Día 4 | Cannes 2016

Por Fernando E. Juan Lima

Publicada el 14/05/16.

Exil de Rithy Panh significa otro paso del director de S21: The Khmer rouge death machine en el camino del ensayo, casi del diario íntimo antes que del documental clásico. Ya en The missing picture el realizador hacía uso de la animación para contar la historia que, en el caso de su última producción, hace centro en su propia vida para re-pensar la historia de su país, la política y, sobre todo, la idea de revolución. El reposado francés con un acento que nos mece da tiempo para incorporar y modular cada una de las frases, las dudas, los pensamientos. A mi entender funcionan mejor las imágenes de archivo que las imágenes que poetizan lo dicho, que a veces empujan el asunto hacia una especie de realismo mágico demasiado adocenado.

Toni Erdmann, de Maren Ade (Alle anderen) narra el reencuentro de un padre ya mayor con su hija, que trabaja en una multinacional especializada en flexibilizar empresas conforme los tiempos que corren. Eufemismo que tiene que ver con despidos masivos y todo tipo de medidas impopulares. Que el padre sea un bohemio de constante y ríspido buen humor garantiza el choque, que terminará ocupando las casi tres horas de narración. Quizás efecto del festival y de las muchas horas sentado en distinta salas, ese es posiblemente el único punto a criticar: la película funciona muy bien con el humor, los personajes tienen filo y carnadura, pero hay algunos momentos que parecen extender la trama innecesariamente, repitiéndose como un karma situaciones ya vividas. Inolvidables la escena musical con un tema de Whitney Houston y una fiesta de cumpleaños nudista (la película crece con el tiempo).

Mademoiselle, de Park Chan wook es finalmente la gran paja que estaba esperando (el sentido de lo dicho no puede ser sino positivo). Vuelta sobre vuelta, engaño sobre engaño el director de Old boy es un gran mentiroso que no oculta esa condición. Cada imagen contiene una composición y una idea que buscan el placer y aprovechan las superficies para que ese disfrute contrabandee algo de la trama que suele resumirse en una traición o venganza. Es el cómo, la forma lo que nos interesa y lo que hace que esta primera vez de poder acercarse a la premier de una película suya en el Festival de Cannes sea para mí un verdadero evento. Aclaro esto porque por acá las versiones van por el lado de «sí, pero yo al principio ya me habia dado cuenta de que…», «todo muy lindo pero de vuelta eso de contar la misma historia desde distintos ángulos…», «…se me hizo muy larga la segunda hora…». Debo decir que por mí la película podía durar dos horas más con tranquilidad. Y no me importa darme cuenta de que me estaban mintiendo, después de todo qué otra cosa esperamos de Park. En ese placer de ese lubricado devenir (término muy pertinente, ya que el film sin dudas homenajea al pinku) sólo hay que dejarse llevar y disfrutar el viaje. En fin, como se dice por allí: mentime que me gusta.

Y el festival sigue muy bien. Hoy vi dos películas más. Y las dos buenas. Una de ellas es la de Steven Spielberg. La seguimos mañana.

SUSCRIPCIÓN
Si querés recibir semanalmente las novedades de elamante.com, dejanos tus datos acá:
ENCUESTA

¿Qué serie de Netflix te gusta más?

Cargando ... Cargando ...