Perdida

Gone Girl
Estados Unidos, 2014, 145′
Dirección: David Fincher

Top 5 de las escenas más vergonzosas
Por Maia Debowicz

En contra

1- Para que no la reconozcan, Amy Dunne intenta hacerse un “cambio de look” y se compra una tintura para matar el rubio de su cabello. Mientras prepara la pócima mágica uno piensa, imagina, que su nuevo pelo será de color negro o, sin ir más lejos, turquesa; pero no, se termina tiñendo el pelo de rubio ceniza. ¡Ni siquiera marrón oscuro! Hasta los protagonistas de Caballos salvajes (Marcelo Piñeyro, 1995) se esforzaban un poco más en cambiar su imagen.

 

2- En medio de la conferencia por la desaparición de Amy Dunne, la peor actriz del universo acosa al marido de la mujer extraviada para sacarse una selfie. Nick Dunne, uno de los principales sospechosos del caso, lejos de negarse, sonríe a la cámara.

 

3- La “nueva”Amy Dunne juega al mini-golf con una pareja de rufianes. La fugitiva emboca la pelota en el hoyo y salta como una adolescente dejando caer la riñonera secreta que esconde un gran fajo de dinero. Supuestamente, es una mujer calculadora y peligrosa que puede con todo y con todos, que nadie le gana, pero no sabe ajustarse bien a la cintura el objeto clave para sobrevivir mientras se ejecuta el plan de venganza.

 

4-  Cuando Amy Dunne intenta manipularnos con la voz en off que lee su “falso” diario íntimo, nos confiesa, como si fuera una de las peores torturas de la historia de la humanidad, que su marido Nick Dunne la obligaba a ver películas de Adam Sandler.

 

5- Amy Dunne recuerda cómo se hizo amiga de la vecina embarazada del barrio: los flashbacks que ilustran la voz en off son tan aceitosos como un blandi porno noventoso de televisión por cable.

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