Los discos del Viejo Canalla

TANGO

BRIAN CHAMBOULEYRON. Canciones al oído. Random Records 977.

La tradición del cantor tanguero que se acompaña con su guitarra tiene una larga data en la Argentina, aunque hoy no son muchos los intérpretes que la aborden. Uno de sus escasos representantes actuales es Brian Chambouleyron. Músico de sólida formación –es un excelente guitarrista- y también actor, en su estilo interpretativo, contenido e intimista, en el que su voz trasmite diversos matices sin enfatizar nunca las frases, se pueden detectar los ecos del hoy no demasiado recordado Charlo. Su carrera como cantante comenzó en dos exitosos espectáculos, “Glorias porteñas” y “Patio de Tango” y su discografía hasta la fecha siempre se desarrolló dentro del terreno tanguero e interpretando clásicos, con algunas placas relevantes como  Voz y guitarra y Tracción a sangre. Sin embargo, en su quinta entrega como solista, Chambouleyron decide ampliar su repertorio, incorporando algunos nuevos autores y también cantando en francés y portugués. El resultado es un CD que –a pesar de su eclecticismo- muestra a un intérprete de notable coherencia estilística y en plena madurez. Así junto a antiguos clásicos del tango y la canción criolla, como Volver, Tal vez será su voz, Apure delantero buey (objeto de una notable versión) y el poco conocido Por tus ojos negros, se pueden escuchar  obras de autores nuevos, como Milonguera de ley, del Tape  Rubín, Un gaucho en la lluvia, un tema satírico algo exterior de Acho Estol y la bella milonga El mate lavao, de Rafael Amor. La música brasileña está representada por Manha de carnaval, exitoso tema de la película Orfeo negro y Luz de sol, de Caetano Veloso y la ductilidad del cantante puede apreciarse cuando interpreta en francés Que reste-t-il de nos amours, un antiguo hit de Charles Trenet, y Le méteque, de Georges Moustaki. También aquí se estrena como autor en la Milonga del amor y dos de los grandes momentos del disco son sus versiones del bolero Cuenta conmigo y la interpretación, en la que fusiona con sabiduría el dramatismo y la ironía, de No me amenaces, de José Alfredo Jiménez.. Este muy atractivo disco finaliza con una bella exposición de Palabras para Julia. Un disco de Brian Chambouleyron diferente a sus trabajos anteriores, que lo muestra emprendiendo nuevas búsquedas, pero sin renunciar nunca a los rasgos personales que lo definen como intérprete.

BRIAN CHAMBOULEYRON  SE PRESENTARA EL JUEVES 16 DE AGOSTO A LAS 21.30 HS. EN NOTORIOUS, CALLAO 966.

 

ADRIAN IAIES-HORACIO FUMERO. Conversaciones desde el arrabal amargo. Untrefon 8.

En este espacio hemos tenido oportunidad de comentar varios discos del pianista Adrián Iaies y en esas reseñas señalamos las características salientes de su estilo, una luminosa fusión entre la inspiración melódica y la capacidad para la improvisación. Si a ello le agregamos su toque sutil y delicado, una depurada técnica, la precisa digitación y el inalterable buen gusto, no quedan dudas que estamos en presencia de un notable pianista. Este año parece ser particularmente prolífico dentro de su discografía, ya que hace pocos meses apareció el muy buen CD  Melancolía en el que predominaban las formaciones de trío y cuarteto. En esta ocasión. Iaies propone un trabajo en dúo –con la presencia ocasional de invitados de fuste, tal el caso de Roxana Amed, Marino Loiácono y Leon Gieco- con el contrabajista Horacio Fumero. Radicado en España desde hace tres décadas, donde durante mucho tiempo –entre muchos trabajos- formó parte del trío del gran pianista catalán Teté Montoliou, Fumero es un excelente instrumentista que ya había acompañado a Iaies en uno de sus proyectos más exitosos: el Tango Reflections Trio. Músico con gran dominio de su instrumento, tanto en su faz rítmica como melódica, consigue en este disco doble, uno grabado en estudio en 2010 y otro en vivo durante una presentación en Café Vinilo este año- una perfecta amalgama con el pianista, entablando un permanente diálogo, pleno de creatividad. Si hubiera que establecer una diferenciación entre los dos discos, se podría señalar que en el disco de estudio, más ecléctico en su programa y más introspectivo y reflexivo, predomina la veta melódica del pianista, mientras que en el grabado en vivo, más inclinado a la vertiente tanguera de los músicos, y de un tono más “caliente”, su facilidad para la improvisación se hace dueña de la placa. Ante el parejo nivel de calidad de ambos programas, se hace difícil establecer preferencias. Por mi parte, puedo colocar entre mis highligts, del disco en estudio la  versión de Chiquilín de Bachin, donde la bella melodía de Astor Piazzolla se desarrolla en profundidad, la Tonada del viejo amor, con un muy buen solo de Mariano  Loíacono en trompeta, Monk´s Mood, vertido en tiempos más rápidos de los habituales, La colina de la vida, con una excelente participación vocal de Roxana Amed , el lírico solo de piano de Iaies en Laura va y la versión de Mi refugio, de Juan Carlos Cobián, uno de los autores favoritos del pianista. Del brillante disco en vivo destaco los bruscos cambios de tiempo de Boedo, la versión de Gricel, expuesto como una melancólica balada, la libre estructura con la que está interpretado Fuimos, el personal arreglo de Milonga del ángel, con un introspectivo solo de Loiácono, y Vida mía, con un tratamiento en el que se cuela un cierto aire de chacarera. Dejo para el final la versión del vals Pedacito de cielo, el arreglo más complejo y elaborado del disco, 12 minutos de imaginación y creatividad ininterrumpidos.  Un CD notable, a cargo de dos grandes intérpretes y en el que Adrian Iaies demuestra que se pueden grabar discos con frecuencia sin rebajar un ápice el nivel de calidad.

ADRIAN IAIES Y HORACIO FUMERO SE PRESENTARAN LOS SABADOS 1, 8 Y 15 DE SETIEMBRE A LAS 21 HS. EN CAFÉ VINILO, GORRITI 3780.

 

 

 

 

ALBERTO PODESTA-LAS BORDONAS. Alta Gama. Alfiz 542257.

Hay cantantes de tango que, a pesar de su edad y por mantener –tal vez no intactas, pero si en muy buenas condiciones-  sus aptitudes vocales, permanecen vigentes. Posiblemente el caso más emblemático sea el de la centenaria Nelly Omar, pero dentro del escalafón masculino, nombres como los de Juan Carlos Godoy y Alberto Podestá también se han hecho acreedores a ese reconocimiento. Y es precisamente Podestá quien – a los 87 años y con más de 70 de trayectoria- y  tras quince años de ausencia graba este disco. Vocalista fundamental de las formaciones de Miguel Caló, Carlos Di Sarli y Francini-Pontier, aquí se presenta acompañado del trío de guitarristas Las Bordonas, desgranando una serie de tangos y milongas clásicos, algunos muy conocidos, otros no tanto,  y un par de obras señeras del repertorio folclórico. Podestá mantiene un muy buen nivel vocal a lo que le suma la expresividad que siempre fue un rasgo característico de su estilo. Desfilan así muy buenas versiones de Anclao en Paris, Yira, yira y Milonga del 900, entre las más escuchadas, pero también de obras menos transitadas, como Tristeza criolla  y La mulateada. Mención especial merecen las incursiones del cantante en el terreno folclórico, con buenas interpretaciones de Los ejes de mi carreta y la antigua cueca Los 60 granaderos. Está muy bien integrado el acompañamiento de Las Bordonas, quienes también se lucen en una versión instrumental de Campo afuera, mientras que uno de sus integrantes, Nacho Cedrún ofrece ajustadas versiones de Yo te bendigo y En un beso la vida. Un disco que ratifica la vigencia de una de las últimas figuras míticas vivas del tango cantado.

 

 

 

QUINTETO NEGRO LA BOCA. Album negro. Epsa 1436.

Formado en el año 2008 y, como ellos señalan, representantes del espíritu de la República de la Boca, el Quinteto Negro la Boca, con la dirección de Pablo Nicolás Bernaba,  propone una formación de algún modo atípica ya que un segundo bandoneón reemplaza al violín, muy común en este tipo de grupos. Su repertorio se integra por obras clásicas, temas propios y la participación de letristas, como es el caso en este disco de Osvaldo Bayer, que le confieren al grupo un definido tono político. Integrado por Bernaba y Daniel Arbós Dara en bandoneones, Maximiliano Larrea en guitarra, Patricia Szilagyi en piano y Lucas Pereira en contrabajo, en su segundo trabajo,  cuenta con la presencia de varios cantantes  y algunos músicos invitados. Hay buenas versiones instrumentales de dos clásicos como Recuerdos y Ojos negros y del tema El detalle, de Bernaba, mientras que a la atractiva interpretación del chamamé Merceditas, se le suma la presencia de Susannah Simons en violín. Entre las obras vocales, son destacables Duelo criollo, con la participación de Cucuza Castiello y la Milonga en negro, interpretada por Rodrigo Perelztein, mientras que Severino –dedicado al anarquista Severino Di Giovanni- con la voz de Hernán Fernández y Patagonia rebelde, donde participan Limón García y la rapera Malena D´Alessio, ambas con letras de Bayer, muestran el mencionado matiz político del grupo. Un CD que muestra a una formación que propone elementos personales y distintivos en su repertorio.

 

 

MARTIN ROBBIO. Parresía. Epsa 1448.}

LEANDRO CACIONI TRIO. Sudamericano. Edición independiente.

CASTAÑAS DE CAJU.  Entrelunalashojas. FD 017.

Integrante de la formidable Orquesta Sudamericana que dirige Nora Sarmoria, el pianista Martín Robbio presenta aquí su segundo trabajo discográfico. Acompañado de Juan Fracchi en contrabajo y Ariel Sánchez en batería y percusión, más la participación de varios invitados de fuste, el pianista desarrolla un programa compuesto por obras de su autoría, inspiradas libremente en ritmos folclóricos sudamericanos, pero en los que también se percibe una clara influencia jazzística en la estructura de los temas, perceptible en el marcado predominio de la improvisación. Robbio es un instrumentista muy dotado y también como autor se muestra  competente en un programa  variado en su recorrido de diversos ritmos, donde su piano se complementa muy adecuadamente con el trabajo de base de sus compañeros. Dentro de un disco muy atractivo, caben resaltar las versiones del enjundioso candombe Lomas de Zamora, la muy libre estructura de la chacarera Del lado del hueso y el tono camarístico de Triste, con un muy buen dúo con el contrabajo tocado con el arco por Fracchi, la bonita zamba Cuchillo de palo y la libertad que ofrece la milonga Segurola y La Habana. En el melancólico Minuta, hay una excelente participación de Enrique Norris en corneta, en tanto en el tangueado Contenida, propone un muy buen dúo de Robbio con el bandoneón de Ariel Hernández. Y no podía faltar Nora Sarmoria, quien con su acordeón le otorga un clima muy brasileño a Ansiosa. Un muy atractivo disco de un pianista al que habrá que seguir con atención en futuros trabajos.

Otro buen disco inspirado en ritmos de la música de nuestro continente es el de Leandro Cacioni trío. Guitarrista de muy buena técnica, que ha tocado con una larga lista de músicos del continente, también ha trabajado en diversos países de Latinoámerica, y aquí está acompañado por Claudio Solino en bajo y Lucas Helguero en percusión, más la participación de algunos invitados, ofreciendo un programa con siete composiciones suyas, en las que se muestra como un muy atractivo compositor y tres obras de grandes autores de la música brasileña. Dentro del variado programa se pueden destacar Choro, con muy buena intervención de Emiliano Alvarez en clarinete, Casinos de chincha, donde se luce Andrés García Strauss en piano y flauta y Landocinho, con fuerte influencia de la música negra del Perú. Hay también una muy buena versión de Samba triste/Canto de Ossanha, de Baden Powell y Vinicius de Moraes y el disco culmina con Samambaia, un bello tema de César Camargo Mariano. Un primer trabajo que muestra a un guitarrista y compositor muy interesante que abre expectativas favorables sobre su ulterior desarrollo musical.

Castañas de Cajú es un grupo formado en La Plata en el año 2008 por un grupo de estudiantes de música que decidieron sumar sus experiencias. Integrado por Juan Pedro Dolce en guitarras y composición, Ramiro Florentín en bandoneón y clarinete, Facundo Codino en bajo eléctrico, Joaquín Zaidman en batería y Andrés Castellani en percusión, con todos sus integrantes como vocalistas, y la participación de diversos invitados, la formación se suma a la larga serie de conjuntos que desarrollan su música a partir de trabajar sobre diversos ritmos folclóricos, tanto argentinos como del continente. Hay que decir que en este caso, el trabajo del grupo en lo que hace a los aspectos instrumentales –en la que se destacan las participaciones de Dolce y Florentín- resulta más interesante que sus composiciones vocales en las que predomina  un tono romántico algo edulcorado. En cualquier caso, siempre es bienvenida la presentación de un nuevo grupo que presenta sus propias obras, alejándose de las pautas que propone la música comercial de consumo.

 

 

 

 

JAZZ

CARLOS LASTRA EN VIVO. The Inch Worm. RivoRecords 13.

Si  hay dentro del jazz local un saxofonista indiscutido como referente de los músicos jóvenes, ese es Carlos Lastra. Músico de neta raigambre “coltraneana”, su sonido robusto e inconfundible, su poderoso fraseo y su capacidad como improvisador lo colocan en la primera línea dentro del fértil panorama del jazz local. Por otra parte, su escasa discografía, potencia el interés de sus conciertos en vivo, el lugar en el que puede desarrollar en plenitud las virtudes antes señaladas. Es por ello un auténtico acontecimiento el lanzamiento de este CD doble registrado durante una presentación en el Café Vinilo en el que, acompañado por tres de los mejores músicos jóvenes de la escena jazzística nacional, el talentoso pianista Francisco Lo Vuolo, Cristian Bórtoli en contrabajo y Sebastián Groshaus en batería, el saxofonista desarrolla un programa integrado por conocidos standards y –como no podía ser de otro modo- dos enjundiosos temas de John Coltrane. Señalábamos la importancia del registro en vivo, por la posibilidad que ofrece de versiones extendidas (varios de los temas superan los 15 minutos) en la que un improvisador de los quilates de Lastra puede ofrecer solos sin las limitaciones que generalmente tienen las grabaciones en estudio. El comienzo es una poderosa versión de Softly as in a Morning Sunrise en la que el saxo tenor propone una serie de variaciones en una suerte de espiral, alrededor de la melodía principal del tema. Los muy buenos solos de los otros integrantes del grupo  son un excelente complemento a la labor del saxofonista. En The Inch Worm, Lastra encara el tema con el saxo soprano, construyendo un brillante solo, al que le sigue otra destacada participación del pianista. La bella balada Soul Eyes, de Mal Waldron, es introducida por el piano y tiene un lírico e introspectivo tratamiento por parte del saxofonista, culminando con una gran cadenza del saxo tenor en solitario. El primer tema de Coltrane, Chasin´de Trane comienza con un prolongado y vigoroso dúo del tenor con la batería de sostenido crescendo, en el que Groshaus muestra sus variados recursos y hay también un solo de piano en el que Lo Vuolo hace gala de su inventiva. La balada I´ll being you está expuesta en un sereno dúo del saxo tenor con el contrabajo, precediendo otro potente recorrido por el universo coltraneano en Africa, en el que luego de una introducción del contrabajo, los músicos ofrecen intensos solos. El doble CD culmina con una  bonita versión de A Child Is Born tocada en tiempo medio y en la que Lastra muestra  que también en el soprano es un gran intérprete. A esta altura, corresponde señalar que estamos no solo ante uno de los mejores discos del año sino también frente a una de las placas más relevantes que haya ofrecido a través de su historia la discografía jazzística argentina.

 

 

 

RICARDO CAVALLI. Heart to Heart. RivoRecords 15.

La idea de que toquen dentro de una misma formación dos saxos de diferentes estilos puede dar lugar  a una buena propuesta musical. Afortunadamente este es el caso de la reunión dentro de un mismo disco de Ricardo Cavalli y George Garzone. Si a Cavalli, dueño de un estilo lírico y más bien contenido, se lo podría señalar como un heredero de la línea que inaugurara Lester Young y tuviera continuadores tan destacados como, vg, Stan Getz, Garzone, poseedor de un sonido exuberante y agresivo está, sin duda, entre los continuadores de la tradición de un Sonny Rollins y un John Coltrane. Estas características se pueden apreciar en este disco, en el que al cuarteto de Cavalli, integrado por Guillermo Romero en piano, y la consistente sección rítmica que integran Carlos Alvarez en contrabajo y Eloy Michelinien batería, se le agrega en varios temas como invitado Garzone, en un disco que se encuadra dentro de una línea moderna de post hard bop. El disco comienza con Beatrice ,de Sam Rivers, con buenos solos de todos los músicos, a la que sigue una versión de Peggy ´s Blue Skylight en la que hay un excelente dúo de Cavalli con Alvarez. Crescent, un gran tema de Coltrane, es una buena oportunidad para apreciar los diferentes estilos de los saxofonista, más áspero el de Garzone, más introspectivo el de Cavalli y hay también aquí un excelente trabajo de Michelini. The Girl from argentina, un tema de Garzone en el que RC está ausente, es una bossa nova ligera y algo extendida, pero en Hey, Open Up, otro tema suyo, GG retoma su sonido potente, destacándose también aquí Romero. EL atractivo CD finaliza con dos baladas, la gloriosa Naima, también de Coltrane, y Easy Living, un lírico dúo de saxo y piano de RC y Romero. Un disco que ratifica a Ricardo Cavalli como uno de los saxofonistas relevantes de la escena local y permite apreciar en varios temas el sonido intenso y vigoroso de George Garzone.

 

 

 

ERNESTO JODOS. Light Blue. RivoRecords 14.

Decir a esta altura que Ernesto Jodos es uno de los pianistas más importantes –si no el más- de la escena jazzística local puede resultar redundante. Músico inclinado hacia esta música desde muy joven (su primer disco lo grabó a los 22 años), profesor de varios de los pianistas más brillantes de la joven generación, dueño de una notable técnica y una digitación de notable precisión y notable compositor, en sus discos y recitales siempre se puede apreciar a un músico que abreva tanto en las raíces del jazz y en sus principales cultores (un excelente ejemplo de esto es su CD dedicado a la obra de Lennie Tristano y Lee Konitz), como en las líneas más cercanas a la vanguardia, algo que aparece principalmente en sus composiciones. Si bien en un disco grabado hace algunos años en piano solo ya había incursionado en el terreno de los standards, nunca había grabado hasta ahora una placa integrada en su totalidad por este tipo de obras. Aquí acompañado por una de las secciones rítmicas más envidiables que puede ofrecer el jazz local, la integrada por Jerónimo Carmona en contrabajo y Pepi Taveira en batería, ofrece un programa integrado por, en su mayoría, conocidos clásicos en la que hace gala de su refinado estilo y su inalterable buen gusto interpretativo. Así, en Fire Waltz, se acerca al estilo percusivo de su autor, Mal Waldron, mientras que en Petite fleur capta el sereno lirismo y la melancolía que le otorgara al tema  Sidney Bechet. Los momentos de mayor swing se pueden apreciar en Somebody Loves me, de Gershwin, Dewey Square, de Charlie Parker, y Moment´s notice, un Coltrane de la etapa pre-Impulse. Las baladas están representadas por My Old Flame, con un gran trabajo de Taveira y Light Blue, de Thelonious Monk,  en la que Jodos ofrece una bella introducción en piano solo. Hay un reconocimiento a Herbie Nichols, un pianista tal vez no valorado en su verdadera dimensión, en la excelente versión de Step Tempest y el disco culmina en una original interpretación de Wrap Your Troubles in Dreams, en un creativo dúo con Taveira. Un disco en el que no se van a encontrar las propuestas musicales más avanzadas de Ernesto Jodos, pero que, en sus versiones de temas clásicos,  lo ratifican, por si hacía falta, como un notable pianista.

 

 

 

LUIS NACHT TRIO. Lo invisible. Bau 1191.

Otro de los saxofonistas destacados dentro del jazz nacional es Luis Nacht. Músico con una sólida formación que incluye estudios de guitarra y flauta, su atracción por la música jazzística lo impulsó a estudiar el saxofón. Con una ya prolongada carrera que incluye el haber tocado no solo con muchos músicos locales sino también con varias figuras extranjeras, sus discos se caracterizan por incorporar, dentro de un contexto claramente definido por la improvisación, elementos de distintos ritmos folclóricos. Dueño de un estilo interpretativo sobrio y conciso, aunque no exento de intensidad, este disco supone un cambio de paso en su discografía, ya que se lo podría encuadrar dentro de una vertiente claramente camarística, propuesta a partir de un trío sin batería, que se completa con dos de los mejores exponentes del jazz local, Ernesto Jodos en piano y Jerónimo Carmona en contrabajo. Si hay algo para destacar en primera instancia, es la perfecta interacción que se da entre los tres instrumentos en un repertorio integrado por obras del saxofonista, salvo una de Jodos,  y en las que predominan los tiempos medios y lentos. Así, La caída de Arwen está expuesto en un tono lírico y melancólico, en el que se destacan el introspectivo solo de Nacht y el límpido sonido del pianista, en tanto Trance Eyed Sleep, de Jodos, es el tema de estructura más libre del CD .En el tema que da título al disco hay otro excelente solo de piano y un gran trabajo de Carmona, mientras que Tafi es una bonita balada y Sergi, dedicado al baterista  Sergio Verdinelli, muestra  un muy buen dúo del piano con el contrabajo. Los dos temas más vigorosos del disco son Danza del río, en el que tras un muy buen trabajo del saxo sobre las disonancias del piano hay un excelente solo de Nacht, y Alegre equilibrio en el que el saxofonista ofrece su momento más intenso del disco. Un muy atrayente CD de Luis Nacht, con una propuesta diferente a la de sus placas anteriores, que lo confirman como uno de los músicos a tener siempre en cuenta dentro del panorama jazzístico local.

 

 

OSVALDO FATTORUSO (1948-2012)

Seguramente uno de los más grandes bateristas que haya dado la música del continente, fundador  con su hermano Hugo del exitoso grupo Los Shakers, una suerte de Beatles ríoplatenses , y del excelente trío Opa, un grupo pionero en la fusión de candombe, rock y elementos jazzísticos (no olvidar que a temprana edad integró también con su padre y Hugo un conjunto de Dixieland), en los últimos años aparte de reflotar en algún momento esos antiguos proyectos, grabó varios discos con la cantante y compositora uruguaya Mariana Ingold. También con su hermano y su sobrino Francisco formó un trío recientemente, todo esto sin contar sus innumerables participaciones en conciertos y grabaciones en las que siempre dejó su sello de baterista enjundioso y potente.

Hasta aquí, todo lo dicho por los medios –rigurosamente cierto- a partir de su muerte. Pero en este caso, prefiero trazar un recuerdo más personal, a partir del hecho de que, en años de juventud, tuvimos una relación no demasiado prolongada pero fluida en los que compartimos gustos musicales y conciertos. Recordar por ejemplo, cuando una noche en mi casa me hizo repetir en innumerables ocasiones en mi viejo combinado –por la impresión que le había causado- la transcripción para guitarra de la chacona para violín solo de Bach de Narciso Yepes. O un concierto en el viejo Gotan, en el que en una actuación del trío de Baby López Furst reemplazó al baterista de la ocasión (no recuerdo quien era) cambiando radicalmente el estilo del grupo. O cuando él y Hugo quedaron impresionados por el disco Wave, de Antonio Carlos Jobim que les llevé para que escucharan. Ferviente admirador de John Coltrane y del baterista Elvin Jones (su modelo en aquellos años), sin embargo, el jazz nunca fue prioritario en sus preferencias, lo tomaba como una influencia decisiva, pero no era la música que más le gustaba hacer. En las últimas décadas nos encontramos pocas veces – en un concierto de Dino Saluzzi, una vez en su casa de la calle Durazno en Montevideo y algunas otras- y en esos encuentros se mantenía incólume nuestro mutuo afecto, la última vez que lo vi fue hace algo más de un año, en Los 36 billares, día en que me presentó a su hija, a la que no conocía. Al poco tiempo de ese encuentro me llamó por teléfono para decirme que me iba a enviar por internet unas antiguas fotos que había encontrado, pero nunca me llegaron. No lo vi más y nada sabía de su enfermedad, por lo que la noticia de su muerte me tomó totalmente por sorpresa. Este breve recuerdo es más que para el enorme músico que fue, para el amigo de otros tiempos,  que – a pesar de nuestros escasos encuentros en las últimas décadas- nunca dejó de estar presente en mi memoria y en mi afecto.

 

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