SILVIA IRIONDO EN VIVO EN EL CENTRO CULTURAL CARAS Y CARETAS
EL TALENTO Y LA COHERENCIA, LOS FUNDAMENTOS DE UNA GRAN CANTANTE.
Será bueno preguntarse porque algunos artistas de gran talento no logran acceder a una difusión mayor y consiguen un reconocimiento mayor en el extranjero que en nuestro país. En el caso particular de Silvia Iriondo puede que incidan su bajo perfil y la nula existencia de concesiones en su obra a los gustos facilistas y masivos. Lo cierto es que –con una carrera prolongada y signada por la coherencia- es para aquellos que siguen el desarrollo de nuestra música folclórica una auténtica referente. Poseedora de una excelente afinación y un fraseo muy personal, que incluye desde el grito de origen bagualero hasta la vocalización casi jazzística, pasando por un notable uso de los silencios y el escamoteo de algunas palabras de las letras que canta, Iriondo es una cantante originalísima y casi inclasificable, con un estilo vocal que no encuentra parecidos dentro de nuestro país. A ello hay que sumarle los arreglos que realiza de las obras que interpreta, en los que su voz siempre se integra con los instrumentos que la acompañan y donde temas muy tradicionales son expuestos a través de versiones de una gran modernidad. Estos rasgos pudieron apreciarse en este concierto, en el que, acompañada de Federico Arresseygor en teclados -corresponsable con Silvia, justo es decirlo, de los creativos arreglos-, Horacio Hurtado en contrabajo y Fernando Bruno en percusión, ofreció un programa integrado por obras de sus últimos discos, Ojos negros y el excelente Mujeres argentinas (comentado en su oportunidad en este espacio) a los que agregó el anticipo de varios temas de su próxima grabación, un homenaje a la recientemente desaparecida Leda Valladares. Así desfilaron muy buenas versiones de Rosarito Vera, maestra y Juana Azurduy de la obra de Félix Luna y Ariel Ramírez y algunos clásicos de su repertorio, como las cuecas, Remolinos y Ya me voy yendo, bonito trabajo en el género de Eladia Blázquez, la Chacarera del Río Dulce, de los hermanos Abalos y Toro Yayuka, un tema tradicional que interpretó en un formidable dúo con el contrabajo de Hurtado. De las obras recopiladas por la gran Leda ya nos ocuparemos cuando aparezca el disco, pero sí cabe decir que Silvia Iriondo consigue -como señalábamos- amalgamar a la perfección letras muy tradicionales y arreglos contemporáneos. Próxima a una nueva gira, en este caso por Israel, la cantante ratificó en este concierto su dimensión de gran artista, una de las más personales que ofrece el prolífico territorio de nuestra música autóctona. Jorge García.
FAIN-MANTEGA. En vivo en Café Vinilo. Café Vinilo 612.
El recorrido de la flauta a través de la historia del tango es muy curioso ya que después de haber sido uno de los instrumentos que más se utilizaba en los comienzos de esa historia, prácticamente desapareció, siendo reflotado en las últimas décadas través de la incorporación que hicieron de ella en sus formaciones algunos músicos renovadores como Osvaldo Berlingieri y Raúl Garello. De todos modos, la labor desarrollada por el dúo integrado por Paulina Fain, excelente flautista, y Ezequiel Mantega, muy interesante pianista, compositor y arreglador, ha vuelto a colocar al instrumento dentro del territorio tanguero. Con una mirada sobre el género que –sin descuidar las raíces tradicionales- es innegablemente moderna y una perfecta interacción entre los dos músicos, su labor destila creatividad en cada uno de los temas propuestos. Fain cuenta con una trayectoria bastante extensa con diversas formaciones, entre las que se destaca el dúo Las pibas, junto a la pianista Analía Goldberg y en cuanto a Mantega, es un músico ecléctico, que desarrolla su labor en diversos territorios (es muy atractivo el CD que grabó al frente del grupo La máquina cinemática). Con dos trabajos anteriores en su haber, Fain-Mantega grabaron ahora este CD en vivo (que viene acompañado de un DVD en el que ofrecen el mismo concierto y al que se le suman algunas escenas domésticas) en el que desarrollan un atrayente programa integrado por algunos clásicos, temas de autores contemporáneos y algunas obras de Mantega que permiten apreciar la ductilidad y musicalidad del dúo. Así, entre los temas tradicionales, se puede escuchar una brillante versión de Tú, una de las notables melodías compuestas por José Dames, con gran trabajo de Paulina en la flauta baja y un arreglo de El choclo que convierte a ese antiguo tango en una obra de gran modernidad. Hay muy buenas interpretaciones de Decarísimo, un clásico de Astor Piazzolla y la bonita Milonga gris, de Carlos Aguirre y dos incursiones en los ritmos brasileños con Chorinho, de Lyle Mays y Mais um, de Mantega. Entre los temas del pianista, también se destacan La deschissiada, seguramente dedicado al gran pianista Diego Schissi, el lírico vals Media luna, tocado en solo de piano y Colores, un trabajo de tinte impresionista. Pero dentro de un disco de muy buen nivel, el auténtico tour de force, es la interpretación del Concierto para quinteto, una obra mayor de Astor Piazzolla, transcripta para dúo. Aquí el trabajo de los dos instrumentistas es superlativo, trasmitiendo toda la intensidad de la obra en un contexto mucho más reducido. Un excelente disco, que ratifica a Paulina Fain y Ezequiel Mantega como dos figuras relevantes dentro del tango contemporáneo. Jorge García.
PAULINA FAIN Y EZEQUIEL MANTEGA PRESENTARAN ESTE DISCO EL 7 DE OCTUBRE A LAS 21 HS. EN CAFÉ VINILO, GORRITI 3780.
CARLOS MOSCARDINI. Silencios del suburbio. Epsa 1470.
Del mismo modo que hay músicos que consiguen establecerse de manera más o menos regular dentro del circuito alternativo, hay otros que desarrollan su tarea de manera silenciosa , con apariciones esporádicas, ya sea a través de alguna presentación en vivo o de la edición de algún disco. Tal es el caso de Carlos Moscardini, un excelente guitarrista que tal vez no tenga el reconocimiento que su talento merece. En esta placa, casi en su totalidad integrada por obras propias, Moscardini –según sus propias declaraciones- intenta recuperar la mezcla de sonidos y silencios del suburbio bonaerense, con su fusión de tangos, milongas y ritmos folclóricos, contando en algunos temas con la participación de invitados de fuste. El CD comienza con una melancólica versión de A la niñez nuestra a la ue sigue la chacarera La queja, un ritmo que también aparece en Sin quede y la vigorosa Zapateando en el galpón, donde la guitarra es usada casi como un instrumento percusivo. Hay también una muy buena transcripción de la Milonga sureña n° 5, original para piano de J.J. Ramos y una musicalización de un poema de Oliverio Girondo, con la inclusión de un cuarteto de cuerdas, mientras que en el lírico tema Julia se destaca la participación de la notable pianista Lilian Saba. La vertiente tanguera aparece en el “piazzoliano” La esquina de Goyo y el vals El engaño, temas en los que intervienen Ramiro Gallo en violín y Lucía Ramírez en bandoneón. El disco culmina con Suburbio, la obra más compleja y elaborada de una placa en la que Carlos Moscardini ratifica sus virtudes como instrumentista y compositor. Jorge García.
CARLOS MOSCARDINI PRESENTARA ESTE DISCO EL 28 DE SETIEMBRE A LAS 21 HS. EN CAFÉ VINILO, GORRITI, 3780.
ADRIANA TULA. Viento rojo. Edición independiente.
Dentro de las cantantes femeninas de nuestra música folclórica hay figuras que se destacan con luz propia por sus enormes cualidades vocales y/o la originalidad de sus propuestas (vg, Lorena Astudillo, Silvia Iriondo, Suna Rocha, por nombrar algunas). También existe un grupo de intérpretes de muy buen nivel que muestra muy buenas condiciones vocales. A este grupo pertenece la tucumana Adriana Tula, una intérprete con una trayectoria consistente dentro de los ritmos folclóricos, particularmente los provenientes del norte de nuestro país. En su segundo trabajo como solista, Tula se presenta acompañada básicamente por un trío integrado por Peter Würschmidt en guitarra (responsable de la mayoría de los correctos, aunque no demasiado imaginativos arreglos), Federico Correa en percusión y Leo Villalba en bajo, a los que se le suman invitados en varios temas. Tula es una cantante afinada, de agradable timbre vocal y considerable fuerza expresiva y aquí desarrolla un repertorio integrado principalmente por temas de autores clásicos, aunque no faltan algunas obras de compositores contemporáneos. Dentro del ecléctico programa elegido, corresponde destacar sus muy buenas interpretaciones de dos obras de Rolando “Chivo” Valladares, la zamba Copla y viento y la vidala Tras una ausencia, esta con un muy buen arreglo de Nicolás Brizuela, quien aquí toca el stick y dos obras de Néstor Soria, la potente Zamba del arribeño y la canción Caserío del bañao, donde participa el pianista Leopoldo Deza. Son también muy buenas las versiones de La bagualera, de Ariel Petrocelli y la zamba tradicional La arribeña, de Atahualpa Yupanqui y menos convincente es la participación de Adriana Varela en la vidala Soledad, de Jorge Drexler. El CD culmina con dos obras que están entre lo mejor de la placa, la desolada poesía de Que he sacado con quererte, de Violeta Parra y el huayno Ya me voy (Me he de ir), recopilado por Isabel Aretz. Un disco atrayente de una intérprete de sólidas condiciones vocales. Jorge García.
ADRIANA TULA PRESENTARA ESTE DISCO EL 5 DE OCTUBRE A LAS 23.30 HS. EN EL TEATRO ND ATENEO, PARAGUAY 918.
FRANCO LUCIANI TRIO. Tango. Acqua 357
FRANCO LUCIANI GRUPO. Folklore. Acqua 358
Hace muy poco comentábamos en este espacio la edición de dos discos dobles del armoniquista santiagueño Hugo Díaz, señalando que había sido uno de los más grandes intérpretes del instrumento y no solo a nivel local. También precisábamos que tenía hoy un auténtico sucesor, el rosarino Franco Luciani. Poseedor de una perfecta técnica, una gran capacidad como improvisador y, como Díaz, dotado para ejercitar su arte en los más diversos terrenos, Luciani hasta la fecha ya había grabado dos discos folclóricos, uno excelente de tangos en dúo con el pianista Daniel Godfrid y otro con el trío de otro pianista, Federico Lechner, en el que desarrollaba a pleno sus mencionadas aptitudes para la improvisación. Continuando con ese eclecticismo ahora presenta en simultáneo dos CDs. separados, uno de tango y otro de folklore en los que, con distintas formaciones, aborda diversas obras de esos repertorios.
En la placa dedicada al tango lo acompaña otra vez Daniel Godfrid en el piano (quien tiene buenas oportunidades de lucimiento) al que se suma la presencia de ese muy buen guitarrista que es Ariel Argañaraz, Luciani desarrolla un repertorio mayoritariamente dedicado a clásicos de nuestra música ciudadana, más la inclusión de un tema de Piazzolla y dos propios. Así se pueden escuchar una sentida versión del no demasiado escuchado tango Moneda de cobre y algunas de las más inspiradas piezas que ha dado nuestra música ciudadana, como Después, de Hugo Gutiérrez, Toda mi vida, de Aníbal Troilo, el poético Ave de paso, de Charlo, en el que Luciani ofrece una concisa cadenza y dos temas de una gran belleza, Flores negras, del gran Francisco de Caro, interpretado a dúo con Godfrid y Margarita Gautier, de ese gran autor no siempre recordado que fue Joaquin Mora. Hay también un interesante arreglo de Los ejes de mi carreta, con abruptos cambios de ritmo y una versión de un casi desconocido tema de Astor Piazzolla, Los sueños. Marcelo Barberis participa cantando una poco difundida letra de Homero Manzi, Mi taza de café, y Lidia Borda hace lo propio en Tu vals (tema del que se ofrecen dos versiones, una vocal y otra instrumental) con letra de Raimundo Rosales uno de los mayores letristas del tango contemporáneo. Aquí la música es del armoniquista, como también la de A vos te encanta, una enjundiosa milonga.
También el disco dedicado al folclore, ofrece un programa con mayoría de obras clásicas y algún tema propio. Aquí está acompañado por Martín González en guitarra (y voz en un par de temas), Facundo Peralta (de muy buen trabajo en todo el disco) y la sólida percusión de Horacio Cacoridis. Hay temas anclados en la más profunda tradición, como la zamacueca La alejada, la chacarera A pura ushuta y la vidala Subo, de Rolando Valladares y una gran versión en dúo con Peralta de la hermosa zamba Si llega a ser tucumana, del Cuchi Leguizamón. El vals Puente de los suspiros, de Chabuca Granda, ofrece un gran trabajo de Cacoridis en el cajón peruano y hay una muy buena participación vocal de Juan Carlos Baglietto en el chamamé Pueblero de Allá Ité, de Pocho Roth. También aquí Luciani se muestra como compositor en el ritmo andino Oro americano, que cuenta con una excelente introducción en solo de armónica. Dos discos que confirman el talento de Franco Luciani en su enorme dimensión de instrumentista y que cuentan con el plus de ofrecer algunas obras en las que aparece como un interesante compositor. Jorge García.
FRANCO LUCIANI PRESENTARA ESTOS DISCOS LOS JUEVES DE OCTUBRE A LAS 21.30 HS. EN LOS 36 BILLARES, AVENIDA DE MAYO 1265.
FLORENCIA OTERO. Nocturno mundo. BAU 1192.
Para muchos melómanos Joni Mitchell es una suerte de quintaesencia de la cantautora y una especie de paradigma de la libertad creativa. Debo confesar que no soy un fanático suyo y me parece que su labor como letrista es superior a su fase de autora de melodías, ya que su estilo, al menos el de varios de los discos que conozco, me parece por momentos monocorde y reiterativo. Hay sin embargo dos álbumes suyos que me parecen excelentes: Blue y Mingus. Siendo una compositora muy respetada por gran cantidad de músicos y considerada muy influyente, la tarea emprendida por Florencia Otero de versionar varias de sus canciones ofrecía riesgos. Hay que apresurarse a decir que la cantante sale airosa del desafío, a partir de una actitud respetuosa, aunque sin recurrir en ningún momento a la copia fiel y a los atractivos arreglos musicales (que el disco no menciona a quien pertenecen). Acompañada por varios de los músicos más interesantes que ofrece la escena jazzística local, tal el caso de la siempre excelente Paula Shocron en piano, Ingrid Feniger en saxo alto y clarinete, Damien Poots en guitarra, Leonel Cejas en contrabajo y Martín López Grande en batería, más la presencia del muy buen saxofonista Rodrigo Domínguez como invitado en algunos temas, Otero ofrece un programa integrado por varios temas clásicos de Joni Mitchell (para mi satisfacción hay varios del disco Blue) en los que se muestra como una intérprete dúctil y expresiva, integrando adecuadamente su voz con los diversos instrumentos. Dentro de un disco atractivamente parejo, la preferencia temática estará subordinada a la sensibilidad personal de cada oyente, pero personalmente resalto la última obra, The Dry Cleaner, del disco Mingus, en la que participan como invitadas las cantantes Bárbara Togander y Melina Moguilevsky, quienes realizan con Otero, una sorprendente vocalización, dentro de una vertiente muy libre que no estaría nada mal que Florencia continuara desarrollando. Jorge García.
FLORENCIA OTERO PRESENTARA ESTE DISCO EL SABADO 22 DE SETIEMBRE A LAS 21.30 HS. EN DOMUS ARTIS, TRIUNVIRATO 4411.
ENSAMBLE CHANCHO A CUERDA. Subversiones. En vivo en Café Vinilo. Café Vinilo 712.
Dentro de la prolífica cantidad de conjuntos instrumentales y vocales que desarrollan sus proyectos a partir de la reelaboración de distintos ritmos de la música nacional y latinoamericana el Ensamble Chancho a Cuerda es una formación a tener en cuenta. Formado en el año 2007 y con un disco anterior en su haber Contrastes, 2010, en el que interpretaban temas propios, en este segundo esfuerzo, registrado en vivo, trabajan sobre obras de otros autores en un auténtico collage, en el que su horizonte musical aparece como estilísticamente más amplio, con influencias que se extienden a la improvisación jazzística y a la música clásica contemporánea. Atípica formación, en la que abundan las cuerdas, pero en la que el clarinetes y/o el clarón juegan un rol importante, alternan aquí temas instrumentales con otros cantados, en una placa que es un notorio paso adelante respecto de su trabajo anterior y en la que los arreglos aparecen como mucho más elaborados. Así el disco comienza con una muy atractiva interpretación de Borboleta, una obra de Diego Schissi arreglada por su autor, en la que ratifica que es uno de los compositores más interesantes e inclasificables de la música popular argentina. Dentro de esa misma perspectiva se puede encuadrar Hormigas, de Martín Sued, en tanto que Infancia, de Andrés Pilar es un aire brasileño de una mayor ligereza. Dentro de las obras instrumentales, también se pueden destacar la riqueza rítmica y armónica de Aguas luminosas y Danza n° 1, de Egberto Gismonti, y la compleja estructura, casi sinfónica, de Sensemayá, del mejicano Silvestre Revueltas. En las obras con participación vocal, resaltan la muy buena amalgama de instrumentos y voces, con gran trabajo de la percusión, en Ciertas canciones del uruguayo Jorge Lazaroff, con versos de Circe Maia, la profunda descripción de una situación cotidiana de Fernando Cabrera en Mudanza y la fuerza de Pupila de águila, de la gran Violeta Parra, más cercana a sus desolados versos existenciales que a sus obras políticas. Menos convincente resulta una innecesaria traslación al español de Olha María, de Vinicius y Jobim. En cualquier caso, estamos ante un disco muy atrayente, que muestra a un conjunto creativo, ecléctico y original en varios aspectos de su propuesta musical, del que cabe esperar con interés próximos trabajos. Jorge García.
EL ENSAMBLE CHANCHO A CUERDA PRESENTARA ESTE DISCO LOS JUEVES 20 Y 27 DE SETIEMBRE A LAS 21 HS, EN CAFÉ VINILO, GORRITI 3780.
SUEÑEROS. Ramito de albahaca. Edición independiente.
Por distintos factores (llámense, vg, escasa difusión de su obra, dificultades para conseguir un sello distribuidor) hay numerosos músicos que en los más diversos géneros –y a pesar de que su obra se ha desarrollado a lo largo de varios años- no logran trascender de circuitos reducidos. A este numeroso grupo pertenece el cuarteto Sueñeros, integrado por Silvia Larrory y Marcelo Troncoso en voces, Pablo Rodil en guitarra y Mariano Gómez en percusión que ofrecen en su tercer trabajo discográficos un atractivo programa, compuesto por temas clásicos del repertorio folclórico nacional y latinoamericano (algunos, afortunadamente, no demasiados transitados) y un par de temas más actuales. Hay que apresurarse a señalar la perfecta integración que logran los vocalistas entre sí (Larrory es particularmente destacable) y con los instrumentistas a los que se agrega, en algunos temas, el acordeonista Alejandro Marquesano y también la frescura y creatividad de los arreglos, en su mayoría realizados por Rodil. Dentro de un repertorio de muy buena calidad y muy parejo nivel, corresponde destacar, entre los temas de origen latinoamericano la moderna aproximación a La jardinera, de Violeta Parra, la profunda melancolía que impregna El cigarrito, de Víctor Jara, la gran versión del vals peruano a El dueño ausente, de la gran Chabuca Granda y el inspirado arreglo para la voz de Larrory y percusión de la Tonada de luna llena, del venezolano Simón Díaz. Entre los temas autóctonos cabe resaltar la interpretación de la bella El Paraná en una zamba, de Dávalos y Ramírez, la briosa cueca La plumita y el elegíaco tono de la vidala Letanía por Juana, de Pepe Núñez y Juan Falú. El CD culmina con una sentida versión de la Oración del remanso, de Jorge Fandermole, Un muy atrayente disco de un conjunto que ojalá consiga el reconocimiento que sus calidades merecen. Jorge García.
KAROL BAYER. Natural. Edición independiente.
Una de las sorpresas discográficas en el terreno del jazz en los últimos tiempos fue el CD Ciclos de la pianista colombiana Tatiana Castro Mejía, que se comentara en este mismo espacio. Ahora es Karol Bayer, una vocalista del mismo origen, la que demuestra sus muy buenas aptitudes en este disco, en la que aparece acompañada por Francisco Lo Vuolo en teclados, Sebastián López en guitarra y Luciano Ruggieri en batería. Bayer es una cantante dotada de una voz cálida y expresiva y aquí aborda tanto algunos standards del territorio del jazz, como obras más emparentadas con el gospel y el soul, aunque hay que destacar que su fraseo es siempre eminentemente jazzístico. Con una muy buena amalgama de su voz con los instrumentos, entre los que se destaca la permanente creatividad de Lo Vuolo, uno de los pianistas del género más destacados de la escena local, la cantante muestra su ductilidad en el swingueante When Malindy Sings, expone con poderoso dramatismo los versos que Abbey Lincoln compusiera para Lonesome Lover y trasmite adecuadamente el infeccioso ritmo de Work Song, de Nat Adderley. En Whisper Not, de Benny Golson, su voz aparece como un afinado instrumento en el bello comienzo acompañada por la guitarra y la percusión y asume toda la intensidad de What Would I Do Without You, un blues lento de Ray Charles. El potente I´m On My Way, de la gran Mahalia Jackson está expuesto en el comienzo a capella por la vocalista, continuando con un acompañamiento muy libre del grupo y el disco termina con el ritmo soulero de You Are my Sunshine. En el fecundo panorama actual del jazz local hay varias cantantes que se destacan. Habrá que incorporar rápidamente a esa lista a Karol Bayer y seguir con atención sus próximos pasos. Jorge García.