El viento nos llevará
Bad ma ra khahad bord
Irán, 1999, 115′
Dirección: Abbas Kiarostami
Si me preguntan, esta es una película de espionaje y una comedia, aunque seguramente no se note. La historia es la de un periodista que, fingiendo ser ingeniero, llega a un viejo pueblo rural para asistir -como espía, digamos- a los funerales de una anciana que en realidad no termina de fallecer. El hombre, cada tanto, debe informar a la televisión qué es lo que sucede: desgraciadamente la señal de celular es débil y tiene que recorrrer un largo camino hasta una colina con un árbol donde, más o menos, puede hablar. Como en las grandes comedias, estos momentos, que actúan por acumulación, se toman en plano general y el efecto ridículo va generando la sonrisa un poco irónica, bastante divertida. Porque si uno revisa todas las películas de Kiarostami, descubre que el espacio de comedia, la idea de que la tragedia de la vida es solo una cuestión de perspectiva -y de negación del tiempo, de anclarse en lo más terrible de modo casi voluntario. Nuestro espía es, en muchas ocasiones, un elemento ridículo en medio de un universo tradicional que lo mira en ocasiones con total indiferencia. Pero sería un error decir que el realizador le tiene antipatía a este personaje: más bien es él mismo mostrando el costado menos amable de la profesión de cineasta, esa que incluye el voyeurismo y la necesidad de no ser demasiado empático con lo que se narra. La cuestión es que Kiarostami, aunque sea tan preciso y tan perfecto creador de suspenso como Hitchcock, prefiere el espacio real y no el universo inventado para y en el film. Lo que lo lleva no a la piedad sino a la comprensión. Así, logra integrar al protagonista al paisaje, a mostrar que también es parte, que la vida no es ni un extremo cercano a lo antigo o a la muerte sino también lo que nos rodea hoy mismo. En esos planos sobre la moto, en medio de trigales que son puro brillo, puro arte plástico y abstracto, recordamos que el viento sopla donde quiere, lo que implica que puede soplar en cualquier parte, en todas. Leonardo M. D’Espósito