El rincón del viejo canalla

UTE LEMPER EN VIVO EN EL CENTRO CULTURAL KIRCHNER

Visitante bastante asidua de nuestro país, Ute Lemper, cantante, actriz y bailarina alemana, es una figura internacional de primera línea. Nacida en Munich, en su juventud formó parte de grupos de jazz y de rock, desarrollando también estudios de actuación y de danza. Posteriormente participó en obras teatrales, comedias musicales y películas, a la vez que desarrolló una notable carrera como cantante, especializándose en las canciones alemanas de cabaret de entre guerras, pero también cubriendo un repertorio en inglés y francés y realizando colaboraciones con músicos populares de gran nivel. En otras presentaciones en nuestro país fue acompañada casi siempre por pequeños conjuntos por lo que su actuación con una gran orquesta –una auténtica formación sinfónica- representaba en esta ocasión un auténtico desafío del que -hay que apresurarse a decirlo- salió ampliamente airosa.

Lemper es una cantante notable, de gran potencia vocal, intensa y expresiva  que, por su absoluto dominio del escenario, consiguió un gran “feeling” con el numeroso público que llenó las plateas y palcos de la Sala Sinfónica. Como para enganchar rápidamente con los espectadores comenzó el recital con dos temas de inmediata repercusión, Milord, un hit de Edith Piaf y Mack, the Knife (Moritat para la gente de jazz), el tema más conocido de la prolífica pareja de Kurt Weil y Bertold Brecht. A lo largo de las dos generosas horas sin interrupción, Lemper cantó varias obras más de la dupla (una de sus especialidades) pero también incursionó en otros temas de su país como el mítico Lili Marlene (una canción que, conviene aclararlo, no popularizó Marlene Dietrich, sino la mucho menos conocida Lale Andersen).  Su versatilidad le permitió cantar algunas piezas en inglés  y también integraron el programa obras de la dupla Piazzolla-Ferrer, y en algunos de los picos más altos, temas cantados en francés de Leo Ferré y Jacques Brel (sus versiones de Ne me quitte pas y Amsterdam fueron memorables). No faltó una incursión jazzística en un extenso tema que permitió el lucimiento de varios solistas de la orquesta y en el que también incorporó momentos de scat.

Si la actuación de Ute Lemper fue notable, hay que resaltar que ella fue potenciada por el notable trabajo de la orquesta, con conducción y arreglos de Nicolás Guerschberg. Guerschberg, integrante desde sus comienzos del conjunto Escalandrum, no solo es un excelente pianista y compositor sino que también es uno de los mejores arregladores del país, algo que pudo demostrar cabalmente en esta ocasión, consiguiendo captar con sutileza el espíritu musical de cada tema, ya fuera este dramático, íntimo, misterioso o romántico (además propuso algunos excelentes duetos con la cantante). Por otra parte logró que una orquesta tan numerosa se complementara perfectamente con la vocalista, sin taparla en ningún momento. Un concierto que, a la hora de los balances, estará entre los mejores vistos este año. Jorge García.

 

 

 

LOUIS SCLAVIS EN VIVO EN LA USINA DEL ARTE DE LA BOCA

En el marco del Festival de Jazz de Buenos Aires de 2016 (del que no pude ver casi nada por estar abocado a otras tareas) conseguí estar presente en el concierto del cuarteto del instrumentista francés Louis Sclavis. Relacionado desde niño con el mundo de la música, Sclavis es uno de los músicos más importantes de la vanguardia jazzística europea. Notable intérprete del clarinete, el clarón y el saxo soprano (aunque últimamente está especializado en los dos primeros), a lo largo de una dilatada carrera se mantuvo siempre dentro de los territorios más arriesgados del jazz de su país. En su música, sobre todo en los últimos años, se introducen elementos camarísticos de la música académica y se profundiza la inclusión de la música étnica, una de sus obsesiones a lo largo de su carrera.

En el concierto realizado en el Centro Cultural Kirchner, Sclavis se presentó con su actual cuarteto, integrado por Gilles Coronado en guitarra, Benjamín Moussay en piano y teclados y el percusionista iraní Keyvan Chemirani. En la ocasión presentó su último disco, Silk and Salt Melodies y quienes lo hubieran escuchado como un trabajo sereno y reflexivo, de marcado aire camarístico, seguramente se habrán sorprendido por versiones muchos más intensas y extendidas. Sclavis, aparte de ser un notable intérprete de sus instrumentos, es también un gran creador de climas y especialista en sorpresivos cambios de tono en sus temas. Así, en el concierto, en la misma obra se podían escuchar pasajes dramáticos, otros humorísticos y algunos influenciados por ritmos orientales. Hubo también solos destacables de Coronado y Moussay pero quien se mostró como un instrumentista marcadamente original fue Chemirani, quien utilizando instrumentos no demasiado escuchados en estos pagos, ayudó notablemente a la creación de los climas antes mencionados. Un excelente concierto de uno de los músicos más importantes de la escena musical europea de vanguardia. Jorge García.

 

 

 

TONY MALABY Y EL TRIO DE TATIANA CASTRO MEJIA EN LA PIPA DE LA PEPA.

La presencia en Buenos Aires del gran saxofonista norteamericano Tony Malaby le ha permitido presentarse en varios ámbitos (entre ellos el Festival de Jazz) en el contexto de distintas formaciones. En este caso, en el grato y casi íntimo espacio que propone La Pipa de la Pepa, un emprendimiento organizado con entusiasmo y amor por Leticia Bystrovich y Verónica Trigo, se presentó acompañado por el trío de la pianista colombina, radicada hace muchos años en el país, Tatiana Castro Mejía. Malaby es un instrumentista de enorme versatilidad, lo que le permite adaptarse sin dificultades a diferentes grupos instrumentales y oscilar entre la vanguardia y el free-jazz, las obras escritas y diversas variantes del post-bop y si bien en sus comienzos interpretaba con exclusividad el saxo tenor,  ha incorporado el soprano en sus conciertos y grabaciones. Músico de abundantes ideas y gran improvisador, en este caso logró una perfecta amalgama con el trío de Tatiana. A propósito de la pianista, es una ejecutante en constante evolución, con un fraseo muy personal y una gran creadora de atmósferas. En cuanto a los restantes integrantes del trío, el contrabajista Juan Bayón es capaz de acoplarse con eficiencia a los contextos más diversos aunque es posible que sea en sus participaciones en grupos de vanguardia donde se encuentre más cómodo y Andrés Elstein, ya fue dicho aquí, es uno de los bateristas más libres de nuestro medio y su labor aquí fue formidable. El concierto estuvo integrado por temas en los que la libertad en las improvisaciones, la permanente creatividad y la intensidad fueron los elementos dominantes. Hubo excelentes solos, pero también dúos y tríos que mostraron la capacidad de los músicos para conseguir diferentes climas. Así, en una misma pieza se podía pasar de un vibrante trío de soprano, bajo y batería a un lirico dúo entre el saxo tenor y el piano. El resultado final fue uno de los mejores conciertos de jazz de vanguardia que se hayan realizado en el año y confirmó que en el país existen músicos que pueden tocar sin desmedro alguno con figuras de nivel internacional como Tony Malaby. Jorge García.

 

 

 

RODOLFO MEDEROS. Trece. Edición independiente.

Con una prolongada carrera en el territorio del tango, Rodolfo Mederos le ha adosado en los últimos tiempos a sus atributos musicales, en distintos reportajes, varias afirmaciones polémicas que han provocado bastante ruido en el ambiente tanguero. En esas declaraciones, por momentos plantea con rigor, la necesidad de discutir determinadas premisas consagradas alrededor del tango y en otros recurre a frases que parecen más encaminadas a convertirse en boutades (vg, cuando pregunta si la Orquesta Astillero construye barcos). Con la mínima autoridad que me confiere conocer la carrera de Mederos casi desde sus comienzos –cuando era un muchachito flaco que actuaba como telonero, solo con su bandoneón- en las presentaciones del trío de Eduardo Rovira y el quinteto de Astor Piazzolla en un antro de la calle Talcahuano- puedo atreverme a disentir con algunas de sus afirmaciones. Mederos fue en los años 70 – luego de participar de la renovada orquesta de Osvaldo Pugliese a fines de los 60 y aunque hoy él mismo pareciera cuestionarlo- uno de los músicos que intentó cambiar algunas de las estructuras del tango alejándose de la influencia mayúscula de Piazzolla (de ello dan cuenta discos como Generación Cero,  Fuera de broma, De todas maneras y Todo hoy) y luego construyó un quinteto en que apareció en toda su esplendor su mejor vena autoral, ello sin contar sus innegables virtudes como bandoneonista, de un estilo interpretativo sensible y austero. Al mismo tiempo, desarrollaba conciertos en vivo en los que ofrecía extensas y memorables recreaciones de tangos clásicos (recuerdo haber escuchado una versión de 20 minutos de La casita de mis viejos que lo hacía terminar traspirado y extenuado). Sin embargo, en algún momento se produjo un quiebre y Mederos se planteó que era necesario volver a las fuentes y para ello formó un trío y una orquesta con los que se dedicó a la interpretación de tangos clásicos (en algunos casos, con el trío, antiquísimos), desde luego que también intercalando obras suyas, en una suerte de regresión que si se la pudiera asimilar con el mundo del jazz, es afín a la que desarrollara el gran saxofonista Archie Shepp. Al mismo tiempo, en sus declaraciones, fue cuestionando cada vez con más causticidad  tanto a figuras del pasado (a Eduardo Rovira, mal que le pese a algunos, uno de los mayores buscadores de nuevos lenguajes para el tango, lo calificó de “árido” y sin aptitudes melódicas) como a los nuevos músicos y grupos que surgían en el género, cuestionamientos que extendía a su propia persona, lo que no le impidió grabar varios discos y también proponer para Trece, un financiamiento colectivo del que participaron 130 personas. Se puede coincidir con algunas apreciaciones de Mederos sobre las orquestas que buscan revivir el sonido de otras del pasado y su repugnancia hacia al tango electrónico, pero también disentir con su rechazo en bloque de toda expresión novedosa dentro del género.

El disco que nos convoca está encuadrado dentro de las premisas expuestas y es tan inobjetable como poco arriesgado y en él se alternan obras instrumentales (un par de clásicos y cinco obras propias) y seis temas cantados por dos de los mejores vocalistas de la actualidad: Ariel Ardit y el Negro Falótico. La orquesta suena sólida y afiatada, los arreglos son cuidados y el estilo sobrio de los cantantes se amalgama a la perfección con la formación, reconociéndose en los temas instrumentales  algunos ecos “puglieseanos”. Entre ellos, a destacar la versión de La cachila y entre las obras propias la serena introspección de Francisco y Francisco y Mientras te espero. En los títulos cantados, Ardit se luce en las interpretaciones de Olvido y Tal vez será su voz (nadie parece interesado en cantar la versión original, Tal vez será mi alcohol) y el Negro en dos ajustadas versiones de Barrio pobre y Te llaman malevo, el único tango que Troilo compusiera junto al gran Homero Expósito. El disco finaliza con una extensa rendición de La cumparsita que permite el lucimiento de la línea de bandoneones. Para algún tradicionalista contumaz, este disco confirmaría que Mederos “sentó cabeza”. Personalmente prefiero sus “desplantes” novedosos de los años 70 a esta, como señalé, inobjetable orquesta y hasta me atrevería a formular un pronóstico: que cuando se escriba dentro de muchos años alguna historia definitiva del tango, Mederos será recordado antes por aquellos arriesgados discos que por esta prolija y conservadora formación. Jorge García.

 

 

 

RESPIRO. Dejame ciclotimia. Club del disco 060.

En su disco debut (comentado en este espacio), el Sexteto Rspiro aparecía como una muy interesante formación tanguera, encuadrada dentro de lo que podría llamarse búsquedas “post-piazzolianas”. En este segundo CD el grupo radicaliza su propuesta, en un trabajo riguroso y sin concesiones. Liderado por el guitarrista Claudio Riva, también a cargo de los loops, la computadora y la composición e integrado por Sebastián Napolitano en piano, Mayumi Urgino en violín, Fernanda Aznar en saxo soprano, Soledad Lugano en clarinete y clarón e Amanda Irrazábal en contrabajo, el grupo desarrolla un repertorio  de compleja estructura que a su difusa raíz tanguera le incorpora numerosos elementos de la música electroacústica que le otorgan en varios momentos un carácter casi experimental. Intercalando pasajes de solos, con otros de interacción entre los distintos instrumentos, segmentos intensos con otros más líricos y serenos, liderados por la guitarra, a veces “normal”, otras distorsionada de Riva y el trabajo casi percusivo en el piano de Napolitano, la atípica instrumentación propone climas que oscilan entre el dramatismo, el misterio, el lirismo y disonancias de carácter expresionista. Hay temas en los que se percibe un aire más tanguero como Sin versos, la atmósfera “salganiana”, de Ni siquiera la lluvia, la única composición que Riva comparta con el pianista, y ecos del sonido de Pugliese en Desmayada, la luna cayó al mar. Se puede escuchar un lírico aire valseado en Donde reina el arte y el tono milonguero de Nave Anunnaki, mientras obras como Ideas, hoy hay reunión o la suite en tres partes Dos fantasmas se enamoran muestran un carácter decididamente experimental. Un trabajo de gran interés de Respiro del que se pueden señalar dos certezas: 1) que no será nunca un éxito masivo y 2) que será disfrutado por todos aquellos dispuestos a escuchar música sin prejuicios y con los oídos bien abiertos. Jorge García.

 

 

 

JUAN PABLO DE LUCCA. Después de todo. Edición independiente.

Joven músico con un importante linaje tanguero –es nieto de Alberto Castillo, más allá de las eventuales valoraciones, uno de los cantores más personales y reconocibles de la historia del tango- el pianista Juan Pablo de Lucca presenta aquí su disco debut, encuadrado en la línea del tango contemporáneo que aún en la búsqueda de nuevos caminos, no reniega de la tradición. Autor y arreglador de todos los temas (salvo un clásico) presenta una formación que ofrece como principal novedad el timbre que le aporta la flauta. El disco se inicia con el tema que le da título, el más elaborado de la placa, en el que se destaca el bandoneón de Mauro Caracotche y el quinteto está aumentado por la presencia de una viola y un cello. El CD ofrece temas intensos, como el recién mencionado y La misma historia, en el que se lucen el director y el flautista Juanpi Di Leone. Hay un par de obras más introspectivas, tal el caso de Nuestras ilusiones,, donde resalta otra vez Caracotche e Infancia. Un tono obsesivo predomina en Enero, en el que la flauta está a cargo de Maia Perduca. En la bonita Zamba para un amigo, se agrega la guitarra de Luciano Sellan, el clásico de Blomberg y Maciel, La que murió en Paris cuenta con un muy buen arreglo en el que nuevamente Di Leone se destaca y el atractivo CD finaliza con la lírica Milonga para mi padre. Un muy interesante debut de un músico a seguir. Jorge García.

 

 

 

CUARTETO CEDRON. Velay-Música de tierra adentro/Mojarrita Porá. Alfiz 93862.

El sello Alfiz continúa con la reedición (y en este caso edición) de discos del Tata Juan Cedrón, hoy ya una figura mítica de nuestra música popular.  Este CD doble es una suerte de recorrido sonoro por diversos aspectos de su obra a lo largo del tiempo (hay desde temas grabados en 1977 hasta otros realizados este año). En Velay, grabado en 2012, en la mayoría de los temas el Tata está acompañado por el pianista francés Roger Helou, su viejo compinche de los años 60 y 70 Horacio Presti en guitarrón y Nicolás Arroyo en bombo legüero, transitando un repertorio de obras tradicionales de nuestro folclore. Así se pueden escuchar, con el estilo inimitable del Tata, desde la antigua zamba Pampa del Chañar, de Buenaventura Luna hasta el malambo La tropilla, pasando por Tuna, tunita, un viejo éxito de Antonio Tormo, sin que falten un clásico como la Canción del jangadero, de Falú y Dávalos y dos bellas zambas de Atahualpa Yupanqui, Viene clareando y Nostalgias tucumanas. El atractivo disco se cierra con dos temas grabados en 1990 en los que participa Jaime Torres en charango, Cuando te fuiste y la Huella del cariño, con letra de Leopoldo Marechal.

El otro CD, Mojarrita Porá es casi una rareza ya que hay en él cinco temas grabados en 1977, con la formación de entonces del cuarteto, con el Tata en guitarra, su inseparable (lo acompaña hasta hoy) Miguel Praino en viola, el notable bandoneonista César Stroscio y Carlos Carlsen en contrabajo, que tienen la peculiaridad que la voz le fue agregada cuatro décadas después. Se escuchan así una muy buena versión de El cachapecero, de Ramón Ayala, dos poemas de Carlos de la Púa, Los heraldos negros, de César Vallejo y una gran interpretación instrumental de La Cachila, en la que Stroscio hace maravillas. El resto incluye un poema de Quevedo, grabado en 1984, y otros de González Tuñón, el que da título al disco, de Alejandro Cantarella, un texto de Luis de Camoes y un desconocido poema de Homero Manzi, Juan del Disturbio, grabados entre 2014 y 2016, todos musicalizados por Cedrón. Un disco doble que, entre otras cosas, es útil para mostrar la coherencia a lo largo de los  años de la obra del Tata Cedrón. Jorge García.

 

 

 

LUCHO HOYOS. Juntarnos. Edición independiente.

Cantante, guitarrista y compositor con una dilatada carrera de cuatro décadas, el tucumano Lucho Hoyos presenta este disco en el que predominan los temas de grandes autores de nuestros música folclórica. Pero antes de entrar de lleno en el disco, una breve digresión sobre el tema que da título al disco, una suerte de himno de tono algo demagógico que hace un llamamiento a la unión de todos los argentinos (“los que piensan distinto”) que, más allá de sus buenas intenciones, es poco propicio para un momento en el que están claramente delimitadas las diferentes posturas políticas frente al país y el mundo. Incluso no huele demasiado bien que la canción haya sido nominada como la oficial del Bicentenario Argentino 2016. Dicho esto, hay que señalar que en este disco, Hoyos se muestra en la plenitud de sus aptitudes expresivas; su voz se muestra potente, bien timbrada y con un alto nivel de expresividad  y está acompañado por varios músicos entre los que se destacan el bombo y la percusión de Bruno Resino, el bajo eléctrico de Jero Santillán y los teclados de Juan Pablo Gobbi.  Dentro del ecléctico repertorio que propone Hoyos corresponde destacar la excelente versión de la chacarera El manco Arana, de Pepe Núñez, la intensidad del carnavalito El avenido, del Cuchi Leguizamón, la melancólica chacarera Don Comegente, de Néstor Soria y una sensible interpretación de un gran tema de Yupanqui: Indiecito dormido. Un disco que muestra a Lucho Hoyos en excelente forma. Jorge García.

 

 

 

DUO CECCOLI-RISSO. Tierra sin nombre. PAI 3282. CD + DVD.

Excelente guitarrista y muy competente compositor, Claudio Ceccoli presenta aquí su nuevo trabajo, en este caso acompañado por el percusionista Mariano Risso, desarrollando un repertorio influenciado principalmente por los ritmos folclóricos argentinos y latinoamericanos pero en el que hay también abundante espacio para la improvisación de cuño jazzístico, como se puede apreciar en Al viento, la extensa chacarera que abre el disco y también en el tema que le da título y Totem, otras enjundiosas chacareras. Los ritmos rioplatenses se hacen presentes en los candombes Guingoso y Por esa senda, en los que se destaca el trabajo de Risso. Hay también algunos aires de zamba, de un tono más lírico e introspectivo, como Viajes, el bello Destino azul y Andar torcido, en estos dos últimos con muy buenas participaciones de Diego Suárez en flauta. El disco se cierra con Niñez, un bonito tema en ritmo de vals peruano. Además, como bienvenido plus, el CD viene acompañado de un DVD en el que el dúo interpreta varios temas no incluidos en el CD. Un sólido trabajo de Claudio Ceccoli que lo ratifica como uno de los más completos guitarristas dentro de nuestra música popular.

ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 23 DE DICIEMBRE A LAS 21.30 HS. EN NIVANGIO, COLOMBRES 946.

 

 

 

RODRIGUEZ/CASTILLO. Nuevas oposiciones. Edición independiente.

Interesante debut de este dúo integrado por Julián Rodríguez en ukelele tenor y Nacho Castillo en guitarra acústica en un repertorio de composiciones propias en el que se reconocen algunos ecos tangueros y un gusto por la improvisación de clara deriva jazzística. Uno de los datos más relevantes del disco es la posibilidad de escuchar al ukelele, un instrumento no demasiado transitado en un papel primordial. Dentro del ecléctico repertorio se alternan   temas muy libres como las Oposiciones *1,*2 y*3 con otros claramente más escritos. Senillosa, que da comienzo al disco tiene un decidido tono jazzístico que recuerda algunas cosas que hacía el gran Oscar Alemán y hay marcados ecos bluseros en Puente Pueyrredón, en tanto que Tres cuerdas ofrece un tono más introspectivo. …y otro azulado y el extenso Pasos en la arena que cierra el disco son los temas más elaborados y complejos en un atrayente CD que muestra a un dúo con una formación poco habitual. Jorge García.

 

 

 

NAHUEL CARFI. Pianos. Edición independiente.

Primer disco solista de este pianista, integrante desde hace años del Ensamble Chancho a Cuerda y el Ensamble Música Nueva, en el que el piano aparece como instrumento primordial y en el que participan músicos de diverso origen en un repertorio de obras propias que reconoce influencias de los ritmos latinoamericanos. Así el Ensamble Chancho a Cuerda se hace presente en A.L.A.S. y la cantante Na Ozzeti, solo acompañado por el piano de Carfi en Si. Leo Maslih propone un dúo de pianos con el líder más sección rítmica en Puesta de sol a las seis de la mañana, un tema del uruguayo. El tecladista brasileño Benjamín Taubkin participa en La bella y el candombe Ay amor y el trío de cuerdas (violín, viola y cello) aparece en el bolero Esas cosas y en Lamento que cierra el disco, mientras Diciembre es un atractivo tema instrumental. Un interesante debut de un músico en la búsqueda de nuevos caminos para su obra. Jorge García.

 

 

 

SEBASTIAN DE URQUIZA. Fuera de línea. Club del disco 058.

Disco debut de este joven contrabajista, hijo del trompetista Juan Cruz de Urquiza, en el que incursiona dentro del terreno de lo que podríamos llamar, a grosso modo, post-bop. Sebastián es un muy promisorio instrumentista, con una clara evolución en los últimos tiempos y al mismo tiempo, como este trabajo lo muestra, está desarrollando una interesante carrera como compositor. Aquí está acompañado por su padre en trompeta, Pablo Moser en saxo tenor, Francisco Lo Vuolo en piano y Guillermo Harriague en batería, más la presencia de Emma Famin en saxo alto en tres temas y ofrece un programa integrado en su mayoría por obras propias (seis de las ocho del disco). El CD comienza con He e nalu, tal vez el tema propio de estructura más compleja, con sus cambios de tiempo y su clima misterioso en el que hay muy buenos solos de Juan Cruz, Moser y Lo Vuolo En Vértigo, el grupo consigue una atmósfera intensa, en la que se destacan el pianista y Sebastián, en tanto que en Viaje nocturno, se lucen Juan Cruz y Moser y Harriague desarrolla una gran tarea sobre un ostinato del piano. Hay temas más introspectivos, como Retrato de Octubre, Colapso, con un lírico solo de Moser y Reflejo de mí, con una excelente participación del trompetista. Los temas de otros autores son una breve versión de Quiabo, de Hermeto Pascoal y en el que tal vez sea el pico más alto de la placa, Regard du pére, una transcripción de una obra del compositor francés Olivier Messiaen en el que hay un muy buen solo de trompeta, otro excelente de Emma Famin en saxo alto y una gran cadenza de Lo Vuolo. Un muy buen debut de este joven músico que hace aguardar con expectativa sus próximos trabajos. Jorge García.

 

 

 

SUED/DOMINGUEZ. Desvíos. Blue Art 177.

Editado recientemente por el sello Blue Art de Rosario, aunque grabado en 2009, este disco ofrece la no demasiado habitual formación de dos saxos tenores, contrabajo y batería. Natalio Sued está radicado en Europa desde 2001 y ha trabajado con numerosos músicos de ese continente, en tanto que Rodrigo Domínguez es uno de los más completos saxofonistas del país y aunque aquí solo toca tenor, también es muy competente con el alto, el soprano e inclusive el clarinete. Apoyados por la muy sólida base rítmica integrada por el veterano Hernán Merlo en contrabajo y el siempre eficiente Eloy Michelini en batería, desarrollan un programa en el que se intercalan obras propias con amplio espacio para la improvisación en su mayoría de Sued, y breves dúos muy libre de los dos caños (dado que en el disco no está explicitado, y para no correr el riesgo de equivocarme, no trataré de diferenciar los solos de los dos saxofonistas). Hay temas potentes (todos de Sued) como el que da título al disco y Turn All Around, con muy buenos solos de los caños y el contrabajo y Motivation, un homenaje al gran Charlie Parker alrededor de las armonías de su tema Confirmation. Domínguez contribuye con dos obras introspectivas y serenas, Green D (arriesgo que con un gran solo de él) y Acacias. Se puede escuchar también la lírica Zamba para Nicanor en la que hay un consistente trabajo de Michelini y el disco finaliza con Angeles, un intenso góspel de Sued. Un muy atrayente y bienvenido trabajo, aún con retraso,  de estos dos excelentes saxofonistas. Jorge García.

 

 

 

LEO POSTOLOVSKY QUINTETO. Bajo Flores. Edición independiente.

Primer trabajo de este joven y talentoso pianista y compositor, que acompañado por Juan Olivera en trompeta, Inti Sabev en clarón, Santiago Rapoport en contrabajo y Damián Allegreti en batería, desarrolla un programa en el que se detectan influencias tanto del jazz como de la música de cámara, con algunos momentos que recuerdan las atmósferas que proponía en los años 50 el quinteto del baterista Chico Hamilton. El CD se inicia con Paso a nivel, una obra de matices oscuros en la que se lucen el piano y el clarón. Inquietudes es un tema obsesivo en el que se destacan el líder y Olivera y la intensidad está presente en Salpicando espacio, y Ostinacatication, ambos de compleja estructura y continuos cambios de tono. Galo es posiblemente el tema más estrictamente jazzístico en tanto que en Preludio para una babosa tras una buena introducción del contrabajo hay un gran solo de Sabev. El tema final, Zepe, tras una intro del clarón también propone varios cambios de tiempo y culmina con un muy buen dúo entre el piano y la trompeta. Un muy interesante debut de este joven músico, con un CD que se aleja claramente de las propuestas más frecuentes. Jorge García.

 

 

DIEGO ALEJANDRO GRUPO. En sincro. PAI 3280

Baterista de sólida formación, participante de numerosos grupos, Diego Alejandro se presenta aquí como líder de un cuarteto que completan Alvaro Torres en piano y teclados, Juan Manuel Alfaro en saxo tenor, Leo Tegli en guitarra y Guido Martínez en contrabajo con un repertorio encuadrado en el terreno de la fusión de jazz y rock, todo de la autoría del líder. La potencia y el empuje del baterista se imponen en la mayoría de los temas, predominando un tono intenso y vigoroso que termina resultando algo monocorde. De todos modos, hay buenos solos, como los de Torres en Cimiento y el tema que da título al disco, Alfaro se destaca en Jenji´s Man e Inicio y Tegli se luce en Pensamientos, Ayer vino hoy Cebá  y Segundo por escalera. Por cierto que es bienvenido el tono lírico de Concretando ilusiones y se aprecia el cambio de ritmo en el salsero El infusionista, pero el disco está claramente hegemonizado por la fusión antes mencionada. Jorge García.

 

 

 

LUCAS ROCHAIX GRUPO. Manovuotómetro. Edición independiente.

DIEGO BRUNO CUARTETO. Tereré. Pai 3281.

MILTON ARIAS. 64. Antes del fin. MAMCD 789.

 

He aquí tres discos de músicos no demasiado conocidos y de diferentes orígenes pero que tienen en común la intención de encontrar un sonido propio y que, aun como cuando en el caso de Bruno y Arias abrevan en diversos ritmos, lo hacen  dentro de una impronta claramente jazzística.

El joven guitarrista y compositor Lucas Rochaix debuta con este disco en el que está acompañado por el promisorio saxofonista Andrés Tarditti en saxos alto y soprano, Francisco Sokolowicz en piano, Ivana Trabulsi en contrabajo y Mauricio Cardona en batería en un repertorio integrado en su totalidad por obras propias y con un concepto en el que se prioriza la improvisación. El disco se inicia con Tren y caminata, un tema intenso y obsesivo, con lucimiento de la guitarra y los teclados. El río ya está creciendo tiene un carácter marcadamente “jazzístico”, donde se destaca Tarditti en saxo soprano y el contrabajo, mientras que Planta alta ofrece un aire brasileño con un buen trabajo de Cardona y la intensidad vuelve a aparecer en Magnolia, con una muy buena participación del saxo alto. Un tono más introspectivo se puede apreciar en En Bici, con buenos solos de Rochaix y Sokolowicz y en Resignificación, donde vuelve a aparecer el tono obsesivo en los solos de Tarditti y Sokolowicz. Un interesante debut de este joven y promisorio músico. Jorge García.

En el caso de Diego Bruno, un guitarrista y compositor radicado hace años en Brasil, como se señaló, las influencias principales son de diversos ritmos latinoamericanos aunque el gusto por la improvisación que muestra el grupo le da un carácter marcadamente jazzístico. Bruno, autor de todas las obras,  está acompañado por Nahuel Bailo en piano, Diego Wainer en contrabajo y Pablo Favazza en batería y percusión; la sección rítmica es muy consistente y los solos principales están a cargo de la guitarra y el piano. Esta calidad de los solos ya se puede apreciar en el primer tema, Organismo sensible y en el aire de chacarera que da título al disco, ritmo que también aparece en la enjundiosa La salvadora. Ecos de tambores es un vigoroso candombe, en tanto que Bolero es un excelente solo de guitarra del líder. Una veta más íntima y lírica se puede apreciar en Gabi  y en De noche y niebla, la bella milonga lenta que cierra el disco. Un muy atrayente trabajo de Diego Bruno. Jorge García.

La aparición del bajo como instrumento “cadenero”, inclusive llevando la melodía de los temas, no es muy frecuente. Sin embargo es lo que ocurre en este disco del bajista cordobés Milton Arias, grabado en vivo en la Cocina de Culturas de su provincia. Acompañado por el muy interesante pianista Martín Barroso, Lucas Ramírez en batería y la participación en algunos temas de Martín Dellabedova en saxo tenor y Lucas Acuña en guitarra, Arias desarrolla un programa integrado en su totalidad por obras propias que lo muestran también como un competente compositor, claramente influenciado por nuestros ritmos folclóricos pero con un sentido de la improvisación de neto cuño jazzístico. Así se pueden escuchar algún aire de zamba (Quirquincho), con buena participación del saxo y un gran solo del líder, la melancólica Vidala verde, con Barroso en piano eléctrico y Polidoro, una especie de chacarera bastante libre. Zizek (and so on, and so on) presenta un tono más introspectivo, tono que se puede también encontrar en el lírico Halcón infinito. El disco finaliza con Gordo José, otra propuesta muy libre con el piano trabajando en ostinato. Un disco que es una agradable sorpresa y muestra que en territorios cercanos al jazz, también el interior produce muy buenos músicos. Jorge García.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SUSCRIPCIÓN
Si querés recibir semanalmente las novedades de elamante.com, dejanos tus datos acá:
ENCUESTA

¿Qué serie de Netflix te gusta más?

Cargando ... Cargando ...