El rincón del viejo canalla

SANTOS CHILLEMI Y DANIEL NAKAMURAKARE EN VIVO EN BORIS CLUB

Radicado en Francia desde 1981, el pianista argentino Santos Chillemi ha desarrollado una prolífica carrera en el país galo. Instrumentista de gran técnica, notable digitación y refinado buen gusto, en sus interpretaciones, ya sean propias o de obras tradicionales, se dan cita, por una parte, las influencias de la música folclórica y ciudadana de su país, los ritmos latinoamericanos y un notable sentido de la improvisación de neta raigambre jazzística. En cuanto a Nakamurakare (desde aquí Naka) es un contrabajista muy completo que ha tocado con una enorme cantidad de músicos importantes y posee un soberbio dominio del instrumento tanto con los dedos como con el arco. Chillemi y Naka habían tocado por última vez juntos en Buenos Aires en 1981 y se reencontraron para este concierto. Sin embargo, la perfecta amalgama que mostraron ambos músicos y las logradas atmósferas que consiguieron (vibrantes, líricas, misteriosas, hipnóticas) hacen pensar que durante todo este tiempo continuaron trabajando juntos.

En este notable concierto el dúo alternó clásicos muy transitados del repertorio ciudadano, de los que ofreció frescas y renovadas versiones, con obras de Chillemi que también lo mostraron como un inspirado compositor. Así se pudieron escuchar creativas interpretaciones de Volver, en un tempo de milonga con variaciones, Mi Buenos Aires querido, en la que sobre un ostinato del bajo, Chillemi realizó excelentes improvisaciones, intercalando incluso acordes de Mi noche triste, Tomo y obligo, expuesto como una melancólica milonga surera, El choclo, en una formidable recreación y una renovada versión de La cumparsita. También hubo una lírica interpretación del gran tema de Jacques Brel, Ne me quite pas y una sólida exposición jazzera del blues Stolen Moments, de Oliver Nelson. Entre los temas propios, el valseado El adiós y el complejo Eloquence, mostraron la perfecta interacción entre los dos músicos. Pero tal vez el núcleo fundamental del concierto fue la interpretación de seis obras de las Nueve piezas argentinas, de Chillemi que comenzaron con una chacarera en la que también los dos músicos utilizaron sus instrumentos como elementos percusivos, una poética milonga en la que se intercaló un pasaje notable de Naka con el arco de Los ejes de mi carreta y un rítmico y enjundioso malambo. Las otras tres inspiradas piezas fueron Estampa campera, Atardecer, y La noche que ratificaron la competencia de Chillemi como compositor y las grandes condiciones de ambos para improvisar sobre las melodías. Un excelente concierto que estará en el balance anual como uno de los mejores shows musicales en vivo escuchados en el año. Jorge García.

 

 

 

ESCALANDRUM PROYECTO ELECTRICO. Las cuatro estaciones porteñas. Epsa 1648.

Uno de los proyectos musicales más coherentes y con más persistencia en el tiempo dentro de la música popular argentina, el sexteto Escalandrum, ha logrado a lo largo de los años una sostenida adhesión popular y también un merecido reconocimiento con el Gardel de Oro que se le otorgara a su disco anterior Plays Piazzolla en el que desarrollaba íntegramente un repertorio del gran músico. En este nuevo disco, Escalandrum se aboca nuevamente a la inagotable obra “piazzoliana”, interpretando creativas versiones de una de los trabajos fundamentales del gran Astor, Las cuatro estaciones porteñas más otras dos excelentes piezas. Para ello abandona su sonido exclusivamente acústico, incorporando la guitarra eléctrica, el piano Fender Rhodes  los sintetizadores y el Ipad. Siempre se ha señalado lo dificultoso que es para otros músicos aproximarse a la música de Piazzolla sin traicionar su esencia y sin que se extrañe la enorme figura del bandoneonista. Hay que decir que, tal como ocurriera en el disco anterior, el grupo, a partir de la capacidad de cada uno de sus músicos y los excelentes arreglos del tecladista Nicolás Guerschberg, lo ha vuelto a lograr. Piazzolla, salvo una fugaz formación de los años 70, siempre se caracterizó por desarrollar un sonido esencialmente acústico; aquí Escalandrum, aparte de los señalados instrumentos eléctricos, también suma a su habitual trío de vientos para Las cuatro… a uno de los más talentosos bandoneonistas de la nueva generación, Lautaro Greco. Ya desde la misteriosa introducción eléctrica de Invierno porteño, percibimos que estamos ante versiones muy personales, destacándose en este tema –con la sólida base rítmica del contrabajo de Mariano Sívori y la batería de Daniel “Pipi” Piazzolla- los solos de bandoneón y de clarón de Martín Pantyrer. En Primavera porteña, hay un gran trabajo de la percusión y de la guitarra de Lucio Balduini y un muy buen solo de Guerschberg en piano, en tanto que en Otoño porteño, tras un gran solo inicial de Pipi Piazzolla en percusión, es el saxo tenor de Damián Fogiel el que se destaca. En Verano porteño, tras una introducción del sintetizador, el bandoneón de Greco y el saxo de Gustavo Musso se lucen. Las otras dos piezas del excelente CD son la bella y lírica Milonga for Three and Finale, que originalmente Astor interpretara con el saxofonista cubano Paquito D´Rivera y que aquí permite un gran trabajo de Musso en el saxo soprano y Camorra 1, uno de los últimos trabajos de Piazzolla, una suerte síntesis de toda su obra y que es un gran final para otro muy buen disco de Escalandrum. Jorge García.

 

 

 

FACUNDO RAMIREZ. A Piazzolla, A Ramírez. Epsa 1640.

He aquí otro disco que desarrolla como tema fundamental Las cuatro estaciones porteñas de Astor Piazzolla con un enfoque muy diferente al de Escalandrum, pero igualmente valioso. En este caso se trata del excelente pianista Facundo Ramírez, hijo del gran Ariel, quien propone una versión para piano y cuerdas de esas maravillosas obras, con una orquesta de 26 músicos dirigida por Gabriel Senanes y con brillantes arreglos de José Bragato, a lo que le suma la versión integral de los 15 estudios para piano de Ariel Ramírez. Como se señalaba en el comentario del disco de Escalandrum, no es fácil aproximarse a la obra del gran Astor utilizando recursos muy diferentes al de sus versiones originales. Sin embargo aquí también –a partir de presupuestos muy diferentes- se consiguen notables resultados. Si bien a priori podría pensarse que el disco consiste en un trabajo para piano con acompañamiento de orquesta, habría que hablar más bien, dada la destacada participación de Fernando Suarez Paz  Carlos Nozzi como solistas de violín y cello respectivamente y el sólido trabajo orquestal, de un Triple Concierto en cuatro movimientos. Verano porteño, que da comienzo al disco, es el arreglo más extenso y elaborado, con excelentes solos de Suárez Paz y Nozzi; en Otoño porteño, vuelven a escucharse muy buenos pasajes de los mencionados, aunque el piano adquiere más protagonismo; en el melancólico Invierno porteño, tras un lírico comienzo de la orquesta, se desarrolla una excelente cadenza del piano, mientras que en Primavera porteña, los tres solistas principales vuelven a destacarse, mientras la orquesta muestra su notable afiatamiento. Una gran versión de una de las obras fundamentales de Piazzolla. La segunda parte del disco consta de la interpretación por Facundo de los 15 estudios para piano de Ariel Ramírez, una obra mayoritariamente inspirada en diversos ritmos folclóricos, Con algunos temas brevísimos, de apenas segundos de duración, las tres obras de mayor desarrollo son la triste Vidala, la lírica Milonga y la bella zamba final, que permiten un mayor lucimiento del pianista. Un muy buen disco, dedicado a dos grandes compositores. Jorge García.

 

 

 

FEDERICO LECHNER-FRANCO LUCIANI. Gardelería. Acqua 414.

Que Carlos Gardel es para muchos (bah!, para casi todos) el mejor cantante de tango de todos los tiempos no es ninguna novedad. Lo que tal vez no sea tan reconocido es que Don Carlos fue además un enorme compositor que -particularmente en sus últimos años- dejó un legado de inolvidables melodías que lo convierten en uno de los grandes autores nacionales. Su figura y su nombre siempre han impuesto un enorme respeto y es así que son muy contadas las interpretaciones de sus obras que se permiten innovar sobre ellas. Es por ello muy saludable la aparición de este disco en el que Federico Lechner, un pianista argentino radicado en España desde hace tiempo donde experimenta fusionando elementos del tango y del jazz y el notable armoniquista Franco Luciani, el auténtico heredero del gran Hugo Díaz, se aproximan a la obra gardeliana con respeto pero también con la suficiente irreverencia como para que sus versiones sean muy renovadoras y creativas. Lechner y Luciani ya habían grabado hace algún tiempo un notable disco, Falsos límites, en el que desarrollaban sus ideas de integrar los ritmos folclóricos y ciudadanos con la improvisación de neto cuño jazzístico. Con el sólido acompañamiento rítmico del contrabajo de Pablo Motta y la batería de Andrés Litwin más la presencia de varios invitados. L y L proponen ideas similares para sus interpretaciones gardelianas. Así, Caminito soleado se ofrece en una versión “polqueada”, con un gran solo de Luciani, mientras que El día que me quieras, más apegado a los tiempos originales presenta la participación de otro muy buen armoniquista, el español Antonio Serrano. El vals Amores de estudiante está presentado como un samba brasileño, con muy buena participación de Horacio Cacoliris en percusión en tanto que Por una cabeza, se expone en una versión casi experimental. Para Volver hay un lírico arreglo para la armónica y las cuerdas del Christian Howes String y la breve versión de Arrabal Amargo está interpretada solo por la armónica de Franco. Soledad tiene una introducción bien jazzeada de Lechner y luego un muy buen solo de Luciani y para Guitarra, guitarra mía se utiliza un imaginativo arreglo de Leo Masliah. El disco termina con una sorprendente versión de Sus ojos se cerraron en tiempo de marcha fúnebre. Un excelente disco, al que las prescindibles participaciones vocales en  Lejana tierra mía y Volvió una noche del brasileño Gladston Galliza y el español Javier Ruibal respectivamente, no le hacen mella. Jorge García.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 6 DE JUNIO A LAS 19 HS. EN EL AUDITORIO DE RADIO NACIONAL, MAIPU 555, CON ENTRADA LIBRE Y GRATUITA, EL 9 DE JUNIO A LAS 19 HS, EN EL CENTRO CULTURAL RECOLETA, JUNIN 1930 Y EL 14 DE JUNIO A LAS 21.30 HS. EN BORIS CLUB, GORRITI 5568.

 

 

 

RAMIRO GALLO QUINTETO. El cielo no queda tan lejos. Epsa 1681.

Desde hace varios años, el violinista Ramiro Gallo viene desarrollando una obra que se caracteriza por su notable consistencia. Muy dotado instrumentista y arreglador, se caracteriza esencialmente por ser el compositor de sus obras, lo que también muestra su competencia en ese terreno, a lo que debe agregarse un sonido personal que no está sujeto a las frecuentes derivaciones “piazzolianas”de los grupos tangueros contemporáneos.. Al frente de su quinteto que completan Lucía Ramírez en bandoneón, Adrían Enríquez en piano, Santiago Vera Candiotti en guitarra eléctrica y Marcos Ruffo en contrabajo, más la presencia de tres invitados de lujo, ofrece el que tal vez sea su trabajo más ambicioso hasta la fecha, intercalando con los tangos y milongas habituales, un par de temas litoraleños, un vals y una milonga campera. Gallo caracteriza los diferentes temas con distintos colores, así en la sección Azul Ciudad, interpreta la Milonga del héroe y dos bonitos tangos, Barrio Sur y Mi tango. En el apartado Verde Pampa se puede escuchar la lírica milonga campera Caballo solo y en Marrón Río, dedicado a la música del litoral el chamamé Don Raul, con la participación en acordeón de Carlos Aguirre y el rasguido doble San José del Rincón. En Otros colores, el perfecto afiatamiento del grupo y el eclecticismo de sus composiciones se puede apreciar en la juguetona milonga Exelina, en la que intervienen la flautista Paulina Faín y el pianista Ezequiel Mantega, y en Un tango breve, con un muy buen solo de violín del líder. El disco finaliza con tres milongas, dos enjundiosas, Rojo y negro y Rap rápido y una lenta, la bella Don Nadie, donde se luce la guitarra de Vera Candiotti. Un muy buen CD que confirma las virtudes de Ramiro Gallo como instrumentista, compositor y arreglador. Jorge García.

 

 

 

34 PUÑALADAS. Astiya. Aqua 415.

Con una trayectoria de más de una década y cinco discos anteriores en su haber, 34 Puñaladas es uno de los grupos contemporáneos de tango con una trayectoria más sólida y coherente. Si sus tres primeros CDs. hurgaban en el repertorio tradicional, interpretando incluso títulos poco conocidos, a partir de su cuarto disco (Bombay-Buenos Aires), empiezan a desarrollar una obra basada en composiciones propias que ofrecen su visión de la ciudad (en ese disco) y de algunos personajes que la habitan (en este último trabajo). Integrado por Alejandro Guyot en voz, Maximiliano Cortez, Edgardo González y Juan Lorenzo en guitarras más Lucas Ferrara en guitarrón, el grupo profundiza aquí una línea marcadamente dark que ya se esbozaba en su trabajo anterior, emparentada con la que desarrollan formaciones como Rascasuelos y Altertango (no es casual que Victoria Di Raimondo, cantante de este conjunto, esté invitada en un tema). Ese tono se manifiesta tanto en los diez temas cantados como en los cinco instrumentales, tal vez con la excepción de la asimétrica milonga Rojos, de Ricardo Capellano, única obra de otro autor. Tanto la voz de Guyot como el afiatado trabajo de las guitarras captan con precisión el clima propuesto que alcanza cimas de oscuridad, entre los temas cantados, con la galería de perdedores reflejada en los desolados versos de Otro lugar, Astiya (Tu suerte), Calle abajo, Las horas muertas y Vírgenes rotas (con la participación de Di Raimondo) o en las sombrías melodías de los instrumentales Esperando la noche, Los silencios o Luz mala. Otro consistente trabajo de 34 Puñaladas, posiblemente no apto para optimistas empedernidos, pero que ratifica la vigencia incombustible de este grupo. Jorge García.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 13 DE JUNIO A LAS 22.30 HS. EN EL CAFF, SANCHEZ DE BUSTAMANTE 764 Y EL 18 DE JULIO A LAS 22 HS. EN EL TEATRO ORLANDO GOÑI, COCHABAMBA 2536.

 

 

 

NORA ROCA. Esencia de tango. Melopea 194.

Como ocurre con muchas figuras de nuestro tango, Nora Roca, a pesar de su ya dilatada trayectoria – nacional e internacional- no cuenta con el (re) conocimiento que sus grandes aptitudes merecen. Puede que también influya para ello sus espaciadas apariciones en los reductos tangueros (yo la vi cantar en vivo por primera vez -solo la había escuchado en you tube– hace unos días en el Bar El Faro, en un concierto en el que apareció como invitada). Vocalista dueña de una voz cálida y profunda, un personal fraseo y una sobria intensidad expresiva, puede considerarse que este es su primer disco. Acompañada por un trío de base integrado por Carlos Buono en bandoneón, Juan Pugliano en piano (ambos responsables de los atractivos arreglos) y Daniel Cucci en contrabajo, a los que se agregan cuerdas  en algunos temas, Roca desarrolla un programa en el que se alternan los temas clásicos con composiciones más recientes y en el que prevalece un tono intimista impregnado por momentos de melancolía. Se pueden escuchar así excelentes y personales versiones de temas tan transitados como Nunca tuvo novio, Quedémonos aquí, Chau, no va más y Nada y el señalado tono intimista alcanza su mayor expresión en sus sentidas interpretaciones de El violín B, acompañada en el piano por Víctor Volpe, Donaré, solo con el bandoneón de Carlos Buono y el clásico Soledad, con la guitarra de Tony Gallo, finalizando el disco con la bella milonga Vida de artista, de Cacho Castaña. Un excelente CD de Nora Roca, que la muestra como una de las más completas vocalistas femeninas de tango de la actualidad. Jorge García.

 

 

 

MILONGAS BORGEANAS. De Fabricio Castañeda. Edición independiente.

Las indiscutibles relaciones de Jorge Luis Borges con el tango se vieron reflejadas en varias piezas que musicalizara principalmente Astor Piazzolla. Textos poblados por compadritos, malevos y cuchilleros que dieron lugar a obras tan bellas como Jacinto Chiclana, Don Nicanor Paredes o la Milonga de Manuel Flores. Que otro poeta decidiera abordar el universo borgeano era una apuesta tan ambiciosa como riesgosa. Hay que apresurarse a señalar que Fabricio Castañeda obtuvo resultados muy dignos en su aproximación al mundo poético del gran escritor. Autor de la totalidad de las letras, estas fueron interpretadas por un variado grupo de cantantes (en su mayoría femeninas) y un interesante grupo de músicos. Los textos fueron musicalizados casi todos por Juan Martín Caraballo o la pianista Pauline Nogués, salvo dos que respondieron a la autoría de José Ogiviecki y Andrés Drimer respectivamente. Los arreglos musicales, a pesar de pertenecer a tres diferentes guitarristas, Javier Díaz González, Dipi Kvitko y Aníbal Corniglio consiguen, sin embargo, bastante homogeneidad. Dentro de un panorama inevitablemente desparejo aunque, en líneas generales, de buen nivel, corresponde destacar de la intensa versión de la uruguaya Giovanna de la Milonga del traidor, la melancólica interpretación de Jacqueline Sigaut de Milonga del destino, la sentida exposición de El cautivo, a cargo de Agostina Pagella, el particular color que le otorga Marina Ríos a El muerto y la dramática versión de Solar Martínez de La otra muerte. El disco finaliza con Historia de Rosendo Juárez y “El Corralero”, la obra más extensa y elaborada en la que participan Sigaut, Juan Villarreal y el Chino Laborde. Un trabajo más atractivo de lo que podía presumirse a priori. Jorge García.

 

 

 

JULIETA KITMAN.Travelin´Light. Edición independiente.

El fértil y prolífico territorio del jazz nacional en todas sus variantes en general, pero en el de las cantantes femeninas en particular, sigue ofreciendo agradables sorpresas. En este caso es el primer disco de Julieta Kitman, una vocalista que a su excelente afinación y dicción le suma un fraseo intenso y expresivo. Acompañada por el trío compuesto por Alan Zimmerman en piano, responsable de los frescos y creativos arreglos, y la potente sección rítmica de Ezequiel Dutil en contrabajo y Sebastián Groshaus en batería, a los que se agrega en varios temas el joven y promisorio saxofonista Emmanuel Famin, la cantante desarrolla un repertorio que incluye a varios de los más importantes compositores del jazz moderno y algunos conocidos standards. Lo notable es que en el caso de los mencionados autores, Kitman ha sabido captar con precisión el espíritu de la música de cada uno de ellos y en de los clásicos ofrecer versiones originales y renovadas. Es así que puede trasmitir con precisión el intenso swing de Confirmation, de Charlie Parker, el tono provocativo e infeccioso de Soulville, de Horace Silver, la compleja estructura de Strollin´(Nostalgia en Times Square), de Charlie Mingus y en un momento sublime del disco, consigue una memorable interpretación de Ask me Now, de Thelonious Monk, siguiendo la letra de Jon Hendricks, con un notable comienzo en dúo del piano con la voz. Entre los standards, en I Remember you, tras una lírica introducción, la vocalista con el trío produce un formidable crescendo, en Like Someone in Love, desarrolla una creativa versión, con un gran solo de piano de Zimmerman y el potente swing se vuelve a hacer presente en Softly as in a Morning Sunrise. Los momentos más líricos e introspectivos se encuentran en la balada que da título al disco, en la que se destaca Famin y en el tema final, Sometimes Ago, de nuestro compatriota Sergio Mihanovich, que la cantante interpreta en dúo con el siempre versátil pianista Angel Sucheras. Un impactante debut que coloca a Julieta Kitman en la primera fila de las cantantes jóvenes del jazz nacional. Jorge García.

 

 

 

RUDI FLORES. Tardes provincianas. Alfiz 66462.

Radicado  hace muchos años en París, el guitarrista Rudi Flores conformó, junto a su hermano Niní, notable acordeonista, un dúo que se especializó en la música del Litoral a través de obras propias o la recreación de grandes clásicos dejando grabados notables discos. Excelente instrumentista, Rudi nunca había grabado un disco como líder solista, algo que se esperaba hace mucho tiempo. Y la ocasión se presentó con este trabajo en el que, con la presencia de numerosos guitarristas invitados, desarrolla un repertorio mucho más ecléctico en el que aparecen valses, un  gato, alguna milonga y tres tangos clásicos. El disco responde al formato del guitarrista principal que desarrolla la melodía y las eventuales variaciones, que está acompañado por otros que le sirven principalmente de apoyo (en este caso, nombres de mucho peso, como Juan Falú, Hugo Rivas, Leandro Nikitoff y el fallecido Horacio Castillo, entre otros). Lo que se lamenta es que Rudi Flores prácticamente no toque ningún tema en calidad de solista. De cualquier modo, el disco ofrece suficientes atractivos en su variado repertorio y mis highlights tendría que buscarlos en sus excelentes versiones de los tangos La casita de mis viejos, La guitarrita  y La que nunca tuvo novio (Rudi se muestra como un gran intérprete de nuestra música ciudadana), la bella guarania Mis noches sin ti y, entre  los temas propios el vals que da título al disco, la milonga Forastera y el chamamé Guitarra lejana. Un disco atrayente, con varios pasajes muy buenos pero que –por lo más arriba mencionado- (me) produce una ligera decepción. Jorge García.

 

 

 

ROLANDO DE MARCO. De las nubes y el cielo. Edición independiente.

Existen en nuestro país numerosos músicos que no alcanzan el (re)conocimiento que merecen. A esa categoría pertenece Rolando De Marco, un guitarrista y cantor con un muy interesante curriculum, que incluye la autoría de varias obras de teatro. En este primer trabajo como líder presenta una serie de obras propias que lo muestran como un instrumentista y compositor valioso. El hecho de haber sido alumno del gran guitarrista Ricardo Capellano se percibe en el tono abstracto de varias de sus obras, que utilizan los ritmos folclóricos como esqueleto para las variaciones que se desarrollan y su voz, agradable y bien templada juega también como una suerte de instrumento. Las 14 composiciones del extenso disco (algunas instrumentales, otras cantadas) se pueden considerar una suite de tono cadencioso y melancólico y en buena parte de ellas De Marco aparece como solista excluyente, aunque en un par de temas participa el percusionista Tomás Finkelztein y en la obra más ambiciosa del disco, Huellas del aire, dividida en cuatro partes, hay una relevante intervención de un cuarteto de cuerdas. Un interesante primer trabajo. Jorge García.

 

 

 

FERNANDA MORELLO/GUILLO ESPEL. Once mujeres. Aqua 417.

No es demasiado frecuente la producción de discos a los que se podría caracterizar como “temáticos”. En este caso, la pianista Fernanda Morello  y el guitarrista, compositor y arreglador Guillo Espel proponen un trabajo centrado en distintos personajes femeninos representados a través de músicas de muy diferentes orígenes. Morello es una de las más destacadas instrumentistas de la joven generación y su trabajo se desarrolla esencialmente en el terreno de la música clásica. En cuanto a Espel, alterna su trabajo con su grupo dentro de la proyección folclórica (es uno de los escasos músicos auténticamente renovadores en ese género) y el territorio académico. Fue él quien se encargo de versionar las diferentes obras que componen el disco, en el que se puede escuchar desde un clásico tango, un par de obras de Los Beatles, pasando por títulos de Spinetta, Jobim, Bjork y Joan Manuel Serrat, constituyendo un variado caleidoscopio musical. Morello no solo utilizal as teclas sino también las cuerdas del piano lo que hace que algún título (Isobel, de Bjork) trasmita un carácter casi experimental. También se innova con Julia, de Lennon y McCartney, en una versión para mano izquierda y medios electroacústicos y hay momentos de gran lirismo (Amparo, de Jobim, Lucía, de Serrat)  aunque otras piezas, para mi gusto, están excesivamente “ralentadas” (Eleanor Rigby, el tango María). Un disco minuciosamente elaborado, de esos que requieren varias escuchas aunque, también hay que decirlo, en algunos pasajes le falta esa pizca de pasión necesaria para que se transforme en una experiencia musical y emocional completa. Jorge García.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 19 Y 26 DE JUNIO A LAS 21 HS. EN HASTA TRILCE, MAZA 177.

 

 

 

LUCIANA MORELLI. Mandala. PAI 3228.

Es notable el constante surgimientos de nuevas figuras dentro del jazz nacional. En este caso, se trata de la cantante Luciana Morelli quien, acompañada por Martín Ameconi en piano, Diego Uriarte en saxo, Santiago Lamisovski en contrabajo y Guillermo harriague en batería, más la presencia del guitarrista Juan Filipelli en un par de temas, presenta su primer disco. Lo primero que llama la atención es que Morelli –quien muestra una muy buena afinación y dicción y un muy atractivo fraseo- es compositora de algunas de las piezas, ya que no es muy frecuente que esto se dé entre las cantantes de jazz. Desde el comienzo del primer tema, el standard Nature Boy, con el el dúo de la cantante con el bajo, nos damos cuenta de que estamos ante una vocalista personal, no solo en la utilización de la voz sino también en la manera de encarar los arreglos,y en la utilización del scat, algo no muy frecuente en estas pampas, virtudes  que se pueden confirmar en el siguiente tema, The Very Thought of You. Continúan luego varias composiciones de Morelli, en las que reemplaza las letras por la vocalización, y en el caso de Confusión también el scat, dando lugar en este tema, como en el siguiente que da título al disco, al lucimiento de los músicos. Ausencia, cantado en castellano, resulta menos satisfactorio, pero el programa repunta nuevamente con una muy buena versión de Footprints, de Wayne Shorter. El disco termina con Canción para Diego, un tema instrumental de Morelli con reminiscencias rockeras. Un muy atrayente debut y una vocalista a seguir. Jorge García.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 19 DE JUNIO A LAS 21 HS. EN LA BOTICA DEL ANGEL, LUIS SAENZ PEÑA 541.

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