SUNA ROCHA. Suna interpreta a Raúl. Aqua 461.
Una de las figuras más importantes de la música folclórica de las últimas décadas ha sido sin duda Raúl Carnota. Excelente guitarrista, como cantante superaba el relativo caudal de su voz con un notable feeling en sus interpretaciones, pero tal vez el aspecto más destacado de su obra haya sido su labor como compositor y este disco de la cantante cordobesa Suna Rocha es un merecido homenaje a la faz autoral de Carnota. Suna es una vocalista de gran expresividad que aquí muestra dos facetas bien diferenciadas, una la más conocida de ella, que aparece en los ritmos rápidos, potente y con matices lúdicos y otra, no tan transitada, en un registro más grave y sereno, que se puede apreciar en las zambas y los temas más intimistas. Con los arreglos del gran pianista Eduardo Spinassi, presente en varios temas, la guitarra de Carlos Larroque y la presencia de varios invitados, la cantante desarrolla un repertorio que incluye algunos de los temas más conocidos de Carnota y otros mucho menos escuchados que ofrecen un atractivo muestrario de su talento como compositor. Así entre los primeros se pueden escuchar muy buenas versiones de las vigorosas chacareras Coplas sin luna y La sixto violín, el enjundioso Gatito de las penas y la zamba Grito santiagueño, una suerte de himno dentro de su obra. Pero es en los temas menos transitados donde aparecen auténticas joyas, como la bella milonga lenta Artesano del silencio, en la que se luce la guitarra de Larroque, el chamamé Cantora del vino, con la participación de Walter Ríos en bandoneón, la poética zamba Como flor del campo, en la que se destacan Spinassi y Lucas Rosenwasser en bajo y la sentida vidala Eran las tres de la tarde. Un muy buen disco que es un justo reconocimiento a un gran artista a cargo de una excelente cantante. Jorge García.
BETIANA CHARNY, Esta voz. Edición independiente.
Nuestra música folclórica ofrece de manera permanente el surgimiento de nuevas y talentosas voces. En este caso es la joven cantante rosarina Betiana Charny, dueña de una voz agradable y bien timbrada y, sobre todo, de una gran intensidad expresiva. Acompañada de Javier Rivero y José “Chey” Ramos en guitarras, responsables ambos de la mayoría de los atractivos arreglos, Matías Berigaud, también en guitarra, Emilio Pasquini en contrabajo y Sadun Gossen en percusión, más la presencia de numerosos invitados, todos bajo la dirección musical de Juan Iñaki, Betiana ofrece un variado programa que alterna obras de grandes compositores argentinos y latinoamericanos con temas de nuevos autores. Así entre las primeras se pueden escuchar muy buenas interpretaciones del vals peruano Pobre voz, de Chabuca Granda, del joropo venezolano Pajarito en sol, de Henry Martínez, el bello tema Cielos nuevos, de Pepe Núñez y Juan Falú, en la cual la cantante está acompañada por este último, el tema del folclore negro cubano Chivo que rompe tambó y, en uno de los grande momentos del disco, la zamba Mercedes Yampa, con letra de Néstor Soria en la que Charny está acompañada en piano por Lucas Querini. Entre los temas nuevos, corresponde destacar, la sentida milonga que da título al disco, el huayno Coyita, de José Luis Aguirre y Lo que sos mi chamamé, donde se destaca Gregorio Lezcano en bandoneón. Un gran debut de una joven y talentosa cantante, de la que habrá que seguir con atención sus próximos pasos. Jorge García.
BETIANA CHARNY SE PRESENTARÁ JUNTO A LA CANTANTE YANI LUI EL 28 DE ABRIL A LAS 21 HS. EN SALTA Y RESTO, SALTA 755.
IRENE CADARIO. Buenas nuevas. Edición independiente-
Irene Cadario, a pesar de su juventud, cuenta ya con una trayectoria de varios años en los terrenos de la música. Excelente instrumentista, tanto en el violín acústico como en el eléctrico, se destaca también como compositora, algo que se puede apreciar en este disco integrado en su totalidad por obras de su autoría compuestas hace tiempo. Al frente de un conjunto que integran Víctor Carrión, responsable de los muy frescos arreglos, en flauta, saxo soprano, y quena, Diego Pojomovsky en bajo eléctrico, Manuel “Coqui Rodríguez en guitarras y Martín González Puig en batería, más la presencia de Ricardo Lew como invitado en guitarra, Cadario ofrece un repertorio esencialmente inspirado en ritmos folclóricos pero al que las improvisaciones de los músicos le otorgan un cariz marcadamente jazzístico. El muy atractivo disco comienza con Paisana, un aire de chacarera en el que se destacan los solos de la violinista y el bajo, al que sigue Una y otra vez, una suerte de vidala en la que se luce Rodríguez. En El balón, hay muy buenas participaciones de Cadario y Carrión, en tanto que en el introspectivo Desvelos hay lucidas intervenciones de Lew en guitarra y del saxo soprano. Viajar juntos, tiene cierto aire brasileño y el disco finaliza con No dejes para mañana (los amores y las penas), un tema de compleja estructura inspirado en un texto de Alejandro Lodi, que culmina con un movido ritmo centroamericano. Un esperado y muy interesante trabajo de Irene Cadario. Jorge García.
HERNAN CRESPO. Puertos. H.C. 004.
A pesar de ser nacido en Buenos Aires, Hernán Crespo se manifestó prontamente enamorado de las músicas del litoral aunque también como se puede apreciar en este disco, si bien predominan los temas de ese origen, hay un interés de su parte por otros ritmos. Excelente acordeonista, aquí está acompañado por Emilio Turco en guitarra, Taty Calá en contrabajo, Mariano Gómez en violin, Rafael Delgado, de destacada labor, en violoncelo y Agustín Lumerman en percusión más la presencia de varios invitados de gran nivel. Autor de la mayoría de los temas, Crespo también se muestra como un competente compositor. Dentro de un nivel muy parejo corresponde destacar sus versiones del huayno/saya En verde y azul, donde se luce Marcelo Chiodi en quena, el melancólico chamamé A vuelo de pájaro, el lírico El reloj, otro chamamé lento en el que se destacan Turco y Lumerman y El viaje, de tono grave e introspectivo, con destacada participación de Delgado. En un tono más rápido y enjundioso hay que señalar las versiones de Camino de hormiga y El estibador, de Raúl Barboza. Pero, como señalamos, también otros ritmos aparecen, tal el caso del tango Ventana a la ciudad, Berhueta, un ritmo de origen vasco en el que participan Kepa Junkera en trikitixa y Marcos Meroni en gaita y el vigoroso candombe Doce días con el que finaliza el disco. Un segundo CD muy atrayente de Hernán Crespo. Jorge García.
MININO GARAY. Vamos. Aqua 470.
Percusionista radicado en Francia hace muchos años, el cordobés Minino Garay no ha renunciado a sus raíces sudamericanas, algo que se puede apreciar en este disco. Acompañado por Malcolm Braff en teclados, Manu Codjia en guitarra, Jerome Regard en contrabajo, más la presencia del pianista Baptiste Trotignon en algunos temas, el disco comienza con una extensa y vigorosa versión de la cueca La arenosa, en la que hay muy buenos solos de Braff y Codjia y continúa con Memoria colectiva, un tema tangueado. La obra que da título al disco, vocalizada por Paloma Pradal, ofrece buenos solos de Trotignon y Regard. El clima cambia con el tono chopiniano de La chanson d´Helene y el lírico Ovni y la veta folclórica aparece en Provinciano y Como se dice en cordobés, dos aires de chacarera, el segundo con lucimiento de Magic Malik en flauta. Hay también una emotiva versión de Sus ojos se cerraron, con un gran solo de guitarra de Codjia y en Wonderful World, de Bob Thiele, que cierra el disco, vuelve a destacarse Trotignon. Lamentablemente, hay que decir que los muy buenos momentos de improvisación del disco se ven opacados por varios pasajes recitados que poco agregan a sus valores musicales. Jorge García.
FERNANDO LERMAN. Tuyo, mío, nuestro. PAI 3267.
Excelente vientista de vasta experiencia, integrante –entre otros- de El Cuatriyo, Fernando Lerman muestra en este disco sus virtudes como multi-instrumentista, y también en algunos temas como compositor. Dividido en tres partes (Tuyo con obras de participantes en el disco, Mío con temas propios y Nuestro, con clásicos de nuestra música popular) el disco, fundamentalmente inspirado en ritmos folclóricos, muestra a Lerman en un excelente nivel acompañado por numerosos músicos de primer orden. Dentro de una placa sin altibajos, en la que se alternan temas de un tono intimista con otros más enérgicos, mis preferencias se inclinan en el apartado Tuyo por el dúo de saxo barítono con la guitarra de Juan Falú en una gran versión de la Zamba del arribeño y la versión en trío de A los saltos de Claudio Ceccoli, con el líder en soprano (desarrolla una notable cadenza), el autor en guitarra y Mariano Risso en percusión. Dentro de los temas propios me inclino por El grillo violinista, otro dúo con Falú en el que Lerman interpreta saxo soprano y el lírico Cerro siete colores, un cuarteto de flauta, Alan Plachta en guitarra eléctrica, Martín Boffi en bajo y Nicolás Gaggero en percusión. Finalmente en el rubro Nuestros caben resaltar las versiones de Golondrinas, un trío del líder en saxo alto, Plachta y Fernando Botti en contrabajo y de la bella Zamba del pañuelo, con Lerman en barítono, Ceccoli, Risso y Lucas Homer en bajo. Un muy buen disco de un instrumentista tal vez no reconocido en la dimensión que se merece. Jorge García.
MANU SIJA. Trío en vivo. HankStudio 95509.
Multi-instrumentista tucumano (admirado nada menos que por Pat Metheny) que desde niño mostró su vocación por la música y se formó de manera autodidacta antes de perfeccionar sus conocimientos a través del estudio. Ejecutante de violín, guitarra, sintetizador y percusiones varias, además de cantante, aquí se presenta acompañado por Guido Martínez en bajo y Juanjo Bravo en batería desarrollando un programa integrado por obras clásicas del repertorio argentino y latinoamericano a las que se agregan algunos temas de nuevos autores, ejecutados dentro de una impronta marcadamente jazzística donde la improvisación juega un papel fundamental. Así por una parte se pueden escuchar creativas versiones de Perdido hey andado, una recopilación de Leda Valladares, dos temas de la gran Violeta Parra, Casamiento de negros y La jardinera y otros dos de Yupanqui, Luna Tucumana, interpretada en una versión mucho más rápida que la habitual y la Zamba del grillo, que Manu Sija canta solo acompañado por su violín. En Copla y viento, una bella zamba del Chivo Valladares, Sija se luce en la guitarra en tanto que en Los grifiñafitos, del venezolano Henry Martínez se destaca la voz de Mica Flores. Entre las obras más recientes hay una enjundiosa interpretación de Agarrao y la chacarera A Tucumán he vuelto. Un disco que seguramente estará entre las revelaciones del año dentro de las ediciones locales. Jorge García.
ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 28 DE ABRIL Y EL 5 Y 12 DE MAYO A LAS 21 HS. EN BEBOP CLUB, MORENO 364,
MIRTA ALVAREZ-FABIAN CARBONE. Sentido. Aqua 462.
Inspirándose en la tradición del cuarteto de Aníbal Troilo y Roberto Grela y de Leopoldo Federico con el mismo guitarrista pero en formación de dúo, la guitarrista Mirta Alvarez y el bandoneonista Fabián Carbone, un músico radicado en España desde hace tiempo, ofrecen un programa de obras clásicas de nuestra música ciudadana, aunque la presencia de la música de Astor Piazzolla en los tres últimos temas del disco muestran también una intención de reflejar las corrientes más modernas del tango. Alvarez (de quien hemos comentado en este mismo espacio su anterior trabajo, Tango, seis caminos de amor) es una excelente guitarrista, de muy buen gusto, un sonido puro y cristalino y un estilo en el que está ausente cualquier atisbo de virtuosismo gratuito y en cuanto a Carbone su ejecución del bandoneón es de una estirpe claramente “troileana”, expresada en su preciso melodismo. Estas características visualizan en los diversos temas elegidos, en los que se puede apreciar la perfecta amalgama que logra el dúo y el notable trabajo de Alvarez en la guitarra, que por momentos juega el papel de un contrabajo, algo que provoca que la formación suene como si fueran más de dos sus integrantes. Dentro del muy buen nivel que exhibe el disco, mis preferencias se inclinan por sus versiones de El abrojito, La maleva, las sobrias interpretación de Adios Nonino y Oblivion, sin dejar de lado las de dos clásicos de Aníbal Troilo: A Pedro Maffia y Pa´que bailen los muchachos. Además en Madreselva, Mirta Alvarez, solo acompañada por el bandoneón se muestra como una promisoria vocalista, un terreno que parece dispuesta a cultivar en lo inmediato. Un muy buen disco, inscripto en lo que podríamos llamar una tradición actualizada. Jorge García.
MIRTA ALVAREZ SE PRESENTARA EL VIERNES 22 DE ABRIL LAS 21 HS. EN LOS 36 BILLARES EN UN DOBLE SET, COMO CANTANTE ACOMPAÑADA EN PIIANO POR JOSE OGIVIEKI Y EN DUO INSTRUMENTAL CON LA VIOLINISTA MAYUMI URGINO.
IMPORTANGO. Tango for Import. Panoramic 83989.
Ha llegado a mis manos a través de Adam Tully este disco grabado en Nueva York y no editado en Buenos Aires que aparece como una suerte de homenaje a Octavio Brunetti, un pianista y arreglador argentino fallecido inesperada y prematuramente en esa ciudad. Brunetti fue un instrumentista que vivió muchos años en N.Y y en nuestro medio se lo recuerda por ejemplo, por ser el pianista y arreglador de Marioneta, el excelente segundo disco de la cantante Noelia Moncada. En este disco, del que también es responsable de los arreglos (salvo en un tema) está acompañado por el guitarrista norteamericano Adam Tully y la violinista japonesa Machiko Ozawa, constituyendo un trío de formación poco frecuente. El grupo aborda aquí mayoritariamente un repertorio integrado por clásicos de nuestra música ciudadana a los que se agregan un par de temas de Tully. En varios momentos del atractivo disco se perciben ecos de dos formaciones del gran pianista Horacio Salgán: su dúo con el guitarrista Ubaldo De Lío y el Quinteto Real, aunque siempre se percibe en el grupo la búsqueda de un sonido original, respetando las esencias más profundas del tango. Dentro del muy parejo nivel del CD son muy destacables las aproximaciones del trío a la obra de Eduardo Arolas (Comme il faut y La Cachila) y Julio De Caro (Boedo y Tierra querida), las versiones de Emocionado, del rosarino Omar Torres, de El diecinueve, de Tully y su elaborada interpretación de Mi amigo Cholo, de Atilio Stampone. Un disco que sin renunciar a las raíces del tango propone arreglos frescos y creativos. (Eventuales interesados del disco lo pueden solicitar a info@adamtully.com).
TOMAS FRAGA. Influencias. Aqua 464.
Joven guitarrista, hijo del pianista Manuel Fraga, Tomás muestra aquí, por lado, muy buenas aptitudes como instrumentista y también un promisorio talento en el rol de compositor (es autor de la totalidad de los temas del disco). Acompañado básicamente por Tomás Farés en piano, Pablo Motta en contrabajo y Oscar Giunta en batería, a los que se suman varios invitados en algunos temas, Fraga ofrece un repertorio variado y ecléctico en el que se detectan diversas influencias de diferentes corrientes del jazz. Así, Pequeños pasos, que inicia el disco es un tema de tono sereno y reflexivo, en tanto que Seúl, en el que participan Alvaro Torres en piano y Quintino Cinalli en percusión está dentro de una línea cercana al hard-bop, un estilo que también aparece en HB, donde se agregan Sergio Wagner en trompeta y Gabriel Santecchia en saxo tenor. En Jesús en Puente Saavedra se pueden detectar ecos de Weather Report entremezclado con un aire folclórico, mientras que El pulpo negro ofrece un marcado tono blusero. En Girando y Mejor reírse se agrega un cuarteto cuerdas, destacándose en este último tema Santecchia en clarinete. Los ritmos brasileños aparecen en No sé y el disco finaliza con un dúo de los dos Fraga (padre e hijo) en una versión alternativa y diferente de Pequeños pasos. Un muy interesante debut de este joven músico. Jorge García.
ESPINAL-SAMA-VAZQUEZ. Edición independiente s/n°.
ENRIQUE NORRIS-BARBARA TOGANDER. MuniMuni´s. Discado internacional. Edición independiente s/n°.
Es sabido que la música improvisada y experimental no logrará seguramente nunca el favor de las mayorías melómanas; sin embargo es bueno que existan músicos que se encuadren dentro de esa corriente como alternativa a los gustos hegémónicos. En esa línea están estos dos discos.
Hernán Samá ha grabado en poco tiempo cuatro CDs., una verdadera hazaña dentro del mercado local. Saxofonista en permanente desarrollo, en el que se puede encontrar una vertiente en la que predominan las frases “coltraneanas”, también está abierto a caminos más experimentales dentro de la música improvisada; Pablo Vázquez, contrabajista del legendario grupo La Cornetita y participante en numerosas formaciones, es uno de los ejecutantes más originales del instrumento, al que aprovecha en todas sus posibilidades y en cuanto a Jorge Espinal es un constante buceador de los sonidos de la guitarra. Este trabajo está constituido por varias obras pero también puede escucharse como una suite en varios movimientos que se va construyendo en el momento. Samá ofrece un variado repertorio en su fraseo, en el que abundan los agudos, Vázquez utiliza tanto los dedos como el arco, sin desdeñar efectos percusivos en su instrumento y la guitarra distorsionada de Espinal es un adecuado complemento. El resultado es un disco sin duda exigente, tal vez árido para oídos poco acostumbrados a nuevos sonidos, pero fascinante para todos aquellos dispuestos a abrir sus orejas a sonoridades que escapan a los parámetros habituales.
Lo dicho para el disco anterior se puede aplicar corregido y aumentado para este trabajo de Norris y Togander. Enrique es uno de los referentes ineludibles dentro de la vanguardia jazzística local (en este espacio se han comentado varios trabajos de su trío) y en cuanto a Togander es pionera en la experimentación vocal improvisada. Aquí Norris, como de costumbre, interpreta (poco) la corneta y los teclados a los que agrega ocasionalmente su voz, ambos utilizan diversos objetos percusivos y una bandeja giradiscos también juega un rol preponderante. Además está invitada en algunos temas Chloe Talavera Togander aunque no es fácil dilucidar sus niveles de participación. Así se pueden escuchar desde dos insólitas recreaciones de temas de Ellington y Gershwin, algún recitado, las proezas vocales de Togander y los más diversos e inesperados sonidos. Por cierto que no estamos ante un disco de fácil digestión pero lo apuntado en el final del comentario del disco anterior también es aplicable a este original trabajo. Jorge García.
MARIANA PEREIRO-DESCALZA. En la tierra. 65 Productora.
Vocalista e instrumentista con una ya extensa trayectoria a pesar de su juventud, constante buscadora de nuevas sonoridades, para lo cual realizó diversos viajes por el mundo a los más diversos lugares, incluyendo Africa, donde vivió un año investigando los sonidos musicales de ese continente, Mariana Pereiro también integró el mítico grupo El Diablo en la boca y grabó un disco, Lucero, que en su momento fuera comentado en este espacio. Permanente buceadora de las músicas ancestrales de las más diversas etnias, en su obra se fusionan de manera inusual elementos míticos y tradicionales con arreglos que incorporan diversos aspectos de la música de vanguardia, lo que provoca un auténtico collage de sonidos. Si a eso se le suma que incorpora instrumentos tan poco habituales como el ngoni, la kalimba y el balafón, el resultado no puede dejar de ser menos que provocador y fascinante. En este trabajo, Mariana canta y toca algunos de los instrumentos mencionados más loops y está acompañada por Gabo Rosujovsky en guitarra, piano, viento y arreglos, Guillermo Delgado en contrabajo, Christian Covre en percusión y balafón y Josefina Casco en voces adicionales, más algunos invitados, desarrollando un programa que incluye ocho obras propias, dos clásicos de Víctor Jara y Leda Valladares y temas de nuevos compositores como Matías Mormandi, Cristian Estrella y Martín Iannacone. La señalada fusión de elementos muy tradicionales con otros casi experimentales da lugar a un variado caleidoscopio musical que provoca por momentos un efecto casi hipnótico. Vale la pena escuchar este muy personal trabajo de Mariana Pereiro. Jorge García.
ESTE DISCO SERA PRESENTADO EL 26 DE MAYO A LAS 21 HS. EN CAFÉ VINILO, GORRITI 3780.
DINO SALUZZI Y ESCALANDRUM INTERPRETAN A MOZART.
En el Centro Cultural Konex se realizó el 2° Festival Komex de Música Clásica, en esta ocasión dedicado a celebrar el 260° aniversario del nacimiento de Wplfgang Amadeus Mozart. Hasta aquí ninguna sorpresa, es común que se homenajee a compositores famosos en algún onomástico. Pero hete aquí que en este caso a la programación que incluía obras muy conocidas y otras no tanto del gran músico se le agregaron dos variantes a priori insólitas como es el caso de que dos formaciones provenientes de la música popular, el grupo del gran bandoneonista Dino Saluzzi y el sexteto Escalandrum fueran invitados a participar ofreciendo sus versiones de obras del genial compositor.
Es sabido que Dino Saluzzi es un firme sostenedor que la música es una sola y que la división en géneros populares y académicos carece de sentido por lo que no resultó demasiado extraño que fuera invitado a participar en el evento con sus propios arreglos. Aquí estuvo acompañado de su hermano Félix en saxo y clarinete, su hijo José María en guitarra, su sobrino Matías en bajo eléctrico y Jorge Savelón en batería y el programa elegido comenzó con la sonata para piano K.135 (547 a), una obra curiosa ya que consta de dos movimientos que son transcripciones de otras piezas. El Allegro inicial fue interpretado en cuarteto en el que al bajo casi no se lo escuchó de y el sonido intimista de Dino, se fusionó perfectamente con el trabajo de sus dos acompañantes (con especial lucimiento de Félix) y en el Allegreto (más bien Rondó) se incorporó en una participación sutil Savelón y apareció algún chispazo de improvisación. El Adagio en si menor K.540, compuesto originalmente para piano ofreció una interacción más intensa entre los músicos y culminó con una improvisación casi jazzística. La Fuga para órgano K.401 es una suerte de homenaje de Mozart a J.S. Bach y fue objeto de una excelente versión. Una vez terminada esta, Saluzzi empuñó a solas su bandoneón y ofreció otra recreación de la obra consiguiendo uno de esos momentos mágicos que solo de vez en cuando aparecen en los recitales con ese sonido austero e intimista intransferible de su estilo. La segunda parte del recital de Dino Saluzzi estuvo dedicada a obras propias y comenzó con Las cosas amadas, un tema de gran lirismo en la que lo popular y lo académico confluyen sin problemas y continuó con Sucesos, una obra de un tono más intenso. El bandoneonista ofreció luego dos temas de su Suite Sudamericana, el Preludio y la Fuga, la que permitió establecer una interesante comparación con la obra de Mozart con la que concluyó la primera parte. Como bienvenido bis, Saluzzi retornó a sus raíces folclóricas con bellas versiones de dos zambas clásicas, La arribeña, de Yupanqui y La tristecita, de Ariel Ramírez. Un excelente concierto, de enorme musicalidad que hizo justicia a la tesis del bandoneonista acerca de las relaciones entre la música popular y la académica.
Escalandrum es un conjunto muy afiatado a partir de los muchos años que permanecen juntos sus integrantes y se expresa a través de una estructura musical eminentemente jazzística, tanto por su instrumentación (tres vientos, piano, contrabajo y batería) como por el amplio espacio que le otorga a la instrumentación. A partir de estos presupuestos era evidente que su acercamiento a Mozart iba a ser muy diferente al propuesto por Saluzzi a partir de los arreglos del pianista Nicolás Guerschberg, uno de los más completos músicos del país en ese terreno. Su presentación comenzó con una versión de los dos primeros movimientos del concierto para piano n° 23, K.488, una de las cumbres del músico en ese género. El Allegro inicial fue presentado con los vientos jugando la parte orquestal y el piano como solista principal, intercalando un gran solo de Gustavo Musso en saxo soprano antes de una brillante cadenza del piano. El Adagio subsiguiente, uno de los fragmentos más desoladamente tristes de Mozart ofreció un gran solo de Mariano Sívori en contrabajo antes de otra notable improvisación de Guerschberg. El Rondo alla turca de la sonata para piano K.331 presentó otro gran solo, en este caso a cargo del saxo tenor de Damian Fogiel y un sutil trabajo de Daniel Piazzolla en la batería. El sentido Lacrimosa, del Requiem K.626 permitió el lucimiento de Martín Pantyrer en el clarón en la extensa introducción. Llegó luego el turno del primer movimiento de la popular Sinfonía n° 40, K.550, otro formidable arreglo de Guerschberg, en el que se destacaron el pianista, Musso y Piazzolla en un creativo solo.
El homenaje culminó con otro gran arreglo de la Serenata n° 13 para cuerdas K.525 (también llamada Pequeña música nocturna) expuesta en un estilo cercano al hard bop, con lucimiento de Musso en el saxo alto. Pero no todo terminó aquí, ya que como bises Escalandrum interpretó la Pequeña danza del ballet Estancia con destacada participación de Fogiel y la lírica y muy poco conocida Milonga en re, de Astor Piazzolla con otro muy buen solo de Gustavo Musso en soprano. Un gran cierre para un excelente concierto.
Las aproximaciones –de gran nivel ambas, aunque bien diferentes- del quinteto de Dino Saluzzi y el sexteto Escalandrum a la música de Mozart fueron un claro testimonio de lo afirmado por el bandoneonista acerca de la inutilidad de separar genéricamente a la música. Jorge García.