Por Fernando E. Juan Lima
Ley aplicable a todos los festivales: cuando hay una película que tenemos muchas ganas de ver, en esa misma fecha y horario coincidirán varias películas buenas, que nos recomendaron o que nos interesan. Eso sí, al día siguiente la grilla será un páramo. Bueno, estamos en el día siguiente.
En la Quincena de los realizadores, que venía tan bien (Gomes, Desplechin) vemos la película ¿española? A perfect day. Dirigida por Fernando León de Aranoa (Amador, Princesas, Los lunes al sol) he aquí el ejemplo perfecto de lo que señalábamos desde los primeros días del festival. Se trata de una coproducción hablada en inglés y que cuenta con las «presencias estelares» de Benicio del Toro y Tim Robbins, a los que se suman Olga Kurylenko, Mélanie Thierry y Sergi López. La película es descarnadamente honesta: tal como referíamos respecto de estos productos, aquí termina la metáfora, ya que tenemos -directamente- a un grupo de trabajadores por la paz bienintencionados haciendo lo suyo en los Balcanes. La guerra, el multiculturalismo, la ONU, alguna sub-trama amorosa, humor seudo-zafado que juega con las diferencias culturales y las miserias de la guerra y un niñito abandonado que en un lugar donde ningún adulto habla inglés él sí lo hace. El ejemplo perfecto de estos directores sin fronteras, «Erasmus meets MASH» tardío y sin alma que, al intentar conformar a todos, termina por dejar a todos insatisfechos. ¿En algún lugar del mundo seguirán funcionando estos productos?
En ese sentido, Rams, película islandesa dirigida por Grimur Hakonarson, contra lo que parece en los primeros minutos de metraje, logra interesar algo más. Dos hermanos peleados durante 40 años viven a pocos metros uno del otro en una helada comarca perdida en el mapa; una epidemia que obliga a sacrificar a las ovejas que son el centro de la economía y la vida en el lugar deriva en una búsqueda que excede la previsible historia de reconciliación. Se nota la experiencia previa del realizador en el mundo del documental, lo que hace que el film sea al menos interesante desde el punto de vista del acercamiento a ese mundo tan particular y extraño para nosotros.
Escapamos al Mercado a ver Tangerines, de Sean Baker. El director de Starlet sigue durante un día el ataque de furia de una travesti recién salida de la cárcel que se entera que su novio la ha traicionado. Filmada con un teléfono celular, la escena del inicio quemada por el sol del mediodía del verano de Los Ángeles nos mete de lleno en esa deriva de una manera mucho más exigente, real y física que la tan aplaudida película húngara Son of Saul. La prostitución callejera, los moteles de mala muerte, las hamburgueserías y lugares de venta de donuts son el mundo que habitan las travestis, su cafiolo y un taxista armenio que (casado y con una hijita) no puede evitar su atracción por aquellas «chicas» (absolutamente encantadoras, por lo demás). Que todo pase en el día de navidad suma una buena cantidad de chistes inolvidables. Ah, y posiblemente vean (estimamos que en algún festival de Argentina al menos podrá verse) uno de los vómitos más reales de la historia del cine (eso no se puede actuar y no hay efecto especial que valga)
En Un certain regard vemos Journey to the shore, de Kiyoshi Kurosawa. Lejos estamos de la sorpresa y el extrañamiento de Kairo, Dopelganger o Bright future. En esta historia de fantasmas, lo más intersante es la idea de contrariar el lugar común de que son los muertos los que tienen algún asunto pendiente con los vivos que no los deja descansar en paz y sostener exactamente lo contrario; sería el deseo de los que todavía estamos de este lado el que impediría la partida en debida forma. Cuando Kurosawa se pone oscuro y misterioso podemos intuir aquel que nos intrigaba, incluso con sus retorcidas búsquedas filosóficas; el problema tiene que ver, una vez más, con cierta lineal japonesidad for export que genera algún momento que se conecta con lo que veníamos señalando en las últimas obras de Kore-eda y Kawase. ¡Cuánto mejores son las películas de estos realizadores cuando piensan en su país y en sus orígenes que cuando lo hacen en Cannes!
Última película del día, Louder than bombs, de Joachim Trier (Oslo, august 31st) que se presenta en la Competencia Oficial. Otra vez, coproducción (entre Noruega, Dinamarca y Francia), hablada en inglés que, para más, ubica la acción en EE.UU. y cuenta con la presencia de Gabriel Byrne, Isabelle Huppert y Jesse Eisenberg. La Huppert es Isabelle Reed, la mejor fotógrafa del mundo, que viaja constantemente, cubriendo guerras y todo tipo de desastres, y sólo la vemos en sueños, fotos, videos y flashbacks, ya que sabemos que murió en un accidente automovilístico muy cerca de su casa. Algo sobre-escrita (las vueltas de guión tienen algunos cierres de manual), la relación entre el viudo y sus dos hijos tiene momentos logrados y empáticos, a veces divertidos, otras emotivos. En particular, se agradece que lo que apuntaba a ser el clímax melodramático que prometía el golpe bajo se desdibuje con una liviandad más propia de American pie.
Publicada el 18/05/15