Festival de Cannes 2015. Día 12.

Por Fernando E. Juan Lima

El último sábado del festival se conocen los premios de la sección Un certain regard y al día siguiente se programa la película de clausura (de ella hablamos ayer) y se repiten las que pasaron por la Competencia Oficial. Tambien es el día en que se entregan los premios de esta sección, por supuesto. Es entonces el momento de ponerse al día con aquellas películas que se nos pasaron durante la muestra. Está claro que si ello pasó es porque no había demasiadas expectativas; así que el día no pinta demasiado luminoso. Pero uno siempre está dispuesto a sorprenderse.

En Mon Roi, Maïwen (cuya película anterior, Polisse había causado bastante revuelo hace un tiempo en Un certain regard) se acerca a algo parecido a una historia de amor, pero no por ello deja de  lado los apuntes más ríspidos que parecen ser su toque personal. Ella (Emmanuelle Bercot) es abogada y se engancha con un exitoso empresario gastronómico, demasiado acostumbrado a la noche, las modelos, el alcohol, las drogas y, sobre todo, pensar sólo en sí mismo (Vincent Cassel). Ella se da cuenta de que soportó demasiado de su marido cuando ya es tarde, y es tan potente la pulsión por estar a su lado que acepta humillaciones que no hubiera debido. Esto lo sabemos a través de flashbacks ya que al inicio la protagonista se rompe una pierna esquiando y, mientras está en la rehabilitación (¡ay!, las metáforas: rehabilitarse, ponerse de nuevo de pié) asistimos al cómo llegó a esa instancia. Hay algo en este filme, en la forma en que los personajes gritan, comen, cogen, corren, que tiene que ver con una animalidad que en este contexto es mejor recibida que en Polisse (en ese caso se refería nada menos que a la policía). Como en el cine americano, todos hablan con la boca llena mientras comen, y señalan y gesticulan con los cubiertos; los jóvenes compañeros de la rehabilitación de la protagonista se hacen chistes racistas y hablan de política de una manera muy poco correcta; se habla de cuán grande tiene ella la cavidad vaginal. Esas pequeñas groserías, que se conectan con el pretendido glamour de cierto lugar común francés (con mucho acento en la Costa Azul), todo el tiempo apuntan a la diferencia entre elegancia y dinero. Y eso está bien.

Que se elija una película de Denis Villeneuve para particiapar de la Competencia Oficial (mientras, por ejemplo, Tag de Sion Sono o Tangerine de Sean Baker sólo pasan por el Mercado) resultan esas decisiones con las que uno no puede sino enojarse. Y eso que Sicario no está a la altura de la abyección de Incendies; pero sí tiene que ver con ese cine que pretende ser profundo pero se queda en la superficie de la explotación. Así, nos encontramos con peliculas demasiado graves y pomposas como para poder permitirnos disfrutar de «una de acción», pero su visión del mundo es tan vacua y poco interesante que no terminan funcionando en ninguno de los registros que proponen o en las maneras en que nos podemos acercar a ellas. ¿El tema? Que el narcotráfico ha crecido tanto y es tan violento que las herramientas legales son insuficientes. Eso que en Harry el sucio o Rambo podemos entender como parte del género, en una película «comprometida» molesta bastante.

¿Quién contiene a los mexicanos ahora que también se reconoció a Chronic, de Michel Franco, con el premio al mejor guión de la Competencia Oficial? El asunto parece casi un chiste, ya que lo que vemos es la vida de un enfermo que se especializa en pacientes terminales. Como corresponde a la crueldad tan reconocida por el festival, veremos detalles de gente muy enferma, desnuda, mientras es bañada, vómitos varios, incontinencias que humillan a los personajes y así. El protagonista (Tim Roth) parece que esconde algo, ¿por qué tanta empatía? Todo apunta a algún tipo de parafilia hasta que un evento inesperado modifica todo. Este golpe de efecto final resignifica la película (no podemos contarlo) y da cuenta de que, en realidad, Franco pensó en esto y luego construyó el cómo distraernos durante 90 minutos antes. Después de Lucía había sido premiada en Un certain regard y Tim Roth formaba parte del jurado. Pero ya no… Una vergüenza.

La loi du marché, de Stéphane Brizé vale la pena sobre todo por el protagónico de Vincent Lindon. Pimero lo vemos buscando arduamente trabajo; lo necesita urgentemente ya  que  tiene un hijo discapacitado y la falta de ingresos podría poner en peligro la casa donde habita con él y su esposa. Esa necesidad lo obliga a correr los límites de lo aceptable, pero Lindon presta su cuerpo para que el personaje nunca pierda la dignidad. El hecho de conseguir trabajo en la seguridad de un supermercado (de allí el jueguito con el título: La ley del mercado), parece una buena noticia. Sin embargo, la realidad del día a día puede indicar algo distinto. La presencia de este gran actor no desentona en el marco de muchos actores no profesionales, al tiempo que aporta su halo e historia para sumar capas a una película correcta y sanamente humanista.

Y ya que estamos en el marco de la política de actores, si Valley of love de Guillaume Nicloux tiene algo destacable es el duelo entre Gerard Depardieu e Isabelle Huppert. Divorciados desde hace tiempo, se reúnen en el Death Valley estadounidense por pedido de su hijo antes de suicidarse (sí, en lo que vemos, ya está suicidado, muerto, pero dejó sendas cartas antes de llevar adelante su decisión de quitarse la vida). La historia de reencuentro y el componente mágico de las apariciones resultan bastante inverosímiles y tiradas de los pelos. Así y todo, ya al inicio, cuando vemos (plano y contraplano) a Depardieu acercarse caminando a Huppert, desde atrás de la mirada de uno y otro, las chispas comienzan a saltar. Depardieu ha asumido para su vida el rol de Obelix y la Huppert está tan flaca que, ante el primer abrazo, no podemos dejar de pensar: ¡se la va a comer! Esos son los detalles que suman a esta historia: Depardieu con el traje de baño tan grande para abrazar su cintura que parece una pollera; Huppert aclarando todo el tiempo que no son marido y mujer. Hay chistes muy gruesos sobre las diferencias culturales entre EE.UU. y Francia y el asunto del fantasmita está muy mal construido, pero ellos dos, Depardieu y Huppert, son incombustibles. Y juntos demuestran que tornan atendible cualquier cosa.

Para la despedida, no podemos resistirnos y volvemos a ver The assassin, de Hou Hsiao-Hsien, película que con justicia el viernes Libération puso en la tapa con el tículo «Nuestra palma de oro». Sabemos que esto de los premios responde a múltiples factores, en general bastante alejados del mundo del cine. Por lo tanto, intentamos no enojarnos demasiado con las decisiones a su respecto. Sí resulta llamativa la miopía de destacar una obra menor incluso en la propia filmografía de Jacques Audiard (Un profeta y De rouille et de d’os son bastante superiores a Dheepan) o premiar el guión de Chronic de Michel Franco (recién «ascendido» de Un certain regard). En Un certain regard era claro que Cemetery of Splendour de Apichatpong Weerasethakul se iba a quedar con las manos vacías. El establishment de Cannes tiene bien en claro que no quiere repetir la anomalía que sucedió con la Palma de Oro a El hombre que podía recordar sus  vidas pasadas (por todos los medios aquí se cita constantemente ese caso como la excepción en cuanto al éxito comercial de las películas que obtienen este lauro).

Cada vez queda más claro que las películas que más importan al Festival poco tienen que ver con el riesgo o con búsqueda demasiado personales. Un porcentaje importante (esperemos que  no creciente) se vincula con la auto-ayuda y con la función ONU de opinar sobre «los problemas del mundo». Así y todo, dentro de una cantidad bestial de películas, siempre se encuentran algunas que nos interpelan, que nos fascinan, que nos emocionan, que nos divierten o nos acompañan. La Competencia Oficial ha tenido más puntos de interés que la del año pasado. Y el cambio acaecido en la Quincena de los Realizadores es innegable y claramente positivo.

Es todo por este año. ¡Hasta la 69ª edición del Festival de Cannes!

 

Publicada el 25/05/15

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