavo Beytelman y Patrice Caratini y un notable quinteto del que participara el gran violinista Antonio Agri. Pero tal vez la formación más estable de su estadía europea fue su orquesta, con la que grabó varios discos y realizó numerosas jiras.
Este disco doble que ahora edita el sello Aqua, es una serie de registros realizados entre 2006 y 2007 por esa orquesta, recorriendo un repertorio integrado por temas clásicos y de autores más contemporáneos. Es posible que para oídos exigentes, esta propuesta resulte menos arriesgada que la del quinteto o el trío; sin embargo, una audición atenta podrá percibir la frescura y creatividad de los diferentes arreglos. Dentro del extenso y variado programa, corresponde destacar , entre los temas más clásicos, las versiones de Ojos negros, El monito y un excelente arreglo del vals Romance de barrio y dentro de los más recientes, excelentes interpretaciones de Ciudad triste, Cabulero, Retrato de Julio Ahumada y Bien al mango. Los cuatro temas de Emilio Balcarce (La bordona, De contrapunto, Norteño y el poco conocido La transa) muestran la vertiente más “puglieseana” de la orquesta, en tanto que Tres minutos con la realidad y la extensa suite Tango ballet, de Astor Piazzolla, ofrecen la vertiente más arriesgada de la formación. De los cuatro temas cantados -dos por Sandra Rumolino y dos por Roberto Anselmi-, corresponde destacar la versión de Volver de la cantante, solo acompañada por el bandoneón de Mosalini. Un disco que permite una adecuada aproximación al talento de un gran bandoneonista. Jorge García.
TERCETO MURILLO. Tensiones. Epsa 1711.
Con una formación no muy frecuente, Guillermo Paulucci en piano y arreglos, Miguel Ortiz en guitarra y Diego Blanco en bajo, este trío ofrece un programa que alterna clásicos de nuestra música ciudadana con composiciones de Paulucci, quien se muestra como un interesante autor. Si bien la propuesta no está dentro de lo que se podría llamar vanguardia tanguística, los arreglos –siempre con la poderosa digitación del pianista como elemento conductor- son interesantes y escapan a lo convencional. Así se pueden escuchar atractivas versiones de obras bastante transitadas, como Taconeando, A Don Agustín Bardi, Bahía Blanca y la milonga Corralera y entre las composiciones de Paulucci se pueden destacar la intensidad del tango Sobre los techos, la vigorosa milonga Campo y ciudad y el lírico vals El viaje interior en el que aparece como invitado Jorge Cumbo en quena. Un muy interesante debut. Jorge García.
GERMAN PONTORIERO TRIO. GP + 3. Edición independiente.
Dentro de la buena cantidad de discos que en los últimos tiempos se definen como de “música rioplatense”, este con su selección de candombes, milongas y tangos lo es en el sentido más literal. Trío integrado por su líder en bajo (y se presume que también autor de la mayoría de los temas y arreglador, ya que el disco no lo informa), Ignacio Santos en bandoneón y Miguel Villaveirán en batería y percusión desarrolla un programa integrado por varios temas instrumentales y algunos cantados por Pontoriero en los cuales la baja calidad de la grabación de la voz perjudican el resultado. Por ende, los mejores momentos de la placa hay que buscarlos en los mencionados segmentos instrumentales, tales como el vigoroso Slap tango, el atractivo Choro porteño, la enjundiosa Milonga Guarilo y Abuelitango y Albertango, de claros ecos “piazzolianos” ambos, ya desde su título. El disco finaliza con dos enérgicos temas, Candombeando, en el que tiene una lucida participación Leonel De Francisco en trompeta y Toque de milonga candombe de kumbabantú, interpretada por un potente conjuntos de percusionistas. Jorge García.
ROLANDO GOLDMAN. Charanguisto. Edición independiente.
Destacado instrumentista de charango y ronroco, Rolando Goldman presenta este trabajo,curiosamente editado en dos discos, ya que la suma de las dos placas apenas excede los 40 minutos. Así el primer CD está dedicado a varios temas del folclore nacional y latinoamericano en los que participan diversos invitados. En las Tres tonadas que dan comienzo al CD aparecen el guitarrista Marcos Di Paolo y la atractiva voz de Mónica Abraham, en el clásico Hasta siempre, de Carlos Puebla, se puede escuchar un manifiesto político del subcomandante Marcos, de Chiapas. Apure en un viaje es un dúo de Goldman con el arpista y cuatrista venezolano Eduardo Betancourt, en tanto que la Orquesta Argentina de Charangos interpreta Chuquisaqueñita. El mejor momento de esta placa es la versión de la Canción del jangadero, de Jaime Dávalos, en la que participa María Laura Caballero en ronroco. Más homogéneo aparece el segundo CD, Paisajes sonoros de la Argentina donde Goldman aparece como solista en charango y ronroco, acompañado por un quinteto de cuerdas, versionando varios clásicos del folclore nacional, con ajustados arreglos de Juan Quintero. Un disco con varios segmentos interesantes. Jorge García.
ADENTRO. Guillermo Delgado Grupo. Edición independiente.
Contrabajista que durante mucho tiempo desarrolló su carrera en los terrenos del jazz, Guillermo Delgado se introduce aquí en los muy ricos territorios de la música folclórica nacional. Con una formación de base que completan Leandro Cacioni en guitarra y Agustín Lumerman en percusión más la presencia de numerosos invitados de primer nivel, el grupo desarrolla un programa integrado en su mayoría por temas clásicos de nuestra música nativa, interpretados con una impronta de claro cuño jazzístico, perceptible en las improvisaciones que desarrollan los músicos en los temas instrumentales. Así el trío se luce en las versiones de la jovial cueca Peoncito viñador, el bello Carnavalito del duende, del Cuchi Leguizamón y la poco conocida Canción de la montaña de Atahualpa Yupanqui. Hay muy buenas colaboraciones de Marcelo Chiodi en quena, sobre todo en el tema de Delgado A Ricardo Vilca. Las intervenciones vocales están a cargo de Juan Iñaki, quien se luce en la Zamba para la viuda, del Cuchi, Marcela Passadore, destacada en Oro verde, de Falú y Dávalos y Valeria Ebu Isaac, autora del landó Sale la luna. Uno de los mejores momentos del disco es la notable participación de la pianista Lilian Saba en el bello tema De raíz pampeana, de Oscar Alem. Un muy promisorio trabajo de Guillermo Delgado dentro del género folclórico. Jorge García.
ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 8 DE OCTUBRE A LAS 21 HS. EN CAFÉ VINILO, GORRITI 3780.
ENSAMBLE CHANCHO A CUERDA. Deconstrucción. Edición independiente.
Dentro de la hiperabundancia de grupos que transitan por las vertientes de la fusión de ritmos de distinto origen no son muchos los que han conseguido desarrollar un estilo y un sonido original. Uno de estos casos es el del Ensamble Chancho a Cuerda, que si en su trabajo anterior (comentado en este espacio) había logrado notables recreaciones de obras de grandes compositores argentinos y latinoamericanos aquí ofrece un programa integrado casi en su totalidad por temas propios. Con una formación en la que predominan las cuerdas pero a la que la presencia de Manuel Rodríguez en clarinete y clarón le otorga un timbre muy particular, el grupo resulta difícilmente encasillable. Si en las obras vocales cantadas por Nicolás Rallis se pueden detectar ecos del uruguayo Leo Masliah, las que interpreta Nahuel Carfi ofrecen una impronta más oscura que se acentúa en la sombría versión de Nocturna, de Daniel Viglietti, única obra no perteneciente al grupo. Pero es en los temas instrumentales donde el sonido se hace más personal, tanto en las complejas estructuras de Mar negro y Criatura, del bajista Julián Garay como en las más joviales Partida y La broma, de Rodríguez o en los aires folclóricos de Familia, del guitarrista Lautaro Matute. Un nuevo disco del Ensamble que lo confirma como una de las formaciones más originales de la actualidad dentro la música popular argentina. Jorge García.
ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 14 DE OCTUBRE A LAS 21 HS. EN LA SALA SYRANUSH, ARMENIA 1353,
MISIA. Delikatessen Café Concerto. Aqua 418.
Una de las figuras más importantes de la música portuguesa, la cantante Misia amalgama en sus interpretaciones la tradición del fado con elementos más actuales. Muy buena vocalista de una gran versatilidad, lo que le permite cantar en varios idiomas y dominar diferentes ritmos y estilos, en este disco elige un repertorio de tono intimista, con varios temas dedicados a diversas figuras del espectáculo. Acompañada, en varias obras solo por el pianista Fabricio Romano, responsable con la cantante de los arreglos, más la presencia en algunos casos de la guitarra portuguesa y dos instrumentos menos comunes en la música de ese país, el acordeón y el violín, Misia recupera la tradición del fado en Fado do Ciume, dedicado a la gran Amalia Rodrigues y en el bello y sentido Rasto de infinito. Hay un emotivo tema, Que será, en memoria de la gran cantante brasileña Dalva de Oliveira y otro en francés, Chanson d´Helene, que interpretara en su momento Romy Schneider. También en francés canta Les mots d´amour, dedicado a Juliette Greco y en castellano homenajea a Sarita Montiel en Agua que no has de beber y a la gran bolerista La Lupe en Esas lágrimas son pocas, donde Misia emula el estilo de la gran Olga Guillot. Y uno de los mejores momentos del disco es la sentida versión de Nanas de la cebolla, en memoria del gran poeta Miguel Hernández. Un nuevo CD que confirma la ductilidad de esta gran artista portuguesa. Jorge García.
MAURICIO DAWID. Sonora. Kuai 001.
JUAN BAYON. Control. Kuai 011.
FRANCISCO SLEPOY. Nuevo Snark. Kuai 007
PABLO DIAZ. Mouna. Kuai 014.
Siempre es bienvenida la aparición de un nuevo sello de jazz y, con más razón, si el sirve para permitirles grabar a jóvenes músicos que interpretan su propia música. Es el caso de Kuai Music, el sello creado por el baterista Francisco Cossavella, el guitarrista Damien Poots y el contrabajista Mauricio Dawid. Con varios discos editados “físicamente” y otros que por el momento solo se pueden comprar y/o escuchar por internet, allgunos de sus títulos ya fueron comentados en este espacio (los dos del pianista Santiago Leibson, el de Miguel Crozzoli, el primero de Pablo Díaz) y ahora nos ocuparemos de otros cuatro.
El primer trabajo del contrabajista Mauricio Dawid, compositor de la mayoría de las obras del disco, muestra a un instrumentista y compositor de muy buenas aptitudes. Al frente de un quinteto integrado por músicos tal vez no demasiado conocidos fuera de los ambientes estrictamente jazzísticos pero excelentes, como el trompetista Federico Lazzarini, un intérprete de sonido claro y limpio y muchas ideas, el saxofonista Misael Parola, del que alguna vez dije, y ratifico, que es dueño de un estilo que recuerda salvando las inevitables distancias- al gran Lee Konitz, el muy joven pianista Tomás Fares, uno de los tecladistas más promisorios de la escena jazzística actual y el siempre eficaz Fran Cossavella en batería, desarrolla un programa en el que prevalece un tono marcadamente melancólico. Esto es notorio, en particular en las dos primeras obras del disco, Espejos de Sonora, que cuenta con excelentes solos de Fares y Parola y Ladrón de patos, donde se lucen, otra vez Parola, y Lazzarini. Enero, en la que aparece como invitado el guitarrista Patricio Carpossi, muestra un muy buen trabajo de la sección rítmica, en tanto que en el atractivo Colina arriba se destacan Fares y Lazzarini. En el introspectivo Peace, de Ornette Coleman hay otro muy buen solo de Parola, en tanto Hip Chong propone un tenue aire rockero. El disco finaliza con una bonita versión de Cisne, de Luis Spinetta, un compositor cada vez más interpretado por los músicos de jazz. Un muy interesante debut.
El segundo disco es de Juan Manuel Bayón. Contrabajista de gran versatilidad que –si bien desarrolla su trabajo principalmente en el terreno jazzístico puede adaptarse sin dificultades a otros contextos- aquí presenta sus propias composiciones, con la excepción de una, acompañado por cuatro de los mejores saxofonistas de la actualidad y el habitual Francisco Cossavella en batería. A través de diversas formaciones y sin la presencia de ningún instrumento armónico, sus obras se caracterizan por la muy buena interacción de solos y dúos que se dan entre los saxos. Así en el breve tema inicial, Percepción de la continuidad, se destaca el solo de soprano de Rodrigo Domínguez y en Rupturas hay excelentes participaciones de Juan Torres en tenor y Emmanuel Famín en alto y muy buenos momentos de diálogo entre ambos. Marea muestra la vertiente más lírica y reflexiva de Bayon y en El límite de la conciencia, un tema de Cossavella se destacan otra vez Torres y Famín y hay un muy buen solo del baterista. En Invisible es muestra otra vez el fluido diálogo entre los saxofonistas en tanto que en Kafka Tamura (dos) y El sueño de René son muy creativos los dúos entre el bajo y la batería; en Enfrente a los saxos de Torres y Famin se agrega el barítono de Pablo Moser y retorna Rodrigo Domínguez con un notable solo de soprano. Otro muy buen debut.
El disco de Francisco Slepoy muestra a un guitarrista cuyo sonido oscila entre la modernidad y la vanguardia y que, en este caso, es autor de todos los temas del disco. Acompañado por Miguel Crozzoli en tenor, uno de los saxofonistas de sonido más personal de la actualidad, Fernando Toyos en contrabajo y nuevamente Cossavella en batería, el grupo desarrolla un muy atractivo programa. El tema inicial, que da título al disco ofrece un clima obsesivo y un brillante solo de Crozzoli mientras que Roncachita I y II son obras más oscuras e introspectivas. Embrión de Chaco propone un tiempo más rápido con Slepoy utilizando la guitarra distorsionada, mientras que Lenta pero aumentada, tras una introducción de la guitarra desarrolla un dúo de saxo y bajo climático y misterioso. Free I y II muestran la vertiente más arriesgada de Slepoy y Crozzoli, desarrollando un vibrante y creativo diálogo de líneas asimétricas entre el saxo tenor y la guitarra, culminando con un formidable solo del saxofonista. En el tema final 3 del VI, se destaca la sección rítmica, terminando el disco con otro gran solo de Crozzoli. Un disco que muestra a un muy competente compositor y a cuatro músicos en gran forma.
Pablo Díaz ya había grabado para este sello un interesante disco pero su segundo trabajo lo muestra más arriesgado y creativo en su propuesta. Baterista de muy buena técnica, con muchas ideas que exceden ampliamente la de ser un mero acompañante, aquí ofrece un repertorio integrado en su totalidad por obras de su autoría. Acompañado por Pablo Moser en saxo tenor, Damien Poots en guitarra y Germán Lamonega en contrabajo, Díaz ofrece un variado caleidoscopio de composiciones que transitan los terrenos de la vanguardia jazzística. Ambulancia es el tema más extenso del disco donde se destaca el robusto sonido y el personal fraseo de Moser, mientras que Poots ofrece un solo más lírico e introspectivo, con el contrabajo y la batería integrándose perfectamente al trabajo de los dos solistas principales. FlaM es una atípica balada que apela a la repetición de frases y al sonido distorsionado de la guitarra en tanto que Sartén está interpretada en un tiempo más rápido y vigoroso. En Mecanógrafo vuelve a destacarse el poderoso sonido de Moser, con un gran trabajo con los agudos, en tanto que Estirpe ofrece un extenso y creativo solo inicial de la batería, mientras que Poots desarrolla aquí su más destacada participación del disco. El clima sombrío de Pasiflora se contrapone con el vibrante Tobogán con que concluye la placa, en el cual los cuatro integrantes del grupo muestran una perfecta interacción. Un excelente segundo disco de Pablo Díaz. Jorge García.