Bruce Springsteen y el cine: el circulo de la integridad. Qué es lo que hacen las canciones de «El jefe» en varias películas.

Se cumplen 40 años del disco Born To Run y aprovechamos para recuperar este artículo que publicamos en 2009 sobre la relación del cine con Springsteen.

Por Javier Porta Fouz

 

En la mayoria de los casos en que una cancion de Bruce Springsteen irrumpe en una pelicula, las imagenes disparan, evocan, se llenan de ecos de integridad. Los sonidos de Springsteen simplifican el mundo sin atreverse a negar el dolor. Pasan en limpio angustias colectivas e individuales para las catarsis de quien quiera escucharlo. Muchas de sus canciones son terribles relatos sin salida de gran potencial visual, pequenas grandes peliculas que cuentan problemas en los que lo malo y lo bueno se arremolinan en dimensiones epicas, lo cual excluye de raiz la mezquindad. Hay algo de pudorosa valentia, de amable y corajuda grandeza en la amplia mayoria de la obra de Springsteen. Incluso podria afirmarse que la voz cada vez mas cascada y honesta -a la que en los ultimos anos ha incorporado la posibilidad de cantar en falsetto- de este ultimo en su estirpe ahuyenta la ironia y la ahoga con frontalidad. En Texasville (Peter Bogdanovich, 1990), la obra maestra posfordiana de un admirador de John Ford, hay dos canciones de The Boss: «No Surrender» y «Dancing in the Dark», ambas de Bom in the USA. (el megaexitoso album de 1984, ano en el que se situa la accion del relato de Bogdanovich). En una pelicula atiborrada de canciones, «Dancing in the Dark» no esta ni destacada ni completa ni limpida, pero detiene el curso del argumento multiple en cuatro planos de fuerte impacto. Estamos en pleno dia, no hay casi posibilidad de sombra en el ambiente, la luz expone a los personajes, la camioneta que carga a Duane (Jeff Bridges), a su hijo Dickie y a su perro Shorty enfila para la casa familiar. La radio esta prendida y suena «Dancing in the Dark» («Bailando en la oscuridad»). El volumen aumenta cuando la camioneta pasa frente a la camara, luego dobla y se aleja y el sonido disminuye en intensidad y se ensucia -o se complementa- por el ruido del motor. Corte y vemos el interior de la camioneta: padre, hijo y perro, antes de seguir enredandose y apagar la radio, estan tranquilos por unos segundos escuchando a Bruce, ahora mas fuerte porque el plano es mas cercano. Antes habiamos visto como Dickie giraba el dial porque Duane escuchaba clasicos country. Aparecia «Material Girl», de Madonna, y Duane desaprobaba con su rostro. Corte, elipsis, y la cancion de Springsteen se eleva desde un amplio plano general de la camioneta, que se acerca a la casa y se aleja de nosotros. El parrafo precedente fue publicado hace varios anos en esta revista como parte de un dossier sobre canciones y cine. Ahora le agregue unas cuantas palabras, casi no le reste ninguna y le cambie unas pocas. Cada vez que leo las cosas escritas hace anos -a veces hace meses- son altas las posibilidades de que me den ganas de reescribir en buena medida articulos enteros o extensos fragmentos. Pero en el caso del pequeno analisis e interpretacion de la presencia de «Dancing in the Dark» en Texasville, la verdad es que me quedo con el texto casi como esta, mas algunos agregados permitidos por este mayor espacio. (Y si, elimine, porque no me gusta la palabra «tema», que estaba una vez en lugar de «cancion». Que quede claro a partir de este momento: prefiero repetir «cancion» y no caer en decir «tema», que me suena muy Horizonte-Aspen o radios posteriores. Apliquese este rapto psicotico al uso analogo de «pelicula» y «film».) Volviendo a la nota, me parece aceptable, clara. Esos planos de Texasville en los que aparece la cancion me siguen impresionando como evidentes, cristalinos, casi atemporales para el cine a pesar de estar enganchados e identificados, en el relato y en la vida del rock, a una epoca. La version original del articulo que oficia de apertura de este texto fue publicada con el titulo de «El dia que el Jefe detuvo el tiempo». No recuerdo haberle puesto ese titulo, a decir verdad no recuerdo ni siquiera haberle puesto titulo alguno, y el archivo original lo perdi hace rato, pero de cualquier manera lo veo como un titulo muy acertado. Por si alguien no lo sabe, el Jefe es el sobrenombre de Bruce Springsteen, en el original «The Boss», «Da Boss», como le dice Spike Lee al agradecerle al final de La hora 25 -su elegia neoyorquina que termina con una cancion de Springsteen, «The Fuse» (del disco por 11-S The Rising)-, o «El Boss», como lo llaman en Espana, en donde le dan mucha mas importancia que en Argentina. En fin, el Jefe detiene y cristaliza el tiempo, hace que las cosas que toca adquieran algunos rasgos de permanencia. Por supuesto, a escala segun el objeto alcanzado por su magia. En el caso de mi articulo, varios anos despues no tengo necesidad de hacerle muchos cambios. En el caso de Texasville, la pelicula se convierte en inoxidable para toda la eternidad. Pero lo de detener el tiempo va ciertamente mas alla, porque Texasville es la continuacion de La ultima pelicula (The Last Picture Show, 1971), tambien de Bogdanovich. No digo secuela porque es un termino que ha adquirido connotaciones no siempre positivas. Tal vez sea mejor decir que Texasville es un reencuentro con La ultima pelicula. La accion de La ultima pelicula transcurria en 1951 y 1952, con los tres personajes principales menores de veinte anos (Sonny, Duane y Jacy/Timothy Bottoms, Jeff Bridges y Cybill Shepherd), y los actores que los interpretaban tenian entre veinte y veintidos. Diecinueve anos despues, en 1990, Bogdanovich filmaba Texasville, cuya accion transcurria en 1984. Para los actores habian pasado diecinueve anos, pero para la accion de la pelicula habian pasado mas de tres decadas. Y los actores no estaban maquillados para parecer mas viejos. Es decir, vivir treinta anos, como personajes, de 1952 a 1984, tres decadas apasionantes -practicamente los treinta primeros anos del rock, entre otras cosas-Ies habia costado a los actores solamente diecinueve anos. De alguna manera, podemos decir que el Jefe habia detenido el tiempo y habia generado una ganancia de trece anos para los personajes de Peter Bogdanovich. Bogdanovich (que conocio a John Ford y fue amigo de Orson Welles) ya habia intentado contar con canciones de Springsteen para Mascara (Mask, 1985). En esa pelicula, el personaje protagonista, Rocky Dennis, (Eric Stoltz), tenia un poster del Jefe en su cuarto, y la pelicula estaba armada con sus canciones. Finalmente, fue estrenada con canciones de Bob Seger. Si bien el Rocky Dennis real, el chico con deformidad facial en cuya vida se basaba la pelicula, tenia a Springsteen como rockero favorito y el propio Jefe queria que sus canciones fueran utilizadas en la pelicula -le dijo a Bogdanovich «agarra las que quieras»-, quienes eran los duenos legales de las canciones no llegaron a un acuerdo con el estudio. Para la version en DVD «director’s cut» editada el ano pasado, el propio Bruce presiono para que sus canciones fueran incluidas en el lugar donde debieron estar desde el primer armado de la pelicula, como lo estaban en una unica proyeccion de testeo que se vio con ese material sonoro. Luego, Universal/MCA y la compania que en ese momento tenia los derechos de Springsteen no se pusieron de acuerdo por los derechos del -en esos momentos- novedoso mercado del VHS. Bogdanovich afirma que tener que resignar las canciones de Springsteen fue como «si le amputaran un brazo». Bogdanovich y Bruce eran amigos, y cuando el director le mostro la pelicula al rockero, Bruce, al termino de la proyeccion, lagrimeando, abrazo al director y le dijo: «Me encanto como usaste mi musica». En los extras de esta nueva edicion en DVD, Bogdanovich dice que esa fue, para el, la mejor critica recibida. Mascara con el corte del director tiene siete minutos mas (dos escenas realmente importantes), y con las canciones de Springsteen, que son varias, en los sitios correspondientes. En esta nueva version, la pelicula empieza con «Badlands», una de las canciones mas energeticas de Springsteen, que gana intensidad en el volumen a medida que la camara se acerca a la casa del protagonista, que escucha la musica del Jefe en su habitacion y hasta hace brevemente air guitar. (Con «Badlands» tambien comienza Corazon de trueno: Thunderheart, 1992, con Val Kilmer.) «Racing in the Street» proviene, como «Badlands», de uno de los mejores discos de Springsteen, Darkness on the Edge of Town (1978), y aparece cuando Rocky planea su viaje por Europa. Mas tarde en el relato, Rocky se enoja con su madre Rusty (interpretada por Cher), va a su cuarto y escucha «Thunder Road», el clasico absoluto que abre el disco de Springsteen, el consagrato-rio, el que lo catapulto a la fama: Bom to Run (1975). Luego se escucharan «The River», del disco homonimo, y, casi sobre el final, «Born in the U.S.A.», idem, en parte para dar una idea del tiempo transcurrido en el epilogo de la pelicula -unos cuatro anos-, y los creditos del final seran con «The Promised Land», otra cancion de Darkness… Cuenta Bogdanovich que en la unica proyeccion con publico de la version springsteeniana en los ochenta, la gente termino llorando pero con una sonrisa. La catarsis generada por Mascara junto con la musica del Jefe tenia ese efecto. Springsteen jamas esquivo contar cuentos de dolor -un dolor con el que seguramente el verdadero Rocky Dennis se identificaba, ya que vivia con constantes y punzantes dolores de cabeza debido a su enfermedad-, pero aun en sus peores relatos se vislumbra algun momento de esperanza. Incluso en discos sombrios como Nebraska, The Ghost of Tom load o Devils & Dust no deja de haber un horizonte visible. Springsteen no es un cinico ni se rinde (recordar «No Surrender», otra de sus canciones, presente en Texasville). Al rockero infatigable -son legendarios sus extensisimos conciertos- no le fue facil permitir el uso de sus canciones en peliculas. No queria que cualquiera las usara para cualquier cosa en cualquier momento de una pelicula, y recien en 1983 habia autorizado a John Sayles a utilizar algunas de sus canciones -pero ninguno de sus mayores exitos- en Baby It’s You (con Rosanna Arquette). Mascara estaba destinada a ser la explosion de canciones de Springsteen en el cine, puestas como protagonistas y con un sentimiento asertivo y convencido. Luego de la frustrada experiencia de Mascara, tal vez por el desengano de no escuchar sus canciones -por culpa del manejo de su dis-cografica- en una pelicula que le gustaba, Bruce dejo utilizar un poco mas su repertorio, pero sin llegar a rematarlo (aunque a veces aparezca alguna de sus canciones en alguna pelicula muy mala). Si uno tiene en cuenta su enorme importancia como artista popular americano, notara que su presencia en el cine es ciertamente visible pero no terriblemente extendida. Ademas de estar presente en Texasville, la musica de Bruce aparece sin previo aviso en la mejor pelicula de uno de mis directores favoritos: Palombella rossa, de Nanni Moretti. En esta historia de un militante comunista jugador de waterpolo que pierde la memoria y que se desarrolla en su mayor parte durante el match final de ese deporte acuatico, uno de los hits de Born in the U.S.A. (album del que se extrajeron nada menos que seis singles), «I’m on Fire», detiene -otra vez la capacidad para frenar el tiempo- la accion deportiva y las discusiones politicas. El estadio escucha y corea la cancion, y el protagonista Michele (el propio Moretti) no puede evitar mover su pierna al ritmo de Bruce. Luego, en los noventa, Jonathan Demme, que dirigio algunos videos de Bruce como «Murder Incorporated» y «If I Should Fall Behind», le encargo una cancion para su pelicula Filadelfia (1993). El resultado: «Streets of Philadelphia», que ganaria el Osear y le permitiria a Bruce conquistar incluso a un publico lejano al rock con una de sus canciones menos asperas. El Jefe ya habia compuesto especialmente para cine en 1987, en ocasion de Light ofDay, la pelicula de Paul Schrader titulada como la cancion que Bruce le entregara. En la pelicula, Michael Fox y Joan Jett tienen una banda de rock y cantan la cancion, que Bruce no grabo en estudio pero es una de sus favoritas en vivo. En realidad la pelicula iba a llamarse Born in the U.S.A., o por lo menos ese era el titulo del guion en un principio, pero Springsteen hizo la cancion por todos conocida y se la quedo, por eso Schrader aparece en los agradecimientos del disco. El papel de Michael J. Fox iba a ser para Springsteen, quien en algun momento pasajero penso en dedicarse a ser tambien actor de cine. El cine siempre fue importante para Springsteen. De hecho, hay una vasta zona de su relacion con las peliculas que excede la mera inclusion de sus canciones. «Thunder Road», una de sus mas famosas y mejores creaciones (la cancion que mas veces escucho en su vida nada menos que Nick Hornby, segun dice en su libro 31 canciones), es el titulo de una pelicula «de coches» con Robert Mitchum de 1958. Y la cancion «Badlands» fue inspirada por el titulo y el afiche de la excelente pelicula de 1973 de Terrence Malick. Luego de hacer «Badlands», Bruce vio la pelicula de Malick e hizo la cancion «Nebraska», del homonimo disco acustico (cuando nadie hacia acusticos, en 1982), basada en el mismo caso real en el que se baso Malick: el de la pareja de asesinos Charles Starkweather y Caril Fugate. Y del cine a las canciones y de las canciones al cine. Otra cancion de Nebraska, «Highway Patrolman», fue la inspiracion para la primera pelicula dirigida por Sean Penn, The Indian Runner (1991, aqui llamada Bajo la misma sangre). Luego Bruce le daria a Penn otra cancion -a su pedido despues de escucharla-, «Missing», para su segunda pelicula, Vidas cruzadas (The Crossing Guard, 1995). Y para una pelicula protagonizada por Penn y dirigida por Tim Robbins, Mientras estes conmigo (Dead Man Walking, 1995), compuso otra cancion, del mismo titulo que la pelicula, y recibio otra nominacion al Osear. Pero el premio lo termino ganando el tema (ese si que es un «tema») de Pocahontas. El video de «Highway Patrolman» lo firma Sean Penn y el de «Dead Man Walking», Tim Robbins. Hay mucho mas para decir sobre Bruce y el cine, pero hay que apurarse y llegar a El luchador, asi que apuntemos rapidamente ciertos datos antes de llegar a la mencion de la principal fuente cinematografica inspiradora del rockero. Algunos destacados: Springsteen juega de actor dando un consejo -como una aparicion en un momento de desesperanza- a Rob (John Cusack), en Alta fidelidad (High Fidelity, 2000). Tambien hay una cancion de Bruce compuesta a pedido de John Sayles para el final de su pelicula Limbo (1999). La relacion con John Sayles es de larga data y excede la ya mencionada Baby It’s You. Sayles se puso a dirigir videos de Bruce luego de la experiencia del Jefe bajo la direccion de Brian De Palma en el video-clip de «Dancing in the Dark». Springsteen considero ese clip como un fracaso artistico y nunca quedo conforme con los resultados. Ademas, el rodaje del clip habia interferido con lo mas sagrado para Springsteen: su relacion con el publico en los conciertos. Puede verse en el luminoso clip que las tres camaras utilizadas por De Palma se mueven con mucha libertad, con poder de veto sobre los movimientos de la multitud, algo no permitido por Bruce hasta entonces, ni despues. Ademas, Bruce se vio obligado a hacer playback durante el rodaje, y hubo que repetir la performance para obtener mas tomas. Ese video, en el que aparece Courteney Cox (Monica de Friends), fue el unico hecho con De Palma. Bruce luego haria tres de canciones del mismo album (Born in the U.S.A.) con John Sayles, y no hace falta mas que ver el de «Born in the U.S.A.» para ver a donde quedo relegada la camara luego de la invasiva experiencia depalmiana. Sayles comparte con Bruce el gusto por la no afectacion, y en «Born in the U.S.A.» las imagenes son de una rusticidad y una aspereza extremas. Uno puede reconocer algo del Bruce prolijo de «Dancing in the Dark» (con una camisa blanca de perenne aspecto de recien planchada) en el Bruce de la cancion para Filadelfta y tambien en el de la cancion de Jerry Maguire (1996), «Secret Carden». Muy diferente es la presencia de canciones de Bruce en una pelicula muy «New Jersey» -tierra natal y referencia obligada de Sprinsgteen- como la muy buena Cop Land (Tierra de policias, 1997, dirigida por James Mangold, una pelicula a la que le debemos una reivindicacion en esta revista). El protagonista de Cop Land es Freddy, un Sylvester Stallone engordado y desmejorado, en una epica de perdedores con todos los condimentos de un relato springsteeniano. Un heroe derrotado, con un oido menos y una lealtad a toda prueba que luego entra en conflicto moral. Freddy es, segun lo define Moe Tilden (Robert De Niro), «un hombre que espera algo que hacer» y que carga en sus espaldas un fuerte sentido de la responsabilidad (un par de planos de Mangold de las espaldas de Stallone son cruciales para el sentido de la pelicula). Mientras tanto, hasta que tome su resolucion moral, Freddy se refugia en canciones de Springsteen en long play como «Stolen Car» y «Drive All Night» (ambas de The River), dos cronicas tristes y melancolicas sobre vidas que saben lo que es perder. Y terminamos porque hay que terminar, porque un articulo sobre Springsteen debe cumplir con lo acordado y llegar a El luchador. El director favorito de Bruce es John Ford, de sangre irlandesa como el propio Springsteen (italo-irlandes). The Searchers (entre nosotros, Mas corazon que odio, 1956) fue nombrada por el Jefe muchas veces como una de sus peliculas favoritas y homenajeada en algunas fotos de sus discos, con Bruce apoyado en marcos de puertas, en referencia al inolvidable final de la pelicula -al menos- mas emblematica de Ford. Pero tambien se pueden detectar ecos de Que verde era mi valle (Ford, 1941) en la cancion «Factory» (de Darkness…), que con su ritmo en el decir de Bruce y en la cadencia de los versos lega imagenes de rutinas laborales inexorables: el trabajo duro como una salvacion y tambien como una condena. «Factory» remite a la narracion de los primeros minutos de Que verde era mi valle, con su tono elegiaco, con toda su catarsis emocional. Y tenemos que cerrar obligatoriamente con Vinas de ira (The Grapes of Wrath, 1940), la inolvidable pelicula de Ford basada en la novela de John Steinbeck (que luego les valdria a los dos John ser sospechados de comunistas en la caza de brujas macartista). Lo que Tom Joad (Henry Fonda), hijo de una familia errante debido a los efectos de la Gran Depresion, le dice a su madre al despedirse es parte de la cancion que dio titulo al album de Springsteen The Ghost ofTom Joad (1995): «Mom, wherever there’s a cop beatin’ a guy / Wherever a hungry newborn baby cries / Where there’s a fight ‘gainst the blood and hatred in the air / Look for me Mom 1*11 be there / Wherever there’s somebody fightin’ for a place to stand / Or decent job or a helpin’ hand / Wherever somebody’s strugglin’ to be free / Look in their eyes Mom you’U see me». («Mama, donde haya un cana pegandole a un hombre / donde un bebe recien nacido llore de hambre / donde haya una pelea contra la sangre y el odio en el aire / buscame que voy a estar ahi / donde haya alguien peleando por un lugar donde quedarse / o por un trabajo decente o por una ayuda / donde haya alguien luchando por ser libre / mira en sus ojos que me vas a ver.») En la mayoria de los casos en que una gran pelicula irrumpe en una cancion de Bruce Springsteen, los sonidos disparan, evocan, se llenan de ecos de integridad. Las imagenes evocadas por Springsteen simplifican el mundo sin atreverse a negar el dolor. Pasan en limpio angustias colectivas e individuales para las catarsis de quien quiera escucharlo. Y asi llegamos a El luchador. Segun conto Mickey Rourke, la principal de las tres almas de la pelicula, el y el Jefe se conocen desde hace veinte anos, desde antes de la decadencia y la actual resurreccion del actor. Rourke lo llamo a Springsteen y le dijo que estaba contento con El luchador. Despues, Rourke recibio un llamado de Springsteen. El Jefe habia compuesto, sin contrato, asi porque si, una cancion para la pelicula. La cancion es otra de las almas de la pelicula. La tercera es Marisa Tomei. Lo de Rourke y Tomei es talento, entrega, presencia y mas entrega y compromiso emocional. La cancion de Bruce, que irrumpe recien en el final, es la emocion que retacean varios de los otros responsables de la pelicula. Aronofsky, con su estilo mayormente indie distanciado (/’«diestanciado), casi desaprensivo. El habitual musico de Aronofsky, Clint Mansell, aqui gelido, como si estuviera en una pelicula cerebral y no en una muscular. Hay un problema. El luchador es, como muchas otras peliculas, otra vez lo ya contado: la decadencia de un deportista (o de un deportista circense como este Randy «The Ram» Robinson) con pocas o nulas originalidades. Todo esto ya se vio: un poco (no demasiado) de Toro salvaje y mucho de la ultima de Rocky, Rocky Balboa, una pelicula menos directa, menos «pobre», menos obvia, bastante mas sofisticada cinematograficamente que El luchador. (Dato lateral: tambien hay algo de la triste historia del heroe riverplatense el Toro Funes en El luchador.) No se necesita mucho para emocionar, para comprometer al espectador con este tipo de historias (me confieso fanatico de ellas), pero la ametralladora de lugares comunes que puede adivinarse que es el guion de Robert D. Siegel -la relacion de Randy con su hija, adocenada y ramplona; lo que dice el relato en el momento del jueguito de video con el nene; la manera gruesa y burda en que se plantea el hartazgo de Randy en el supermercado, y hay mas- ata la pelicula al piso, por mas que Aronofsky logre transmitir algo de vertigo y vuelo violento en algunas peleas. Pero el que logra contar sin imagenes -el que enaltece a la pelicula cuando recien termina, y sobre todo al trailer, que da una idea de lo que pudo haber sido la pelicula de haber sido mas pasional y/o menos adocenada- es El Jefe, con una cancion que, sin ser para nada criptica, tiene una mirada mas oblicua que la de Aronofsky y Siegel, quienes, enamorados del personaje, se olvidaron de contar con un poco mas de filo, desde algun angulo que descubriera algo. Si, claro, algunos diran que en realidad la pelicula trata sobre los Estados Unidos y no sobre Randy. Peor aun, la cosa se vuelve mas simplista, mas literal. Y, seamos justos, Randy es una hiperbole de Rourke, el actor que ha regresado con una proeza: la de ser el protagonista inolvidable de un relato olvidable.

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