Día 10 | Cannes 2016

Por Fernando E. Juan Lima

Publicada el 21/05/16

Mimosas fue la ganadora principal de la Semana de la crítica y había omitido referirme a ella por acá. Esta vez el premio ha sido merecido ya que el «western religioso» de Oliver Laxe está entre lo mejor de lo que pasó por este festival. La religiosidad tiene que ver con los personajes: un grupo de hombres y mujeres que acompaña a un Sheik para cumplir su última voluntad. Y ésta es que al morir, sea sepultado junto a los suyos. Pero la muerte no espera y en medio de las desérticas montañas él fallece y la caravana tiene que decidir si seguir o incumplir con su deseo, enterrando al Sheik allí mismo. En otro lugar, en alguna ciudad de Marruecos hay otro personaje que es enviado a ayudar a la caravana. La textura es abierta e invita a adentrarse en los paisajes, pero la trama es bien definida, así como las pulsiones y valores que guían a los personajes. Lo que se nos antoja misterioso es la lógica no causal, o no causal al modo en que lo pensamos por estas tierras. Caravanas, mulas y caballos, alguna emboscada por un desfiladero… otro western que vale la pena en el festival de Cannes.

En la misma sección Nadav Lapid (The Kindergarten teacher) presentó From the diary of a wedding photographer, que en solo 50 minutos se mete con un tema con tanta miga como lo es el de las bodas y sus extraños ritos y, por supuesto, la verdad (¿?) del amor. Basada una vez más de alguna manera en un tema personal que sirve como disparador (el director escribía poesía de muy niño, como el protagonista de la película anterior, y trabajó de joven filmando bodas), la forma tiene que ver con el cruce de documental en primera persona con pequeñas ficciones. Estas últimas son las de las parejas sacándose fotos o filmando las imágenes previas al casamiento, o el casamiento mismo. La disección de los ritos no tiene solo que ver con las imágenes, sino que van aflorando los sentimentos ocultos de todos los personajes. La mirada es oscura, desesperanzada, ajena a toda fe o magia. Consejo para los casaderos: no lo contraten a Lapid para filmar vuestra boda.

Bacalaureat, de Cristian Mungiu confirma eso de que el «sello de origen» no es garantía de nada. El error de considerar al cine de un país determinado como un género en sí mismo es un lugar común que criticamos pero en el que cada tanto incurrimos. Hay algo que une esta película con otras del mismo origen, por supuesto. Allí están los personajes atrapados en un laberinto burocrático tan caprichoso como perverso, el dilema que implica que el único mecanismo para escapar de él sea la corrupción (a la que se critica cuando la practica el otro pero se hace la vista gorda en lo que a cada uno respecta), las heridas de un pasado evidentemente presente aún en la vida cotidiana. El problema tiene que ver con un padre obsesionado porque su hija de un examen con una nota determinada para poder ir a estudiar a Inglaterra. El hecho de que el día del examen la joven sufra un intento de violación habla de la violencia reinante pero también es el disparador para una serie de posibles contubernios para que la prueba pueda rendirse y, además, con el resultado necesario. Sobre-escrito y predecible, el film parece una copia desmejorada del cine de Porumboiu.

La mort de Louis XIV, de Albert Serra es una genial obra de cámara que cumple con lo que promete. La larga noche de Luis XIV podría re-titularse la película jugando con la que hoy presentan en Un certain regard Andrea Testa y Francisco Márquez (La larga noche de Franciso Sanctis, gran ganadora del último BAFICI). Jean Pierre Léaud fantástico protagonista presta su cuerpo a este experimento perfecto, que abre diálogo con las obras de Sraub-Huillet y Renoir. Detallista, exuberante y extenuante, en los detalles algo caprichosos Serra siempre encuentra lugar para el humor.

Gimme Danger (obvio juego de palabras con Gimme Shelter), es la segunda película presentada en la sección oficial (fuera de competencia) por Jim Jarmusch. Se trata de un documental sobre The stooges, en el que cruza algo de material de archivo, una larga entrevista a Iggy Pop (aparecen también, claro los otros integrantes de la banda), comentarios a las charlas a través de imágenes de películas y hasta momentos de animación. Esto último es bastante plano y sin demasiada razón de ser, en tanto los juegos que propone con imágenes de películas o de la cultura pop son por momentos bastante obvias, un poco al estilo de lo que hacía TVR cuando una idea o una palabra dispara una asociación relativamente libre para tratar de generar humor. Lo mejor, más allá de algún hallazgo de archivo, es la propia charla central en la cual se nota la corriente de confianza que existe entre el realizador y el cantante, ya que es difícil de imaginar que de otra manera el entrevistado se abriera de esa manera.

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